El desempleo abierto en Brasil se ubicó en 7,51 por ciento en febrero, el índice más alto para este mes en los últimos 15 años, pese a que aún no refleja el estimado agravamiento de la recesión en el país.
Los datos divulgados este viernes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indican que incluso hubo una pequeña reducción respecto de enero, cuando alcanzó a 7,73 por ciento,
El desempleo abierto, que sólo comprende a los que están buscando colocación en una semana, tuvo una leve mejora debido principalmente a que unos 93.000 trabajadores dejaron el mercado laboral el mes pasado, sin esperanzas de encontrar un empleo.
La medición, que se hace en 40.000 domicilios de seis regiones metropolitanas del país, refiere al primer mes completo después de la depreciación de la moneda brasileña, el real, al modificarse la política cambiaria el 13 de enero.
Pese a que la encuesta abarca al mercado de trabajo desorganizado e informal, el Departamento Intersindical de Estudios Socioeconómicos registró índices de desempleo más elevados en Sao Paulo. En febrero alcanzó a 18,7 por ciento, lo que equivale a 1,61 millones de desocupados.
La industria de transformación es el sector que más fuentes de empleo ofrece en los últimos años.
Otros datos dados a conocer por el IBGE indican que la industria empleaba 9,2 por ciento menos de trabajadores en enero que en igual més del año pasado.
En el sector de productos alimentarios la reducción alcanzó 34,3 por ciento, seguida de material de transportes, que incluyen a montadoras de vehículos, con 23,9 por ciento.
La masa salarial del sector industrial, acompañando ese proceso, presentó en diciembre de 1998 una reducción de 12,5 por ciento, respecto de fines del año anterior.
Marcio Pochmann, experto en economía de la Universidad de Campinas espera para los próximos dos meses un auge más acentuado del desempleo en Brasil, debido a que se acentuará la recesión por la depreciación del real.
El sector de servicios y el mercado informal ya revela un agotamiento en su capacidad de absorber los despedidos de la industria.
También el sector pblico, históricamente un gran empleador en Brasil, debe contribuir al aumento de la desocupaciónn, presionados para que reduzca los gastos por el ajuste fiscal acordado por el gobierno central con el Fondo Monetario Internacional, algunos
Es el caso de Espiritu Santo, estado ubicado al norte de Río de Janeiro, cuyo gobierno ya suspendió los contratos temporarios de 21.000 trabajadores y prepara el despido de otros 15.000, un tercio del total de funcionarios.
Una legislación aprobada por el Congreso obliga a los gobiernos estaduales y municipales a limitar en 60 por ciento de sus ingresos el gasto de salarios.
Con eso y la reforma administrativa, los funcionarios públicos perdieron las garantías vitales de permanencia en el empleo. (FIN/IPS/mo/dm/if/99