La moneda de Ecuador se ha devaluado 37 por ciento frente al dólar en lo que va de este año. La caída se vio acelerada desde que se eliminaron las bandas cambiarias a mediados de febrero.
El dólar pasó de 6.825 sucres a fines de diciembre, a 9.999 este martes a la venta. El día anterior superó los 10.000 sucres en ciertas transacciones, para volver a bajar.
Los exportadores son los únicos que se benefician con el alza de la divisa estadounidense, mientras las importaciones se encarecen y la población en general ve aumentar el precio de los combustibles, indexados al dólar, con los que suben también los artículos de primera necesidad y los pasajes.
En tanto, los salarios no aumentan. El ingreso real mensual de un trabajador que gana el sueldo básico equivalía en diciembre a 143 dólares, pero ronda los 100, un monto que no cubre ni la mitad de la canasta básica de una familia de cinco miembros, que a fines de febrero era de 278 dólares.
La gasolina extra subió 15 por ciento y la super 30 por ciento a principios de este mes, y la energía eléctrica aumentó un promedio de dos por ciento a nivel nacional.
La inflación anunciada el martes por el gubernamental Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos no refleja aún la escalada de precios, y se mantiene en un nivel mensual de 2,7 por ciento y 5,9 por ciento en lo que va de este año.
Una de las causas de la inestabilidad que ha llevado a la devaluación del sucre fue la accidentada aprobación del presupuesto del Estado, que provocó la salida del ministro de Finanzas, Fidel Jaramillo, y su reemplazo por Ana Lucía Armijos, quien ocupaba la cartera de Gobierno.
El Partido Social Cristiano, cuyos votos en el Congreso son necesarios para la gobernante Democracia Popular, se negó a aceptar nuevos impuestos selectivos dirigidos a los sectores de mayores recursos, que reclamaba Jaramillo.
Según el diputado Guillermo Landázuri, de la Izquierda Democrática, no se ha logrado plantear un nuevo enfoque tributario, necesario hoy más que nunca, cuando la población paga servicios públicos caros y de mala calidad.
Ante esta situación, los sindicatos y organizaciones sociales han convocado a una huelga nacional los días 10 y 11. Mesías Tatamuez, dirigente sindical del Frente Unitario de Trabajadores, dijo a IPS que la huelga incluirá la participación indígena y campesina, y el cierre de carreteras.
El gobierno concedió a fines del año pasado un bono a los sectores más pobres de la población que en ese momento rondaba los 20 dólares, pero hoy apnas llega a 10.
El analista socioeconómico Alberto Acosta dijo a IPS que el bono "debería convertirse en un ingreso mínimo vital asegurado para los más pobres, como un derecho adquirido" e indicó que ahora las soluciones deben buscarse por la vía de la reforma tributaria, ya que los sectores más ricos casi no pagan impuesto.
"Las cosas se han deteriorado de tal manera, que todo es posible. La hiperinflación y una mayor recesión están a la vuelta de la esquina", advirtió.
Se interrogó hasta cuando se sacrificará al país por la deuda externa, al recordar que ella es la causa del déficit fiscal, pues al servicio de la deuda pública se destina 40 por ciento del presupuesto.
Ecuador enfrenta un déficit de balanza de pagos que ha llegado a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB).
El gobierno busca infructuosamente resolver el déficit por varias vías y el nuevo presupuesto carece de soluciones efectivas, señaló Acosta.
El experto añadió que el actual sistema de cambios flotante está sujeto a todo tipo de presiones estructurales y coyunturales y el gobierno intenta detener el deterioro con tasas de interés altas.
"Todo esto nos lleva al peor mundo posible, porque paraliza al aparato productivo, agudiza la recesión, cierra el flujo de capitales y genera un ambiente de total incertidumbre", aseguró Acosta. (FIN/IPS/gm/ag/if/99