/BOLETIN-CIUDADES/ VENEZUELA: Invasiones, granada fragmentaria para Chávez

La actividad económica, el orden público, el ejercicio de la autoridad y la imagen de Venezuela son frentes del gobierno del presidente Hugo Chávez alcanzados con creciente impacto por una granada social y fragmentaria: las invasiones.

Centenares de terrenos rurales y urbanos, así como casas y edificios en 12 de las 24 regiones administrativas del país, han experimentado invasiones, por decenas de miles de personas que reclaman vivienda o tierra para trabajar.

Cuando a comienzos de mes las invasiones crecían a un ritmo mayor que en otras épocas de transición -son comunes al cambiar el gobierno cada cinco años- Chávez pidió comprensión para los ocupantes y alertó que se abstendría de usar en su represión a la Guardia Nacional, fuerza militar con funciones de policía.

Para sus críticos, como los líderes de los partidos opositores Acción Democrática (AD, socialdemócrata) y Copei (democristiano), con esa actitud el presidente dio un pistoletazo de partida para desencadenar las invasiones.

"Diera la impresión de que hay una conspiración en marcha contra la propiedad privada. Los discursos ambiguos del presidente en el fondo terminan estimulando las invasiones", dijo el secretario general de Copei, Donald Ramírez.

Carlos Canache, presidente de AD, aseguró que Chávez "destaca que hay grandes propietarios con miles de hectáreas que no le reparten un pedazo a los necesitados: justifica las invasiones aunque diga que no ha autorizado a nadie a que invada".

Los principales partidos que apoyan a Chávez, Movimiento Quinta República, Patria Para Todos y Movimiento al Socialismo, acusaron a activistas de AD de estimular las invasiones para crear problemas al gobierno.

El ministro del Interior, Luis Miquilena, sostuvo que el problema "se ha exagerado y parece una novela por capítulos", en alusión a su despliegue en la prensa, radio y televisión, tanto en los espacios informativos como de opinión.

Incluso el único canal de televisión en el país dedicado 24 horas diarias a la información, Globovisión, ya fijó un segmento destinado a ventilar, cada hora, novedades y comentarios sobre las invasiones.

Chávez ha reiterado que la Guardia nacional, una de las cuatro fuerzas armadas bajo su comandancia, no reprimirá a los invasores porque "no voy a mandar fusiles contra los estudiantes y campesinos, contra mujeres y niños. No lo haré".

Dirigiéndose a los gobernadores regionales y alcaldes, Chávez dijo: "Si tienen policía, utilícenla. Y usen su liderazgo. Atiendan a los que invaden. Hay que oírlos, porque son tan venezolanos como los que no somos invasores".

Los gobernadores y alcaldes han quedado entrampados entre la necesidad de garantizar el respeto a la propiedad privada, con fuerzas policiales a menudo insuficientes, y la pérdida de respaldo de la Guardia Nacional para imponer el orden público.

La Guardia y los comandos militares en las regiones se han limitado a "labores persuasivas" -explicar a los ocupantes que su acción no progresará y que los tribunales actuarán en su contra- y a improvisar "censos" de los demandantes de tierra.

Los gremios de ganaderos, comerciantes e industriales, así como la confederación de empresarios, Fedecámaras, han reclamado que el gobierno "condene enérgicamente la invasión de la propiedad, que trae una onda expansiva muy peligrosa".

José Luis Betancourt, presidente de los ganaderos, advirtió que "la imagen que está dando Venezuela es la de un país sin ley, porque aquí no hay problemas de tierras sino incapacidad del gobierno para proveerlas a quienes las necesitan".

El general retirado Francisco Visconti, viceministro de Agricultura, ofreció que el gobierno creará nuevos asentamientos campesinos sobre 2,5 millones de hectáreas de propiedad estatal.

También el ejercicio de autoridad se resiente con el problema, en los muchos casos en que los ocupantes rehusan desistir, afectándose desde autoridades locales hasta Chávez mismo, que en la ciudad de Maturín pidió desocupar un terreno y fue desoído.

Para Eliseo Sarmiento, directivo de Fedecámaras, "falta más autoridad y gobierno", y articulistas comienzan a preguntarse dónde está el Chávez que, teniente coronel retirado luego que intentó un golpe de estado en 1992, proyectó una imagen de fuerza durante su campaña electoral de 1998.

El canciller José Vicente Rangel, "voz política" del gobierno, destacó: "La ocupación de tierras es un problema pasajero. En cambio, su represión, especialmente con la Guardia Nacional, sería como echarle gasolina al fuego". (FIN/IPS/jz la 99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe