/BOLETIN-DD.HH/ MUJER: Educación es clave del desarrollo

Los gobiernos del mundo deben dar prioridad a la educación de las niñas si pretenden que sus países progresen, dijeron altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el lunes, Día Internacional de la Mujer.

"La educación es un derecho humano fundamental, y la restricción del acceso de las niñas a la enseñanza no sólo es un problema para ellas como personas, sino también para el futuro de sus países", declaró Joann Vanek, jefa del Departamento de Estadísticas sobre Género, Asuntos Sociales y Vivienda de la ONU.

"Los beneficios de la enseñanza para niños y niñas son obvios, e incluyen en especial la posibilidad de lograr mayor independencia y mejor situación económica, pero si las niñas recibieran una buena educación, no sólo mejorarían sus propias vidas sino también las de sus hijos", señaló Vanek.

Estadísticas de la ONU indican que las mujeres que reciben mayor educación tienden a casarse más tarde y son proclives a tener familias pequeñas, con hijos más sanos y mejor educados.

Esto también significa que esas mujeres tuvieron menos probabilidades de morir en la adolescencia, declaró un funcionario especializado en problemas de salud.

Complicaciones vinculadas con la gestación son una de las mayores causas de mortalidad entre niñas de 15 a 19 años. En Africa, tres de cada cuatro mujeres adolescentes son madres, y 40 por ciento de las mujeres de ese continente que tienen hijos son menores de 17 años.

"Un quinto de las mujeres del mundo ya están casadas a los 16 años, y la mayoría de ellas tienen su primer o segundo hijo antes de cumplir los 20", apuntó Pramilla Senenayake, subdirectora general de la Federación Internacional de Planificación Familiar (FIPF).

"La maternidad precoz puede tener graves consecuencias sobre la salud de esas mujeres cuando llegan a la edad madura. Mujeres de 40 años pueden representar el doble de su edad simplemente por la cantidad de embarazos que su cuerpo debió soportar", indicó Senenayake.

"Las mujeres tienen derechos sobre su pelo, sus manos y sus pies, pero no tienen control sobre sus órganos reproductivos. Abogados, políticos y sacerdotes son los que ejercen ese control. Las mujeres se han convertido en peones de corporaciones privadas", añadió.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), nunca hubo tanta gente joven en el mundo. Más de 1.000 millones de personas (900 millones en los países en desarrollo) tienen edades entre 15 y 24 años, y ese grupo está aumentando rápidamente en muchos países.

"Esos jóvenes tienen necesidades especiales en materia de salud y educación, incluyendo el área clave de la salud sexual y reproductiva, para contribuir al desarrollo y alcanzar todo su potencial individual", afirmó Nafis Sadik, director ejecutivo del UNFPA, en su informe "El Estado de la Población Mundial en 1998".

"La revolución demográfica significa que la inversión en los adolescentes debe ser la pieza central del desarrollo económico, además de una forma de asegurar la supervivencia de los países, y quizá la inversión en la educación de las niñas sea la más importantes para los países en desarrollo", agregó Vanek.

Hace diez años que la Convención de los Derechos del Niño afirmó el derecho de todos los menores a tener igual acceso a la educación, y hace casi una década que la educación de las niñas fue considerada "la prioridad más urgente" en la Conferencia Mundial de Educación para Todos.

Pero las niñas siguen siendo discriminadas en el acceso a la educación.

De los 130 millones de menores (de entre seis y 11 años de edad) que están fuera del sistema educativo en los países en desarrollo, casi dos tercios son niñas. El abandono de las clases y la repetición de cursos también son mayores entre las niñas que entre los niños.

Esto ocurre aunque 96 por ciento de esos menores viven en países que firmaron la Convención sobre Derechos del Niño.

"Cerca de mil millones de personas, dos tercios de las cuales son mujeres, entrarán en el siglo XXI sin poder escribir sus nombres, comprender un simple formulario, leer un libro o usar una computadora", expresó Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

"El mundo no puede permitirse ese enorme desperdicio de potencial humano", agregó

Según Bellamy, la educación es la clave para revertir esa situación, y "las mujeres instruidas son menos pasibles de ser oprimidas y explotadas, y tienden más a participar en procesos políticos".

No obstante, faltan "la voluntad política y los recursos para extender los beneficios de la educación a todos los niños del mundo", añadió. (FIN/IPS/tra-en/aw/kb/ego/mp/hd/99

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