/BOLETIN-AMBIENTE/

Funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) temen que la caída de los precios del petróleo provoque un consumo excesiva de energía y el aumento de la demanda de automóviles todo terreno y de lujo.

"El actual aumento del consumo energético se debe en parte a la disminución de los precios del petróleo", advierte un informe de 23 páginas difundido por la ONU la semana que concluye.

El precio del barril de crudo era de 20 dólares a comienzos de 1998 y ahora está a 10 dólares, el más bajo en décadas, lo que promovió una crisis de liquidez en los países exportadores de petróleo.

Por otro lado, el aumento del consumo de petróleo podría traer aparejado el aumento de la demanda de productos como los vehículos de alto consumo de combustible y los electrodomésticos de gran consumo de energía.

En caso de mantenerse la tendencia de consumo de energía y combustible fósil, las emisiones de dióxido de carbono y el consumo mundial de energía en el 2010 serán 50 por ciento más altas que en 1993, advirtió el estudio.

Además, hay muchos más conductores y la gente tiende a comprar vehículos sin tener tanto en cuenta la capacidad de aprovechamiento de combustible, en parte debido a la disminución de los precios.

El año pasado los consumidores estadounidenses siguieron cambiando sus automóviles por camionetas, que consumen más gasolina y contaminan más el ambiente. Esa tendencia está anulando los logros que se habían obtenido a nivel de contaminación, señala el estudio.

La disminución del precio del petróleo obligó también a reducir el gasto público, por lo que se aplazaron algunos proyectos de construcción de infraestructura en Arabia Saudita, Argelia, Kuwait y Nigeria, países cuyas finanzas en moneda extranjera dependen de la exportación de petróleo.

El estudio de la ONU, titulado "Un análisis completo de los cambios en el consumo y de los modelos de producción", será presentado en una reunión de la Comisión de Desarrollo Sustentable que se realizará del 19 al 30 de abril.

En general, hay acuerdo en que habrá que combinar el aumento de energía y de eficiencia material en los procesos de producción con cambios en los patrones de consumo de bienes y servicios, si es que se trata de estabilizar las emisiones de gases invernadero, indicó el informe.

Los automotores consumen 15 por ciento del combustible fósil del planeta y producen 15 por ciento también de las emisiones de dióxido de carbono, además de representar 80 por ciento del consumo de energía utilizada en transporte.

Desde comienzos de los años 70, la flota mundial de automóviles, camiones y ómnibus creció a un ritmo de 16 millones de vehículos por año, por lo que había 630 millones en 1994. "Si este ritmo de crecimiento se mantiene, habrá 1.000 millones de vehículos en el mundo en el año 2025", señaló el documento.

Alison Drayton, en representación de los 133 países en desarrollo que integran el Grupo de los 77, dijo que el consumo excesivo de combustible en el norte y la pobreza y sus problemas derivados en el sur son problemas insostenibles. Por lo tanto, se imponen cambios estructurales en ambas zonas.

"En este mundo globalizado y liberalizado económicamente, los patrones de consumo de los países industrializados tienen una fuerte influencia en los países en desarrollo", sostuvo Drayton, de Guyana.

La discusión sobre los modelos de consumo no sería completa si no se trataran también las cuestiones de comercio, inversiones, comunicación, prensa, publicidad y marketing.

"La información es clave para conocer el abanico de opciones de consumo, y para que los consumidores hagan elecciones concientes", manifestó Drayton.

"Creemos que también hace falta un estudio profundo sobre el rol de los medios de comunicación y de publicidad en la promoción de modelos insostenibles de consumo y, por supuesto, en la exportación", agregó.

La presión comercial de los países ricos también fomentó prácticas de consumo insostenibles en los países pobres. No es inusual, por ejemplo, que los países industrializados traten de obtener rebajas en los aranceles de exportación a los países en desarrollo.

Es posible que, desde una perspectiva comercial, esos países consideren que su política es justificable. Pero, si se trata de obtener patrones sostenibles de consumo, hay que tener en cuenta ciertas consecuencias, sostuvo.

La disminución de los aranceles a los automóviles de lujo, los electrodomésticos, y las importaciones de alto precio de los países industrializados causarán un gran impacto en los patrones de consumo de las naciones en desarrollo.

El informe de la ONU señala que los países en desarrollo, que tienen 80 por ciento de la población mundial, consumen cerca de un tercio de la energía del planeta y se calcula que, si la tendencia se mantiene, el consumo aumentará a cerca de 40 por ciento hacia el 2010.

Por otro lado, en la mayoría de los países industrializados hubo progresos continuos en la reducción energética y el consumo material por unidad de producción.

El aumento de la eficiencia por unidad de producción, sin embargo, fue superada por el aumento del volumen de producción y consumo, que condicionó el crecimiento continuado del total de energía y materiales consumidos. (FIN/IPS/tra- en/td/mk/ceb/aq/en/99

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