COSTA RICA: Prostitución infantil crece con turismo y violencia

El auge del turismo y la creciente violencia intrafamiliar empujan a muchos niños y adolescentes de Costa Rica hacia las redes que lucran con la prostitución infantil.

Aunque ninguna institución ha podido cuantificar el número de menores que son explotados sexualmente, la percepción generalizada entre los especialistas es que se trata de una tendencia al alza.

El turismo es una industria en boga en el país. En 1998 ingresó casi un millón de visitantes y de acuerdo con datos de la no gubernamental Casa Alianza, 0,5 por ciento de ellos forman parte de los llamados "turistas sexuales".

De ser así, casi 5.000 turistas visitan Costa Rica como destino sexual.

Muchos de ellos, atraídos por anuncios de Internet y redes de dueños de hoteles y taxistas, estarían participando de la explotación de niños y niñas.

"Como en Tailandia y los otros países asiáticos se han aumentado las restricciones al turismo sexual muchos de los turistas que buscan estos fines se están desplazando ahora a Centroamérica y el resto de América Latina", señala Bruce Harris, director de Casa Alianza.

Ante este problema, el gobierno tomó distintas medidas. Una de ellas es entregar en los aviones a aquellos extranjeros que tienen como destino Costa Rica una tarjeta en la que se recuerda que en este país está prohibido prostituir a menores.

"Esto es parte de la campaña contra la prostitución infantil que estamos impulsando", señala Laura Chinchilla, psicóloga del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).

Las autoridades están centrando ahora sus esfuerzos en prevenir a la población en riesgo, que, según aseguran, es la que sufre la violencia doméstica.

"Lo más importante ahora es promover una disminución en la violencia dentro de las familias", señala Chinchilla.

El PANI fundó hace dos años, junto a más de 20 organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, una Comisión de Trabajo contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes.

Los especialistas insisten en que la violencia dentro de los hogares empuja a muchas niñas y adolescentes a fugarse de sus casas y a convertirse en "carne de cañón" de la explotación sexual.

Solo en febrero de 1998 la Delegación de la Mujer de Costa Rica recibió 392 denuncias por violencia doméstica, de las cuales 298 eran casos nuevos. La mayoría de las denuncias (84,6 por ciento) se registraron en la urbe de la provincia capitalina de San José.

"En Costa Rica la explotación sexual infantil se da muchas veces en un ambiente de impunidad", denunció Heimo Laakkonen, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Costa Rica.

En enero, en la zona turística de Quepos, Pacífico Central del país, dos extranjeros fueron detenidos al ser sorprendidos cometiendo abusos sexuales contra menores.

Pero una semana después salieron en libertad después de pagar una pequeña fianza.

"Me parece una barbaridad que esto suceda. Hablaré con los magistrados de la Corte (Suprema de Justicia) para expresar mi malestar", aseguró el presidente Miguel Angel Rodríguez.

El código penal costarricense no estipula como delito la explotación sexual infantil.

La normativa vigente pena el estupro de un adulto con una mujer entre los 12 y los 15 años, pero absuelve al victimario si se considera que la mujer es "una persona deshonesta".

La Comisión de Trabajo contra la Explotación Sexual presentó un proyecto de reforma a la ley, que todavía se estudia en el congreso.

"Otro de los elementos que empuja a la prostitución en menores es la escasa preparación de la policía, que convierte a los oficiales en cómplices, agresores o clientes de las niñas prostitutas", sostiene Laakonen.

El problema de la prostitución infantil, que comparten todos los países de Centroamérica, se inicia en una compleja red de factores que favorecen el crecimiento de la explotación sexual y que integran los dueños de hoteles, los taxistas y los clientes, según un estudio elaborado por UNICEF y la Universidad nacional.

El estudio, denominado "Explotación sexual en Costa Rica: Análisis de la ruta crítica de niños, niñas y adolescentes hacia la prostitución" y publicado en 1998, alerta sobre esta actividad creciente que atenta contra los derechos de los niños.

La investigación, para la que fueron entrevistados 121 infantes (varones y mujeres), encontró que tenían como común denominador el ser testigos o víctimas de un pasado familiar violento.

Todos los niños pertenecían a hogares pobres, 67,8 por ciento de elos tenían padres alcohólicos y 36,9 por ciento drogadictos y 61,2 por ciento habían presenciado abusos físicos sobre sus hermanos.

"A las niñas y adolescentes que son sometidos a explotación sexual se les enseña desde muy temprana edad que con su cuerpo pueden conseguir el afecto y el dinero que no obtuvieron en sus casas", señala la psicóloga Gabriela Segura.

Esta especialista, quien ha trabajado con niñas y adolescentes en las calles de San José, estima que las jóvenes prostituidas son despojadas de su identidad.

"Las convierten en cosas, en víctimas y en muchas ocasiones, en tempranas madres", señaló. (FIN/IPS/nm/dg/pr-hd/99)

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