Camioneros y choferes de ómnibus bloquearon carreteras de Ecuador al sumarse hoy a la huelga de los taxistas, que mantienen cortadas las calles de la capital en protesta contra el alza de la gasolina en medio de un incierto panorama político y económico.
Este miércoles comenzará, además, un levantamiento indígena. Miles de personas saldrán de sus comunidades para tomar las carreteras del país, y también interrumpirán el ingreso de productos agrícolas al mercado, lo que puede provocar, como en otras oportunidades, desabastecimiento en las ciudades.
El presidente Jamil Mahuad presentó el jueves un nuevo paquete económico en el que se destacaba la subida de los precios de los combustibles de 163 por ciento y la congelación de los depósitos bancarios mayores de 150 dólares.
"Con el precio de la gasolina no podemos trabajar. Si subimos las tarifas la gente no paga. Esto y el alza del dólar nos afecta. Muchos nos endeudamos al comprar automóviles nuevos con el dólar a 6.500 sucres y en tres meses se fue a 11.000", comentó José Burbano, dirigente de la Unión Nacional de Taxistas.
Los quiteños debieron concurrir el lunes y este martes a sus trabajos caminando o en bicicleta. Ni ómnibus ni automóviles particulares pudieron circular debido al bloqueo realizado por los 9.000 taxistas de la capital.
En otras ciudades del país también se interrumpió el tráfico, si bien no tanto como en la capital ecuatoriana.
El gobierno ordenó a las Fuerzas Armadas que retiraran los taxis de las calles, sobre la base del Estado de Emergencia Nacional que rige en el país desde la semana pasada.
El ministro de Defensa Nacional, general José Gallardo, acusó a los taxistas de causar caos y anarquía. "Eso no será permitido por las Fuerzas Armadas, que se encargarán de mantener el orden del país", comentó.
Los dirigentes de la Unión Nacional de Taxistas se reunieron el lunes con el ministro de Gobierno Vladimiro Alvarez, pero no llegaron a un acuerdo.
La huelga se mantiene con carácter indefinido. Este martes se sumaron los conductores de ómnibus urbanos e interprovinciales y los de transporte pesado, cortando algunas carreteras.
Con la protesta de los taxistas se inició una semana en la que distintos sectores sociales llamaron a la "desobediencia civil" para exigir al gobierno que revea parte de las medidas económicas.
"Hicimos propuestas para salir de la crisis a los diputados del gobierno y a los ministros del área económica, pero nunca fueron tenidas en cuenta", dijo Antonio Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
El movimiento indígena es el sector social con mayor capacidad de movilización en el país. Sesenta por ciento de la producción agrícola se cultiva en las pequeñas parcelas de sus comunidades.
"Ante medidas económicas que solo golpean a los pobres, se imponen los hechos. Al gobierno no le importan nuestras opiniones, pero las nacionalidades indígenas y los movimientos sociales siguen abiertos al diálogo", dijo Vargas.
La ministra de Finanzas, Ana Lucía Armijos, señaló que "las medidas no se van a rever porque son fundamentales para salir de la crisis". Sin embargo, aseguró que "el gobierno siempre ha estado abierto al diálogo".
El levantamiento indígena sigue al Congreso del Pueblo en el que representantes de movimientos sociales y partidos políticos de oposición elaboraron una propuesta económica alternativa que fue entregada al gobierno.
Ecuador está semiparalizado. La crisis económica y las protestas sociales colocaron en jaque al gobierno de Mahuad, que se encuentra a un paso de la ingobernabilidad.
Los rumores de la posible disolución del Congreso por parte del Poder Ejecutivo son insistentes. Sin embargo, el gobierno realizó una reunión urgente con los jefes de la oposición para pedirles propuestas destinadas a superar la crisis.
El general Paco Moncayo, ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y actual diputado de la socialdemócrata Izquierda Democrática, valoró la apertura del presidente al diálogo con la oposición.
Moncayo reclamó la eliminación inmediata del estado de emergencia y la rebaja del precio del combustible para que se restaure la paz social, de modo de instrumentar luego medidas alternativas que saquen al país de la crisis. (FIN/IPS/kl/mj/if lb ip/99