El más ambicioso proyecto de este emergente centro financiero de Asia fue suspendido en reflejo de la creciente inseguridad de los inversores extranjeros y el aumento del precio de los bienes raíces por la especulación.
La conclusión del Centro Financiero Mundial de Shangai, que será el edificio más alto del mundo y una muestra del creciente poder económico de la ciudad, fue postergada al menos tres años, informó Mori Corp, la empresa constructora japonesa.
"Las condiciones económicas de Asia oriental y en especial la reestructuración de los bancos japoneses nos hacen demorar el proyecto", admitió Tomoshige Yamada, gerente general de la compañía.
"Los bancos japoneses tienen cerca de 40 por ciento de las acciones del proyecto", explicó.
La suspensión del plan significa un golpe para Shangai, que se propuso superar a Hong Kong como centro industrial y financiero del continente asiático.
A un costo de 750 millones de dólares, la torre es considerada el símbolo del desarrollo de Pudong, el nuevo distrito comercial de Shangai, y de su deseo de transformarse en un centro mundial de finanzas.
El edificio terminado medirá 460 metros, superando a las torres Petronas de Kuala Lumpur, con 452 metros, y a la torre Sears de Chicago, con 443. Dentro de Pudong, sólo se comparará a la futurista antena de Oriental Pearl TV, de 468 metros de altura.
Al igual que la antena, cuyo diseño representa 11 perlas en recuerdo de la época en que Shangai era conocida como "la perla de Oriente", el Centro Financiero Mundial tendrá una estructura sofisticada.
El pico del edificio tendrá una cavidad circular, como el motivo Moon Gate utilizado en jardines clásicos chinos, explica un folleto de Mori Corp.
"Para finalizarlo necesitaremos al menos cinco años más", estimó Yamada. La construcción comenzó en 1997, y la fecha fijada originalmente para su terminación era el año 2001.
Tras terminar la primera etapa de la construcción (la instalación de unos 2.000 tubos de acero que crean una base estable para el rascacielos), Mori Corp. anunció el año pasado que retrasaría el proyecto por seis meses.
Ahora, la fecha más temprana calculada para el fin de la construcción es el 2004. La empresa ya invirtió un tercio del capital necesario y pretendía que el resto lo invirtieran sus socios japoneses, que incluyen bancos y compañías de seguros.
Sin embargo, la reestructuración de la banca japonesa obstaculizó el proyecto. Muchos bancos japoneses traspasaron créditos chinos y cerraron sucursales en Tianjin, Nanjing y Shenzhen.
Pero ejecutivos de Mori aseguran que la demora no tiene nada que ver con la falta de inversión o la negativa de préstamos, sino con un intento deliberado de terminar el edificio en una época más propicia en cuanto a economía y bienes raíces.
"El año próximo no habrá oferta en el mercado, pero en el 2004 o 2005 la demanda se ajustará a la oferta", explicó Yamada.
En marcado contraste con la vibrante economía de Shangai en los últimos años, el mercado de bienes raíces de la ciudad ha estado deprimido.
El problema de la sobreoferta se agravó como resultado de la aprobación excesiva de proyectos de desarrollo en 1992 y 1993, y observadores estiman que 60 por ciento de los edificios de oficinas de Pudong están vacíos. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/if dv/99