Los propulsores de la reducción de la deuda externa de Africa cuestionan la propuesta similar que hizo el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con respecto a los países más pobres del mundo.
"Clinton debe ser felicitado por reconocer la necesidad de reducir la deuda. Pero la solución propuesta sólo agravaría las cosas", opinó el legislador de este país Jesse Jackson (h).
Jackson, perteneciente al gobernante partido Demócrata y defensor de iniciativas que brindarían una reducción incondicional de la deuda de Africa, criticó las propuestas que Clinton reveló el martes en una reunión con 50 ministros africanos en Washington.
La propuesta de Clinton "está condicionada a la adopción de los programas de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial", dijo Jackson.
Esas condiciones tienen el fin de abrir los mercados africanos a Occidente imponiendo regímenes comerciales y de inversiones similares al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), argumentó. "El modelo errado del TLC no se debe imponer a Africa", exhortó.
Clinton se jacta de que Estados Unidos tiene una "nueva relación" con Africa desde la gira que realizó por la región hace un año.
Pero Clinton no logró que el Congreso apruebe los proyectos de ley de comercio e inversión en Africa, y el presidente recalcó el problema de la deuda externa del continente al inaugurar el martes la reunión con los ministros africanos.
Clinton solicitó a otros líderes del Grupo de los Siete (G-7) países ricos que, en su reunión cumbre a realizarse en junio en Colonia, Alemania, apliquen "mejoras importantes" a la iniciativa para reducir la deuda de los Países Pobres Fuertemente Endeudados (PPFE).
"Deberíamos otorgar un alivio extraordinario a los países que hacen esfuerzos extraordinarios para construir economías que funcionen", declaró. Eso significaría "una reducción de la deuda que sea más profunda y más rápida" que la ofrecida por la iniciativa de PPFE a partir de 1996.
Sin embargo, al igual que la iniciativa actual, el plan de Clinton canalizaría los beneficios a los países que acatan los ajustes estructurales.
"A Clinton le llevó un año idear esto pero se trata del mismo marco de alivio de la deuda que ya conocemos", sostuvo Njoki Njoroge Njehu, director de la no gubernamental Red 50 Años Bastan.
"Incluso el Banco y el FMI son conscientes del descontento generalizado con la PPFE y están revisando la iniciativa, pero Clinton ofreció la misma forma de hacer las cosas. Sólo sustituyó el término 'ajuste estructural' por 'reformas económicas"', agregó.
Las etiquetas políticas pueden cambiar, pero "lo único que vemos es una deuda que sigue creciendo, con un 400 por ciento de aumento en Africa desde 1980", indicó Njehu.
Las características de la propuesta siguen siendo ambiguas, lo que crea la impresión de que tiene un "ángulo político y que aún debe ser materializada", declaró Veena Siddharth, de la organización benéfica Oxfam International.
"¿Es una gran inyección de energía política, pero qué quiere decir?", se preguntó.
La propuesta, como la explicaron Clinton y otros funcionarios, elevaría de 41 a 50 los países que podrían beneficiarse con la PPFE. Entre los beneficiados en Africa se encontrarían Ghana y Congo, pero las reglas para ingresar, o sea la fidelidad a los ajustes estructurales recomendados por el FMI, serían las mismas.
Clinton propuso cancelar los préstamos de ayuda concesionaria que se realizaron a intereses por debajo de los del mercado a todos los países que se beneficien con la PPFE.
Estados Unidos estaría dispuesto a cancelar 3.000 millones de dólares en deudas si otros acreedores, a los que se deben 70.000 millones, hacen lo mismo.
Japón, que tradicionalmente se ha negado a cancelar su deuda, tendría que cancelar la mayor parte, informó Oxfam Internacional.
Clinton también propuso cancelar 90 por ciento de los préstamos comerciales realizados por organismos como el Banco de Exportación Importación de Estados Unidos y la Corporación de Créditos para Materias Primas a países que caen en la categoría de PPFE.
Francia, que luego del huracán Mitch canceló los préstamos concesionarios que otorgó a América Central pero se negó a perdonar sus créditos no concesionarios mucho mayores, sería la más afectada, según Siddharth.
Washington también propuso acelerar la ayuda en casos "excepcionales", que no se definieron, y aumentar la financiación para los países PPFE durante el período interino entre la decisión de reducir la deuda y la aplicación de la misma.
Hasta ahora, el Banco Mundial fue el único acreedor multilateral que otorgó esa reducción. Aún no se sabe si Washington presionará a otros bancos regionales de desarrollo y al FMI para que sigan su ejemplo.
Para financiar todo esto, Clinton propuso vender parte de las reservas de oro del FMI e invertir lo obtenido. La venta de 10 millones de onzas de oro generaría 1.500 millones de dólares, explicaron funcionarios estadounidenses.
Hasta el momento, la idea de vender parte del oro ha fracasado. Alemania, que dentro del G-7 era el mayor opositor a la venta, comenzó a considerar esa posibilidad.
"Lo que Clinton propuso tendría que ser aceptado por los demás acreedores y luego autorizado por el Congreso", dijo Njehu,
Pero Gran Bretaña "hizo propuestas más firmes sobre la reducción de la deuda y Alemania y otros integrantes del G-7 hicieron o se espera que hagan declaraciones similares. Clinton tenía que decir algo, para poder mostrar algo a tiempo para la próxima cumbre del G-7 en junio", agregó. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/aq/dv-ip/99