COREA DEL SUR: La crisis tiene dos caras

Mientras la crisis asiática continúa golpeando a Corea del Sur, Kim Jong-Guk, un vendedor de la empresa Daewoo Securities, se enriquece.

Kim, de 31 años, espera recibir este año el equivalente a 160.000 dólares en premios además de su salario anual de 24.000 dólares. Sólo el año pasado, antes de que la compañía introdujera el sistema de compensación por rendimiento, eso habría sido impensable.

Pero muchos otros surcoreanos tienen una suerte adversa, y un ejemplo es el de Chung Yang-Hoe, de 36 años.

Cuando Chung se graduó en la universidad, hace más de 10 años, comenzó a buscar un empleo de por vida en uno de los gigantescos conglomerados nacionales. Logró emplearse como gerente, pero fue despedido el año pasado debido a una reducción de personal.

Chung invirtió su indemnización por despido en un pequeño restaurante. Actualmente, lucha por pagar un interés mensual de 560 dólares sobre el préstamo bancario de 40.000 dólares que pidió para comprar su apartamento, cuyo precio cayó en picada desde el año pasado.

"Me siento impotente, y no sé cuánto tiempo más podré resistir", dijo Chung.

Tales casos contrastantes son comunes en Corea del Sur, que según los economistas será uno de los primeros países asiáticos en recuperarse de la crisis.

Mientras el gobierno predice que la economía crecerá dos por ciento para el segundo semestre de este año, la sociedad se siente tironeada hacia direcciones contrarias.

La polarización es especialmente evidente en la clase media, en la que escasean historias de éxito como la de Kim y abundan historias penosas como la de Chung.

Desde diciembre de 1997, 64 por ciento de la clase media (integrada por unos seis millones de personas) descendió al sector de bajos ingresos, mientras seis por ciento subió al de altos ingresos, afirmó Han Sang-Choon, del Instituto Daewoo de Investigaciones Económicas.

El restante 30 por ciento constituye hoy una frágil clase media que puede ser impulsada hacia arriba o hacia abajo en cualquier momento.

"El concepto de las 'dos naciones' (acuñado por los británicos en 1980) podría volverse una realidad en nuestro país muy pronto", advirtió Kim Ho-Gi, profesor de sociología de la Universidad de Yonsei.

La crisis produjo muchos más "pobres absolutos" que nuevos ricos. Aquéllos son definidos como integrantes de una familia de cuatro miembros con un ingreso mensual inferior a 803.000 won o 644 dólares.

Antes de que el país sucumbiera a la crisis asiática, a fines de 1997, sólo 4,1 por ciento (1,6 millones) de los surcoreanos eran considerados pobres absolutos, pero para fines de 1998 esa cifra había aumentado a 11,6 por ciento, informó el Instituto para el Desarrollo de Corea, un gabinete estatal de estrategia.

Una de las consecuencias es que los productos de consumo deben ser muy caros o muy baratos para atraer compradores.

Desde el año pasado, las mayores compañías electrónicas nacionales (Samsung, Hyundai y Daewoo) redujeron su línea de calentadores, lavarropas y refrigeradores de precio medio, que se vendieron muy poco luego de la crisis.

Con las prendas de vestir ocurre lo mismo. Cerca de 40 por ciento de las marcas de costo mediano fueron retiradas del mercado el año pasado.

En la fábrica de automóviles Hyundai Motors, la producción de los costosos modelos Sonata y Grandeur no para nunca, al igual que la del modelo económico Atoz. En cambio, la línea Avante, de precio medio, casi no se produce.

Mientras, un restaurante francés en el lujoso Hotel Hilton de la capital no tiene problema para llenar sus mesas, aunque un menú cuesta en promedio 120 dólares por persona. En contraste, otros restaurantes de la ciudad no podrían atraer oficinistas sin reducir el precio de sus comidas a poco más de dos dólares.

"Los nuevos ricos quieren hacer cosas diferentes a lo que hace todo el mundo", dijo el empresario Ha Seung-Ho, cuyo negocio apunta a ese sector socioeconómico.

Ha tiene un exclusivo club integrado por profesionales y ejecutivos de empresas extranjeras que suelen reunirse en fiestas los fines de semana. Hace un año el club tenía unos 100 miembros, pero hoy tiene cerca de 2.000.

El mercado laboral también está separándose en "ganadores" y "perdedores". Los cargos ejecutivos medios eran los más codiciados antes de la crisis, pero fueron los primeros en desaparecer.

Actualmente, los puestos de vendedor que eran despreciados antes de la recesión son ambicionados por jóvenes trabajadores, luego de que las compañías adoptaron el sistema de comisiones.

Otros cargos de "ganadores" son los de administradores de fondos, especialistas en finanzas, consultores y expertos en informática.

Lee Min-Ho, investigador del Instituto de Investigación Shinhan, observó que los surcoreanos han estado preocupados por una realizar una rápida carrera hacia el éxito desde la independencia del país. Y hasta el estallido de la crisis, casi nada podía detenerlos.

Ahora, la movilidad social en un solo sentido dejó de existir. "La polarización es una nueva tendencia que está remodelando de manera fundamental la sociedad surcoreana", concluyó Lee. (FIN/IPS/tra-en/amy/cb/mlm/if/99

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