Científicos de Estasdos Unidos pidieron al gobierno de su país ocho millones de dólares para investigar las causas de la rápida disminución de la cantidad de sapos, ranas y salamandras en el planeta.
La misteriosa crisis afecta a los anfibios de lugares tan alejados como Australia y América Central.
La o las causas específicas del fenómeno no fueron claramente identificadas aún y es posible que varíen de acuerdo a la región, pero entre ellas se cuentan el uso de pesticidas, enfermedades, el adelgazamiento de la capa de ozono, la polución aérea y la plantación de especies invasoras.
"Lo más grave es que la desaparición de los anfibios es mundial, repentina y veloz", explicó Bill Brown, un asesor científico del Departamento del Interior.
Cerca de un tercio de las 230 especies nativas de anfibios están disminuyendo su población en Estados Unidos.
En casi todos los estados de la Unión se informó de deformidades en las ranas tales como miembros múltiples, falta de otros y anormalidades faciales.
El secretario del Interior de Estados Unidos, Bruce Babbitt, pidió que se agreguen 8,1 millones de dólares al actual presupuesto de un millón de dólares para la Misión Especial contra la Disminución y Deformaciones de los Anfibios, a fin de supervisar e investigar el tema.
La Misión, creada en septiembre del año pasado, coordina a 15 agencias federales que monitorean a los anfibios de los parques nacionales y de las reservas nacionales de fauna.
El problema afecta a todo el planeta, por lo que los demás países deberían financiar los mismos esfuerzos de investigación y conservación, advirtió Ronald Heyer, director de la Misión Especial contra la Disminución de la Población de Anfibios, una red internacional de más de 1.000 científicos.
"Todos los biólogos que se ocupan de anfibios se convencieron ahora de que está ocurriendo una catástrofe entre esos animales. Tenemos que hacer estudios internacionales comparativos para determinar si la disminución es causada por factores planetarios", indicó Heyer, curador de investigaciones del Museo Nacional de Historia Natural.
Entre esos factores estaría la reducción de la capa de ozono, que provoca el aumento de las radiaciones ultravioleta- B, o la propagación de ciertos productos químicos peligrosos, conocidos como Clorinas Orgánicas Persistentes, que interrumpen la reproducción y el desarrollo de los organismos.
Se informó de disminuciones y extinciones recientes de anfibios en América Latina y en Australia, mientras en numerosas regiones se carece de datos.
"Casi no hay informaciones disponibles de Africa tropical, Madagascar y Asia continental tropical", observó Heyer.
La desaparición de los sapos dorados de Costa Rica movió a los científicos a estudiar el fenómeno en otras regiones.
En 1981, había en la reserva de Monteverde, en ese país centroamericano, unos 1.500 sapos dorados, que se redujeron a 10 al año siguiente y a sólo uno en 1989.
Disminuciones y extinciones similares se produjeron en América Central y del Sur, el Caribe, Sri Lanka y Australia. En Puerto Rico tres especies de sapos desaparecieron por completo, dijo Heyer.
La sede en Ginebra de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza anunció que 156 especies, 25 por ciento del total de anfibios del planeta, están extintas, en situación crítica, o en peligro de extinción.
Un estudio similar de Conservación de la Naturaleza de Washington mostró que casi 40 por ciento de los anfibios de Estados Unidos están en peligro de extinción.
Los científicos creen que la principal causa de las disminuciones en Australia y América Central podrían ser agentes patógenos virales o micóticos.
Pero dado que los agentes patógenos circulan desde hace un tiempo, algunos expertos sostuvieron que las ranas podrían haberse vuelto más sensibles a la enfermedad debido a factores ambientales.
Los pesticidas y el incremento de las radiaciones ultravioletas podrían debilitar el sistema inmunológico de esos animales, explicó Heyer. Especies invasoras también pueden haber propagado enfermedades contra las cuales los anfibios autóctonos no tienen defensas.
Las ranas son muy sensibles a los cambios químicos del aire y del agua y a la polución porque dependen de su ciclo vital en el agua y respiran a través de la piel.
La mayoría de los anfibios se desarrollan en dos etapas, y eso podría volverlos más vulnerables a factores ambientales que interferirían con su crecimiento y desarrollo.
Muchas ranas y sapos desaparecen en zonas tan puras como la selva de Monteverde. En Estados Unidos, la población de sapos y ranas disminuyó en los parques nacionales Yosemite, Yellowstone y Grand Teton.
Gary Fellers, un biólogo de Supervisión Geológica de Estados Unidos que estudió las ranas de California durante los últimos ocho años, dijo que cinco especies de ranas de la lejana región montañosa de Sierra Nevada están en vías de extinción.
La rana de patas amarillas de California, que abundaba a comienzos del siglo, se volvió difícil de encontrar desde la década del 80, comentó.
"Estas disminuciones no se deben a la pérdida de hábitat. Ocurren en zonas silvestres, lugares donde uno esperaría que los anfibios y otros animales salvajes estuvieran protegidos", observó.
Fellers y otros científicos sostienen que la causa más probable de la disminución es la contaminación provocada por el uso de pesticidas, aunque incidan varios factores ambientales.
Grandes cantidades de pesticidas y herbicidas empleados en la agricultura son transportados por el aire y llegaron a zonas silvestres remotas.
Del mismo modo, científicos que estudian a los anfibios de la reserva de Costa Rica creen que los pesticidas fueron transportados desde los establecimientos costeros por las nubes.
"No gemos demostrado que la contaminación haya sido la causante directa de las disminuciones. Pero las zonas con mayor nivel de contaminación son las que cuentan con el menor número de ranas", observó Fellers. (FIN/IPS/tra-en/dk/ceb-dg/en/99