El real cayó a su más bajo nivel hoy a causa de algunas operaciones bancarias, mientras distintos sectores o empresas aisladas de Brasil resisten el tipo de cambio impuesto por las instituciones financieras y manejan sus propias cotizaciones.
El dólar llegó a costar 2,17 reales y terminó el día a 2,15, contra los 2,04 del viernes, que fue una jornada de intensa especulación por ser el último día hábil del mes y cuando se define el valor de los contratos del mercado futuro.
La cotización de este lunes representa un encarecimiento del dólar de 78 por ciento desde el 13 de enero, cuando se inició la depreciación de la moneda brasileña, ahora en libre flotación. Superó incluso el récord anterior del 29 de enero, el día de mayor pánico en el mercado financiero, en que por momentos el dólar llegó a costar 2,15 reales.
Dos reales por dólar es una "exageración", coinciden los economistas, las autoridades y hasta el presidente designado del Banco Central, Arminio Fraga. La mayoría considera que 1,70 reales sería el máximo aceptable para mantener la inflación bajo control.
Pero hoy las reacciones en el mercado y otras cotizaciones son practicadas por empresas no financieras. La VASP, una de las grandes compañías aéreas del país, decidió mantener su dólar a 1,70 reales, para no seguir perdiendo pasajeros.
Esa fue la paridad acordada con otras dos empresas de aviación y la Asociación Brasileña de Agentes de Viajes que, sin embargo, volvieron atrás ante presiones de las autoridades aeronáuticas que consideraron ilegal un tipo de cambio exclusivo del sector, aunque favorable a los usuarios.
La empresa Volkswagen, líder entre las fabricantes de vehículos en Brasil, está divulgado en estos días una campaña publicitaria donde indica que para sus automóviles importados el dólar vale solo 1,29 reales.
Por su parte, las fábricas de automóviles asociadas quieren establecer en 1,40 reales el tipo de cambio para calcular el aumento de los precios de autopartes, que comprenden insumos importados.
La gigantesca central hidroeléctrica Itaipú, compartida con Paraguay, que tiene precios para la venta de energía en dólares por tratarse de una empresa binacional, fijó 1,55 reales por cada dólar, desconociendo la cotización del mercado financiero .
En una situación nada usual, el mercado negro de divisas extranjeras está operando con valores inferiores a los oficiales, en cerca de cinco por ciento.
También está en marcha una negociación y una batalla judicial para definir un tipo de cambio justo para los contratos de compras a cérdito, vinculados a la variación cambiaria. Los deudores, e incluso muchos jueces, no aceptan la locura del cambio "oficial".
¿Cuál es entonces el mercado que, según las autoridades y los expertos, determina el precio del dólar?
La fuerza de equilibrio que podrían representar las exportaciones, que tienden a crecer con el real devaluado, necesitarán varios meses para efectivarse. La falta de financiación y la inestabilidad cambiaria impiden una respuesta más rápida.
La experiencia brasileña de estos dos meses indica que las operaciones, especulativas o no, de algunos bancos y los azares del vencimiento de préstamos o bonos emitidos en el exterior dictan el tipo de cambio que afecta toda la economía.
Los brotes devaluadores más fuertes ocurrieron con el acercamiento del final de febrero, con el vencimiento de los contratos futuros y el interés de algunas instituciones financieras en elevar la cotización del dólar.
Este lunes, pese a que se esperaba una disminución de las presiones, se registró una fuerte depreciación, atribuida a abultadas compras de divisas por dos bancos extranjeros.
Esta semana vencen títulos de empresas brasileñas en el exterior que suman 390 millones de dólares, la mitad este lunes, según la Asociacin Nacional de Bancos de Inversiones. La necesidad de pagarlos y la escasez de dólares en los bancos brasileños serían la causa de la nueva depreciación del real.
Por esas razones, Brasil debe substituir el cambio libre actual por un régimen de bandas cambiarias, con flexibilidad para permitir la flotación, pero limitando las variaciones, opinó el ex presidente del Banco Central Gustavo Loyola.
La volatilidad de cualquier precio solo favorece a los especialistas en el mercado afectado, argumentó.
Las grandes oscilaciones en el mercado cambiario estarían transfiriendo renta de la economía real para el sector financiero.
La omisión del Banco Central se atribuye a la insuficiencia de reservas cambiarias para aceptar el reto de recuperar el real al nivel que la mayoría considera razonable, con un valor cerca de 20 por ciento superior al actual.
Con el límite mínimo de 20.000 millones de dólares, fijado en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las reservas disponibles para intervenir en el mercado se limitaran a poco más de 6.000 millones de dólares. Muy poco para sacar al real de la condición de rehén de las operaciones financieras de cada día. (FIN/IPS/mo/dm/if/99