El gobierno de Uruguay anunció esta semana medidas para mejorar la situación de sectores productivos afectados por la crisis brasileña, pero industriales, exportadores y comerciantes las consideran insuficientes.
Aproximadamente un tercio de la producción de Uruguay se vende a Brasil, y la depreciación del real plantea serios riesgos para la competitividad y la rentabilidad de las exportaciones.
Las medidas que el gobierno comenzó a aplicar el miércoles pasado tienen como objetivo principal reducir los costos financieros y fiscales de la pesca, la industria automotriz y el sector agropecuario, y son complementarias de otras que se tomaron antes aisladamente.
Las autoridades consideraron que esos sectores fueron los más afectados por la caída de la moneda brasileña.
El "alivio" proporcionado a esos sectores incluye la postergación de las fechas de pago del Impuesto al Patrimonio y de los aportes al organismo estatal de previsón social, que además se redujeron para la industria pesquera.
Las empresas exportadoras de vehículos armados en Uruguay y de piezas de automóviles de fabricación local también recibieron beneficios que disminuirán su pago de impuestos.
Por otra parte se suspendió el cobro del impuesto de 0,21 por ciento que recae sobre las exportaciones de carne bovina y ovina, lana y productos lácteos.
En beneficio de la industria manufacturera se dispuso una rebaja de cinco por ciento en el precio del fuel oil.
Las medidas fueron anunciadas por el ministro de Economía Luis Mosca, quien se reunió luego con el presidente Julio María Sanguinetti.
Sanguinetti y Mosca señalaron su preocupación por el "efecto Brasil" sobre la actividad económica y el empleo en Uruguay, pero tras la reunión entre ambos fuentes del gobierno dijeron a IPS que "por el momento" no se adoptarán otras medidas para beneficiar a las empresas afectadas por la crisis brasileña.
Según el semanario Búsqueda, el gobierno considera que la economía local está "firme" para enfrentar la crisis y tiene una "situación financiera sólida".
Ante consultas políticas sobre las razones por las cuales no se utilizan reservas para contrarrestar los efectos generados por la devaluación de Brasil, Mosca dijo que se espera una caída de 150 millones de dólares de los activos en el primer trimestre de este año.
El ministro explicó que esas pérdidas no sólo se deberán a las repercusiones de la crisis brasileña, sino también al pago de deuda externa. No obstante, aseguró que en los meses siguientes se ganarán reservas, por lo que no habrá variación en el saldo durante 1999.
Las resoluciones del gobierno no conformaron a la mayoría de los empresarios, comerciantes e industriales.
El presidente de la Cámara de Industrias, Gualberto Rocco, que a mediados de marzo se reunirá con sus similares del Mercosur para analizar la situación regional, dijo que los anuncios de Mosca "no fueron lo que esperaba la industria".
Las medidas adoptadas por el gobierno son sólo "un pálido reflejo de lo que nuestro sector reclama al equipo económico" para a mantener la competitividad de los productos uruguayos, afirmó Rocco.
Víctor Angenscheidt, presidente de la Cámara Nacional de Comercio también reclamó beneficios de mayor impacto, entre los que mencionó un "fuerte" abatimiento de los costos internos y en especial del impuesto al valor agregado, que asciende a 23 por ciento.
"Los exportadores están colocando sus productos en Brasil pero a mitad de precio. Las medidas no son suficientes", dijo Angenscheidt.
Teresa Aishemberg, secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores del Uruguay, consideró a su vez que las resolucines del gobierno "ayudarán" a las empresas afectadas por la crisi brasileña pero no resolverán sus problemas.
Los empresarios que exportan a Brasil se ven forzados a renegociar sus precios, en muchos casos "reduciendo a la mitad los valores pactados con anterioridad", dijo Aishember.
Como ejemplo mencionó el caso de la leche "larga vida" (tratada para que se conserve varios meses si no se abre su envase), que se está vendiendo a Brasil a 20 centavos de dólar por cada caja de un litro, cuando el valor anterior a la crisis era de 40 centavos.
La Cooperativa Nacional de Productores de Leche, principal productora de esa mercadería, comenzó un plan de reducción de personal y de reestructura interna. (FIN/IPS/rr/mp/if/99)