Prácticamente un tercio de la población de Guatemala, sobre todo indígenas y mujeres habitantes de las zonas rurales, es todavía analfabeta, pese a los esfuerzos del gobierno por reducir esos índices.
El viceministro de Educación, Roberto Moreno, dijo a IPS que en el 2000 el Ejecutivo espera llegar a la meta de 30 por ciento de analfabetismo contenida en los acuerdos de paz firmados con la guerrilla en 1996.
La proporción de guatemaltecos que no sabe leer ni escribir en la actualidad es de 32,7 por ciento.
Los acuerdos de paz, que pusieron fin a un conflicto que duró 36 años y produjo 200.000 muertes, fijan metas en materia de reducción del analfabetismo y también determinan el aumento de 50 por ciento de la inversión en educación para el año 2000 en relación a 1995.
Establecen igualmente la obligatoriedad de los tres primeros años de la enseñanza primaria en todos los chicos de 7 a 12 años, e imponen la educación bilingüe en el medio rural.
En Guatemala, donde la mitad de la población es indígena, se hablan 22 lenguas diferentes. El 80 por ciento de los guatemaltecos vive en condiciones de pobreza y extrema pobreza.
Según la Encuesta Nacional Materno Infantil, 50 por ciento de los niños menores de cinco años adolece de desnutrición crónica.
Moreno reconoció que los recursos disponibles para educación aún son insuficientes y que se destina a este rubro menos del 2,5 por ciento del producto interno bruto, cuando Naciones Unidas recomienda un mínimo de seis por ciento.
El informe del Estado Mundial de la Infancia 1999 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dice que garantizar el derecho a la educación "es una cuestión de moralidad, justicia o sentido económico".
También observa que no basta con asegurarse que los niños acudan a la escuela sino que hay que mejorar la calidad de la oferta en la materia.
Aunque la región de América Latina y el Caribe tiene altas tasas de matriculación a nivel primario, secundario y terciario, "la escasa calidad de la educación en la mayoría de los países – ha conducido a una elevada tasa de repetición y deserción escolar", apunta.
UNICEF indica que Brasil y Guatemala tienen los mayores índices de repetición escolar, ambos por encima del 15 por ciento.
Moreno informó que entre 1997 y 1998 la cobertura de educación en Guatemala creció 13 por ciento.
Un Programa de Autogestión para el Desarrollo Educativo (Pronade) fue adoptado para ampliar los servicios educativos en el área rural, especialmente en lugares lejanos que los servicios regulares no logran cubrir.
El Pronade traslada recursos financieros a los Comités Educativos de la Comunidad (COEDUCAS) para cubrir los servicios de docencia y apoyo.
El Ministerio de Educación cuenta con un programa de desayunos escolares que suministra la mitad de los requerimientos nutricionales dietéticos diarios que necesita la población escolar en el sector rural.
Los desayunos escolares aumentaron de 24.000 raciones en 1997 a casi 100.000 en 1998.
Olga Girón, una joven de 20 años que trabaja como empleada doméstica, cursa quinto y sexto grado de primaria en el marco del programa ed educación radiofónica "El maestro en casa".
Girón explicó a IPS que cuando era niña no pudo asistir a la escuela porque sus padres eran muy pobres y la escuela le quedaba muy lejos. A los 14 años fue a trabajar a la ciudad y decidió empezar a estudiar.
"Sólo voy a la escuela los domingos en la mañana, el único día que no trabajo, pero todos los días escucho mis clases por la radio y hago mis deberes", dijo.
La joven espera concluir este año los estudios primarios para iniciar el próximo la secundaria con el mismo método. (FIN/IPS/cz/dg/ed-pr/99