/BOLETIN-DD HH/ CAMBOYA: Obstáculos para poner al Jemer Rojo en el banquillo

Un panel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó crear un tribunal dependiente del foro mundial para juzgar a miembros del gobierno del Jemer Rojo en Camboya (1975-1979) por genocidio y crímenes contra la humanidad.

Pero la constitución de un tribunal así, similar a los que funcionan para juzgar delitos similares en la antigua Yugoslavia y en Ruanda, afrontaría serios obstáculos, en especial porque pondría en aprietos a China y Estados Unidos, ambos con poder de veto en el Consejo de Seguridad.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que tomará una decisión para establecer ese organo judicial el día 15, cuando dé a conocer de forma oficial el informe del panel de tres miembros.

Una copia de las conclusiones, obtenida por IPS, indicó que el panel encabezado por Ninian Stephen postula con fuerza la creación de un tribunal que juzgue a los líderes del Jemer Rojo por genocidio y crímenes contra la humanidad.

Entre 1975 y 1979, cuando el fundador del Jemer Rojo, Pol Pot, asumió el poder en Phnom Penh, y alrededor de dos millones de camboyanos fueron asesinados o perecieron de hambre y enfermedades curables, según expertos humanitarios.

"El grupo cree que un tribunal de la ONU debe tener jurisdicción sobre crímenes contra la humanidad y genocidio. Esos dos delitos, en especial crímenes de lesa humanidad, constituyeron el reinado de terror del Jemer Rojo" encabezado por Pol Pot, fallecido el año pasado.

El informe no evitó exponer los peligros políticos que podría afrontar la ONU si intenta poner en el banquillo a los directivos del Jemer Rojo que sobrevivieron a Pol Pot por su papel en los campos de muerte.

El panel estimó que no puede confiarse a Camboya la organización de un tribunal propio, ni considerarse la posibilidad de que un tribunal internacional se instale en su territorio. En esos casos, "cualquier proceso judicial estaría sujeto a manipulación de fuerzas políticas" nacionales.

El grupo indicó que la transición del autoritarismo a la democracia en Camboya ha sido incompleta y que siguen las luchas entre facciones. El primer ministro camboyano Hun Sen logró el año pasado el control total del poder tras expulsar a su adjunto, el príncipe Norodom Ranariddh, y convocó a elecciones nacionales.

Un tribunal de la ONU debe instalarse "en alguna parte de la región Asia-Pacifico", pero fuera de Camboya, recomendó el informe.

"Un tribunal en la región daría a los camboyanos la sensación de que los procesos tienen lugar en la parte del mundo que les corresponde y no, por ejemplo, en la lejana Europa, lo cual les permitira también seguirlos de cerca", agrego.

El panel se opuso no sólo a la instalación de un tribunal en Camboya, sino también a buscar cualquier tipo de autorización a su funcionamiento del gobierno de Hun Sen, lo que permitiría "la intrusión de factores políticos" que "demoren los asuntos pendientes".

Mientras el panel está de acuerdo en la inclusión de al menos un funcionario camboyano en el proceso judicial, advirtió que podría resultar imposible encontrar un juez "libre de la apariencia de todo prejuicio".

En cambio, el tribunal urgió a la ONU la instalación de un tribunal estructurado con los mismos lineamientos de aquellos formados para juzgar crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia y en Ruanda.

Al igual que para esos dos tribunales, la fiscal principal para Camboya debería ser la canadiense Louise Arbour, quien, según el panel, tendrá que ser asistida por un vicefiscal "específicamente responsable de este proceso".

La constitución del tribunal requeriría el apoyo de las 15 naciones que componen el Consejo de Seguridad, una de cuyos cinco miembros permanentes, China, podría vetar cualquier tribunal sobre Camboya.

China fue el principal aliado y patrocinador del Jemer Rojo, y junto con Estados Unidos brindó luego apoyo al movimiento y sus aliados, tras la caida de Pol Pot en 1979 por la invasión de fuerzas respaldadas por Vietnam.

Beijing ya ha prevenido que rechaza la creación de un tribunal de la ONU que pueda quebrar la frágil estabilidad en Camboya.

El gobierno de Hun Sen, que ahora vacila en su apoyo a un proceso tras haber pedido el año pasado asistencia a la ONU para un tribunal, podría oponerse también a las recomendaciones del panel de Stephen.

Hun Sen ha insistido que cualquier organismo judicial debe investigar tanto los crímenes perpetrados antes del gobierno de Pol Pot, cuando Estados Unidos bombardeó Camboya y apoyó la asunción del régimen de Lon Nol, como después de 1979 cuando el Jemer Rojo siguió luchando.

La investigación de ambos períodos podría resultar embarazosa para Estados Unidos que, como China, tiene poder del veto en el Consejo de Seguridad.

Hun Sen dijo el miércoles en Phnom Penh que su gobierno favorecería una comisión semejante a la que funciona en Sudáfrica, El Salvador y otras zonas donde se produjeron graves conflictos, que podría brindar una amnistía general a aquellos comparecientes acusados de atrocidades.

El panel de Stephen rechazó la constitución de una comisión de ese tipo. "El grupo no está francamente seguro de si la política camboyana ya ha llegado al nivel de reconciliación nacional necesario para establecer una comisión así", expresó. (FIN/IPS/tra-en/fh/kb/ego/mj/ip hd/99

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