La aprobación final del "impuesto a los cheques", principal fuente de ingresos adicionales del ajuste fiscal, consolidó la mejora del ambiente económico en Brasil, lo que sostuvo hoy la recuperación del real y de las bolsas.
El dólar cerró este viernes a 1,85 reales, contra 1,92 el viernes anterior. Esa tendencia se mantuvo, pese a compras de divisas extranjeras hechas por el estatal Banco do Brasil en los dos últimos días y que, según suposiciones de operadores de mercado, responden a una orden del Banco Central.
La Bolsa de Sao Paulo registró una caída de 0,53 por ciento este viernes, pero acumuló un alza de 13,17 por ciento en la semana, con tendencia de aumento del volumen de negocios.
El índice de la Bolsa de Rio de Janeiro subió 0,3 por ciento este viernes y 9,8 por ciento en la semana.
El optimismo en los mercados brasileños, creciente en las dos últimas semanas, se fortaleció por la aprobación definitiva de la Contribución sobre los Movimientos Financieros, conocido como "impuesto a los cheques" que gravará los retiros bancarios en 0,38 por ciento a partir del 17 de junio.
La medida fue aprobada en en segunda vuelta por amplia mayoría el jueves en la Cámara de Diputados y representará ingresos por unos 8.000 millones de dólares durante sus primeros doce meses, la mitad del esfuerzo fiscal prometido por Brasil al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa decisión parlamentaria, que solo tendrá vigor 90 días después, era esperada para fines de este mes. Constitutuye la última legislación importante del programa trienal de ajuste fiscal, acordado con el FMI.
Con su aprobación, el Fondo anunció la liberación, el 30 de marzo, de 8.600 millones de dólares, la segunda partida de la asistencia financiera comprometida a Brasil, que involucra también el aporte de 20 países ricos.
Además, los grandes bancos de Europa y Estados Unidos prometieron mantener los créditos comerciales e interbancarios a Brasil, en respuesta a las gestiones hechas la semana pasada por el ministro de Hacienda, Pedro Malán, y el nuevo presidente del Banco Central, Arminio Fraga.
Otro hecho favorable son las señales de que el brote inflacionario ya empezó a perder fuerza en Brasil. Los institutos especializados y bancos redujeron sus previsiones para los precios este mes, ante una fuerte baja de los precios agrícolas en el mercado mayorista.
Ese índice, según el cálculo de la Fundación Getulio Vargas, fue el más elevado de febrero (4,44 por ciento), por incluir los precios mayoristas, y se prevé que baje a entre tres y 3,5 por ciento, estimó Paulo de Melo Cota, responsable de las mediciones inflacionarias. El pronóstico anterior era de cuatro por ciento.
Los precios al consumidor se mantendrán en niveles muy inferiores, con un alza de 1,5 a 2 por ciento, agregó.
Las autoridades pasaron a prever para este año una inflación acumulada inferior a la meta de 16,8 por ciento fijada en el acuerdo con el FMI. Claudio Consdera, secretario de Acompañamiento Económico, espera una inflación menor a 15 por ciento.
Con los datos sobre la recuperación del real, aunque lenta, y sobre el control de la inflación, se amplió la percepción de que lo peor de la crisis ya pasó. En el mercado futuro, la tendencia es de baja para el dólar y los intereses, fijados por el Banco Central en 45 por ciento para sus operaciones.
Algunas medidas del Banco Central, como la reducción del tributo al ingreso de capitales de corto plazo y de restricciones al financiamiento de importaciones, contribuyeron a invertir la tendencia del cambio.
Ahora se espera que la actividad exportadora vuelva a crecer, lo que exige la normalización del crédito.
La Confederación Nacional de la Industria divulgó este viernes su informe sobre perspectivas del comercio exterior, considerando que difícilmente Brasil alcance un superávit de 11.000 millones de dólares este año, como establecen las metas establecidas en el acuerdo con el FMI. (FIN/IPS/mo/mj/if/99
