Un total de 3,1 millones de personas conforman el padrón electoral de quienes podrán participar, el domingo, en la elección de la nueva fórmula presidencial de El Salvador, pero entre los inscritos se cuentan 500.000 muertos y 400.000 ausentes.
"Están ahí porque legalmente no pueden ser excluidos del padrón. El problema es que técnicamente no tenemos ubicados quiénes son los muertos entre mucha gente con el mismo nombre", explicó a IPS Félix Ulloa, magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que conduce los comicios del domingo.
Los errores en el padrón electoral constituyen una de las principales críticas que se hace al TSE, que en los cinco años pasados tras la última elección presidencial no logró reformarlo.
No obstante, Ulloa defiende la posición del Tribunal señalando que para lograr modificaciones se necesita un nuevo censo de población que permita tener certezas sobre la sociedad salvadoreña. Recordó que el año pasado el TSE logró identificar a 80.000 muertos, que fueron excluidos.
Esta situación se origina en que la mayoría de los países centroamericanos no adoptaron, en el pasado, un sistema eficiente de inscripción de sus ciudadanos y aún ahora muchos niños no existen en las estadísticas oficiales.
Para evitar que se cometa fraude a la hora de las votaciones utilizando credenciales de muertos y ausentes, el TSE considera que son eficientes mecanismos como el carnet electoral, que lleva la fotografía del votante.
"Si una persona consiguiera el carnet de su pariente fallecido o residente en otro país, y eventualmente pudiera sustituir su fotografía, podría votar a nombre de esa persona, pero no una segunda vez a nombre propio, porque la tinta indeleble lo delataría", aseguró el magistrado.
Recordó que el domingo habrá 8.132 juntas receptoras de votos con 400 nombres cada una, donde los partidos participantes en la contienda se preocuparán de evitar cualquier irregularidad.
José Simeón Duarte, jefe de prensa de la coalición Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-Unión Social Cristiana (FMLN-USC), principal grupo de oposición, indicó que las deficiencias en el padrón son notables y que las condiciones electorales no son óptimas, pero sí buenas.
"Lo que podemos hacer ahora es vigilar el momento del sufragio. En ese sentido hemos hecho un llamado a la población para que se convierta en vigilante del proceso y pueda garantizar que los resultados se respeten", dijo Simeón a IPS.
El TSE invirtió en esta contienda un poco menos de 10 millones de dólares, incluyendo el presupuesto por si se requiere una segunda ronda, que se realizaría el 18 de abril si ninguno de los partidos alcanza más del 50 por ciento de los votos válidos.
El monto invertido por los partidos políticos es secreto, pero Ronald Umaña, Secretario General del Partido Demócrata Cristiano (PDC), calcula que la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) destinó cerca de 20 millones de dólares y los restantes seis partidos un promedio de un millón de dólares cada uno.
Ulloa indicó que El Salvador es uno de los pocos países del mundo donde no está legislado el financiamiento a los partidos políticos ni se obliga a éstos a rendir cuentas sobre el origen y el monto del dinero gastado.
"Esta impunidad financiera se mantiene porque en la Asamblea Legislativa los partidos políticos no quieren autoimponerse regulaciones", afirmó.
Ulloa estima que en estos comicios llegarán a votar 1,3 millones de salvadoreños, si se toma en cuenta que en las de 1994 acudieron 1,4 millones en la primera vuelta y 1,3 en la segunda, lo que da una participación superior al 50 por ciento de los electores reales.
Para las elecciones de este fin de semana, las encuestas dan una ventaja de 20 o 25 puntos al candidato de Arena, Francisco Flores, sobre su inmediato opositor, Facundo Guardado, candidato de la coalición FMLN-USC.
No obstante, dirigentes del a coalición cerraron en la noche del miércoles su campaña con un discurso triunfalista frente a la casa presidencial, en el cual aseguraron que quizá no haya necesidad de una segunda vuelta para que ellos ganen las elecciones.
"El Salvador tendrá el mejor gobierno de su historia con la gente más capaz y honesta y que más amor tiene por el país", dijo el candidato Facundo Guardado, quien llegó a la manifestación acompañado por su compañera de papeleta, la también ex comandante guerrillera Nidia Díaz.
Guardado criticó la gestión del partido derechista ARENA, que "en 10 años ha hundido al país en la violencia, la impunidad y la corrupción".
El discurso del ex comandante fue secundado por el del alcalde de San Salvador, Héctor Silva, quien aseguró que a partir del 1 de junio (día de transmisión del mando) "vamos a sacar tarjeta roja a los corruptos y a la deshonestidad".
José Simeón Duarte dijo que el cierre de campaña de la coalición izquierdista mostró que en los últimos 15 días se ha revertido la tendencia que han mostrado las encuestas.
"Esperábamos 10.000 personas de San Salvador, pero hemos superado esa cifra en un día entre semana y en la noche. En cambio ARENA, en el cierre nacional del domingo y con una inversión de 100.000 dólares en transporte, no pudo traer a la cantidad de gente que pretendía", aseguró.
Para Ulloa, en esta última elección del siglo y tercera tras la guerra civil (1980-1992) los salvadoreños deberán escoger entre seguir con el modelo liberal actual u optar por un cambio, que propone el FMLN.
En caso de elegir esta última opción, se abandonarían ciertos patrones del modelo actual, se ingresaría en un proceso real de modernización del Estado y se incluiría en la agenda temas como la recuperación del ambiente y el combate a la delincuencia. (FIN/IPS/mso/dg/ip/99)