Metas ambiciosas, como un superávit comercial de 11.000 millones de dólares este año, frente a un déficit superior a 6.000 millones en 1998, forman parte del acuerdo revisado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgado hoy por el gobierno de Brasil.
El principal objetivo es un superávit fiscal primario de 3,1 por ciento del producto interno bruto (PIB) este año, de 3,25 en el 2000 y de 3,35 por ciento en el 2001.
Es la primera vez que el FMI admite ese indicador como criterio de desempeño para mantener el programa de ayuda financiera, destacó el ministro de Hacienda, Pedro Malán.
En el acuerdo original, el dato clave era el resultado nominal, que además de ingresos y gastos del Estado contempla los intereses pagados y la corrección monetaria. Con la inflación provocada por la devaluación del real, se hizo difícil fijar una meta para ese rubro.
La inflación acumulada de 1999 no deberá superar 16,8 por ciento, para descender a 6,5 por ciento en el 2000 y a 5,2 por ciento en 2001, según el memorando de 28 puntos firmado por las autoridades brasileñas.
La inflación de este primer semestre puede superar 10 por ciento, admitió el ministro Malán, pero la meta es que los últimos meses de este año registre un índice mensual de 0,5 a 0,7 por ciento.
El PIB de Brasil caerá entre 3,5 y cuatro por ciento este año, admitieron el gobierno y los técnicos del FMI, como consecuencia de la devaluación acentuada del real desde el 13 de enero.
Pero los negociadores de la revisión del acuerdo esperan que el dólar cueste 1,70 reales a fines de año, ante la actual cotización de 1,98 reales. Para los años siguientes se proyecta una devaluación de cerca de cuatro por ciento al año, poco menos que la inflación.
Para recuperar el real y estabilizar el tipo de cambio, el Banco Central podrá realizar una venta neta de 3.000 millones de dólares en marzo, 2.000 millones en abril, hasta 1.500 millones en mayo y la misma cantidad en junio.
Hasta ahora, Brasil se comprometía a mantener sus reservas internacionales por encima de 20.000 millones de dólares, una imposición que ya no existe. De esa forma, el Banco Central gana mayor flexibilidad para intervenir en el mercado cambiario.
El superávit comercial previsto para este año sorprendió incluso a los empresarios exportadores. Representa un vuelco de 17,4 millones de dólares, ya que el año pasado se registró un saldo negativo de 6.430 millones.
Si se logra tal desempeo en el comercio exterior, no sería difícil la disminución a tres por ciento del PIB del déficit de la cuenta corriente externa, que el último año fue de 4,5 por ciento.
El presidente del Banco Central, Arminio Fraga, dijo que esas metas pueden cambiar, en caso de fuerte alteración del panorama internacional con efectos en Brasil. (FIN/IPS/mo/ff/if/99