CANADA: Amianto se elimina en casa y se vende al exterior

Canadá invertirá 1.000 millones de dólares para eliminar el amianto de sus edificios parlamentarios, pero continúa exportando el material aislante con letales propiedades cancerígenas, especialmente a países en desarrollo.

La limpieza empezará en los próximos meses y durará seis años, mientras el gobierno sigue apoyando la exportación de la fibra. Ottawa incluso desafió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) al afirmar que la propuesta de Francia para prohibir la importación de amianto es una práctica comercial ilícita.

A pesar de que hay pruebas de que el amianto provocó cáncer a 500.000 personas sólo en Europa occidental, los productores canadienses de la fibra persisten en promoverla y venderla en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo.

El amianto se usa mezclado con cemento, como aislante para las paredes dada su inflamabilidad. También es un potente cancerígeno con un largo y bien documentado historial de muerte.

El peligro surge cuando sus diminutas fibras se liberan y son inhaladas por los trabajadores. Esas fibras generan tumores malignos en los pulmones, el sistema respiratorio y el abdomen, que pueden demorar hasta 20 años en manifestarse.

En 1997, este país exportó 450.000 toneladas de amianto -más del 96 por ciento de su producción-, la mayor parte a paéses en desarrollo. Canadá es el segundo exportador mundial de la fibra después de Rusia.

Activistas sindicales, que visitaron India y otras naciones en desarrollo, dijeron que los funcionarios y representantes de la industria del amianto mantienen una suerte de conspiración del silencio para ocultar el hecho de que la mayoría de la gente que trabaja con esa fibra mineral está en peligro de contraer cáncer.

Críticos de las exportaciones canadienses de amianto dijeron que el país vende la muerte al exterior para proteger las ganancias de un puñado de empresas y el trabajo de 1.600 mineros.

"¿Qué diferencia hay entre el amianto y las minas terrestres?", se preguntó el médico Barry Castleman, autor de un respetado libro sobre los peligros de esa fibra. "La diferencia clave es que Canadá no exporta minas antipersonales".

El meollo de la cuestión reside en la precaria situación política canadiense. Todas las minas de amianto del país se encuentran en Quebec, la provincia francófona con un gobierno separatista.

Los políticos federales y provinciales fomentan la exportación de amianto para proteger a los obreros de Quebec. Sus detractores señalan que la industria no tendría ese apoyo si estuviera ubicada en otra parte del país.

"Personalmente, creo que todo esto tiene que ver con la política sobre Quebec", dijo Cathy Walker, directora de salud y seguridad del sindicato de la industria automovilística.

"Quebec y el gobierno canadiense compiten entre sí para demostrar lo bien preparados que están para proteger los recursos laborales de la provincia. Los costos reales van a ser amortizados por los países pobres", se lamentó.

Walker acaba de regresar de India donde observó a obreros desprotegidos abriendo sacos de fibras de amianto. En lugares donde el amianto fue mezclado con cemento, nubes de fibras cancerígenas envolvían a los trabajadores.

En Gran Bretaña, la organización no gubernamental Campaña de Investigación del Cáncer senaló en enero que su estudio sobre la epidemia europea de cáncer ligada al amianto debería ser una campana de alarma en todas partes, especialmente en los países en desarrollo donde es muy común la falta de controles sobre el empleo de la fibra, apuntó su director Gordon McVie.

Siete de los 10 principales mercados del amianto canadiense corresponden a países en desarrollo. No obstante, Ottawa, la industria y los grupos de presión pretenden darle una buena imagen a la producción de la fibra.

Diplomáticos acreditados en Canadá fueron llevados a regiones productoras de amianto con pasajes pagados y en vuelos de primera clase. La prensa también fue seducida con métodos parecidos.

Philip Landrigan, de la Facultad de Medicina de Monte Sinai, en Nueva York, el centro que vinculó por primera vez al amianto con el cáncer en los años 60, aseguró que la idea de los grupos de presión de que la fibra es segura "es una mentira total".

"El amianto sigue siendo una importante causa de enfermedades en el ser humano. Todos los tipos de amianto son cancerígenos, y esto incluye al crysotil (otro tipo de fibra) canadiense", explicó.

Julian Peto, titular de Epidemiología de la Universidad de Londres, que escribió en enero el estudio sobre la epidemia europea, dijo que no existe un método seguro para usar el amianto en los países industralizados.

En los países en desarrollo, donde no hay dinero para vestidos protectores y sistemas de ventilación, miles de obreros resultaron envenenados.

"No hay manera de controlarlo en Gran Bretaña, y ni que hablar del Sur en desarrollo", dijo Peto.

"El problema de la venta de materiales de construcción es que son totalmente incontrolables. A veces son manipulados por gente poco experta que los rompe, perfora y hasta corta en pequeñas partes", explicó.

En Canadá, los obreros que trabajan con amianto son obligados a limitar el contacto con las fibras. Están prohibidos los artículos de consumo que liberan fibras a la atmósfera, así como la venta minorista del producto.

No obstante, gran parte de las exportaciones canadienses de amianto consisten en fibras sueltas envueltas en grandes sacos de papel reforzado.

Los productores aseguran que capacitan a trabajadores extranjeros en el uso seguro de las fibras, a través del Instituto del Amianto. La entidad, fundada en 1984 por los gobiernos federal y de Quebec, y por la industria, recibió más de 10 millones de dólares en financiación oficial.

Diez países miembros de la Unión Europea prohibieron el amianto. Francia, que lo proscribio en 1997 por razones de salud, ahora se enfrenta al desafío canadiense en la OMC. Canadá aduce que la prohibición viola sus derechos bajo las normas de comercio internacionales.

En un discurso pronunciado en 1998 ante profesionales de sanidad laboral de todo el mundo reunidos en Italia, Joseph Le Dou, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, atacó los esfuerzos canadienses para promover el amianto.

LeDou afirmo que Canadá esta involucrado en "la explotación de la pobreza y la ignorancia" en Asia, Africa y América Latina.

El experto acusó a los políticos y burócratas canadienses de "provocar en el mundo en desarrollo una enfermedad epidémica ligada al amianto, cuyo costo (los países pobres) no pueden solventar". (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/ego/aq/he-if/99)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe