/BOLETIN-AMBIENTE/ EE UU: Degradación ambiental causaría conflictos bélicos mundiales

El aumento de los problemas ambientales previsto para el próximo siglo, que incluye el cambio climático inducido por la actividad humana y la escasez de agua, podría causar más conflictos armados, sobre todo en los países en desarrollo, advirtieron investigadores de Estados Unidos.

"Esta es una época de cambios ambientales sin precedentes, y muchos cambios podrían originar otro tipo de conflictos", señala el informe presentado por un equipo de investigadores ante la Comisión Carnegie para la Prevención de Conflictos Letales, con sede en Washington.

El deterioro creciente del aire, del agua y de la calidad de los suelos, junto con la presión de las poblaciones humanas que van en aumento, resultará en una mayor competencia por los recursos y en más conflictos, afirmó el principal autor del estudio, Donald Kennedy, profesor de políticas ambientales internacionales en la Universidad de Stanford, California.

El aumento de las poblaciones, o los "refugiados ambientales", desplazados por la degradación de la calidad del agua y los suelos o por los cambios climáticos, también podría causar conflictos en países o comunidades cercanos, según el estudio "Calidad ambiental y conflicto regional".

La competencia para conseguir agua se convertirá en una fuente clave de conflictos entre y dentro de los países, ya que los ríos y los lagos están cada vez más contaminados y hay cada vez más demanda, señala el estudio.

"Creemos que habrá cada vez más escasez de agua mientras la población del mundo en desarrollo sigue creciendo y la urbanización presenta una demanda cada vez mayor no sólo en cantidad sino también en calidad", advierte.

Más de 200 ríos y varias fuentes de agua subterránea son compartidos entre varios países.

Hubo litigios al respecto que podrían haber culminado en conflictos entre Turquía y Siria por el río Eufrates, y también entre Mauritania y Senegal por el río Senegal. Otro conflicto involucró a India, Bangladesh y Nepal por el uso de los ríos Ganges y Brahmaputra.

Los científicos estimaron que habrá conflictos por el agua del río Nilo entre Etiopía y Sudán ya que los proyectos de irrigación, sumados al crecimiento de las poblaciones respectivas, requieren más agua.

También hay tensión en Angola, Botswana y Namibia, los países del árido sur de Africa dónde no hay ningún acuerdo a largo plazo sobre el uso del río Okavango.

"Existe la posibilidad de que se produzcan grandes desplazamientos de población en el futuro por esos motivos, lo cual también es una fuente posible de conflictos", agrega el estudio.

Las migraciones forzosas y los refugiados a causa del agotamiento de los suelos y las malas cosechas son otra fuente posible de conflicto con las poblaciones vecinas, o podrían empeorar los problemas de ciudades cercanas si la gente emigra a las zonas urbanas, explica el documento.

"Si los suelos se deterioran y la deforestación reduce la cantidad de agua y madera, los pastores deben irse más lejos y los agricultores deben plantar extensiones más grandes para producir la misma cantidad de alimentos", detallan los científicos.

"Esos efectos, si son muy severos, pueden causar desplazamientos masivos de población, lo que constituye una causa potencial de conflictos", advierte el texto.

Los habitantes de Afganistán, Angola, Etiopía, Haitía, Ruanda, Sierra Leona y Somalia sufrieron conflictos que se agravaron y quizá fueron causados por la escasez de alimentos debido a factores ambientales, según el estudio.

Será necesario dedicarse más a la investigación agrícola para mejorar las cosechas, como aconseja el Grupo Consultor sobre Investigación Agrícola Internacional, observó Kennedy.

El daño ambiental causado en un país por las actividades de su vecino también podría ser una fuente de conflicto.

Buena parte de los recursos alimentarios de Camboya, por ejemplo, provienen de la pesca en el Tonle Sap, uno de los lagos más grandes y más productivos del mundo, pero la erosión de las montañas lindantes por la explotación forestal de la frontera con Tailandia hace peligrar la pesca, explica el informe.

Podrían ocurrir otro tipo de conflictos dentro de un país ya que la consecuencia de una serie compleja de sucesos de degradación ambiental, como el deterioro de la salud pública a causa de la contaminación, podría ser un colapso económico o una hambruna.

El colapso o la hambruna provocarían la falta de confianza pública en la capacidad del Estado para hacerse cargo del problema, lo que podría derivar en violencia comunitaria o guerras civiles, advierte el informe.

Inundaciones, tormentas y el aumento del nivel del mar debido al recalentamiento planetario causado por la emisión de gases invernadero podría ser otra causa de violencia y guerras, puesto que las personas se ven obligadas a cambiar de lugar para vivir.

La mayoría de los científicos cree que esos gases, producidos por la combustión de nafta, petróleo, carbón y otros químicos derivados del carbón, fueron recalentando la atmósfera terrestre y alteraron el clima.

Esta década fue la más cálida que se haya registrado, y 1998 fue hasta ahora el año más caluroso. La frecuencia y severidad de la corriente del Niño y las sequías, inundaciones y fenónemos climáticos extremos que trae aparejados se consideran señales del tipo de cambio climático esperable debido al recalentamiento.

"El cambio climático del planeta se agregará a algunas o a todas las complicaciones causadas por el crecimiento de la población y el agotamiento de los recursos", advirtió Kennedy.

"Una de las consecuencias posibles, si todos esos fenómenos ocurren juntos, es que los cambios ambientales provocados por la actividad humana incrementen los movimientos masivos de la población, lo que implicaría conflicto", detallaron los científicos.

Los cambios climáticos, como se vio en los efectos del Niño, tienen un efecto grave sobre las cosechas. Zimbabwe, por ejemplo, perdió 10 por ciento de su cosecha luego del paso del Niño, lo que implicó una disminución de 2,6 por ciento del producto interno bruto, recalca el documento.

Los científicos también prevén que aumentará la gravedad de las enfermedades infecciosas, incluso la malaria y el cólera, debido a los cambios climáticos.

Las temperaturas más altas permiten que los mosquitos portadores de enfermedades vivan más tiempo y vuelen distancias más largas, sobre todo en regiones más altas.

Los casos de malaria en las regiones altas de Ruanda aumentaron más de 500 por ciento en 1987, un año excepcionalmente cálido y lluvioso debido a El Niño.

"La amenaza que se cierne en estos casos en la ciudades tropicales situadas en las alturas, como Nairobi y Ciudad de México, debe ser controlada", advierte el informe.

Kennedy señaló que la emergencia de las enfermedades infectocontagiosas combinada con otros factores que las promueven, como el aumento de la población y los cambios ambientales, podrían adquirir un rol protagónico en los conflictos regionales.

"Las epidemias agravan otras consecuencias del crecimiento de la población y el agotamiento de los recursos, porque hacen que las personas se vuelvan más vulnerables a la mala alimentación y a las enfermedades", explicó.

"Los refugiados médicos del futuro se moverán en forma masiva hacia regiones o estados vecinos, dónde se encontrarán con poblaciones cuyas desconfianza e incomodidad por la invasión se verán agravadas por el miedo al contagio de infecciones", concluyó Kennedy. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/ceb/aq/en-ip/99

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