(Arte y Cultura) BOSNIA: La política se mezcla con las artes

Gradimir Gojer pasa la mayoría de las tardes en el café del Teatro Kamerni, en el centro de Sarajevo, discutiendo sobre arte con escritores, actores y artistas. Más tarde, se lo puede ver en un programa de televisión sobre política que recibe llamadas telefónicas en vivo.

Gojer, de 48 años, se viste muy prolijamente: camisa y corbata tostadas, chaqueta a cuadros y pantalón gris. Su barba es cana y tiene una profusión de rulos en el bigote. Parece un bohemio distinguido, o un empresarios con inclinación por las artes.

Es el director de teatro más famoso de Sarajevo y también el vicepresidente de uno de los partidos más respetados de Bosnia.

El Teatro Kamerni se hizo famoso durante el conflicto de 1992- 1995 en Bosnia-Herzegovina, después del quiebre de la ex Yugoslavia, porque le dio un nuevo sentido, más cargado aún de dramatismo, a la expresión "el espectáculo debe continuar".

Durante el sitio de Sarajevo, cuando los proyectiles daban contra el techo del teatro y varios espectadores fueron baleados – algunos resultaron muertos-, el Kamerni se negó a cerrar sus puertas.

"Una vez que hubo un bombardeo más fuerte que de costumbre, estábamos representando una comedia y algunos amigos y colegas resultaron heridos", recordó Gojer en entrevista con IPS.

"Los actores vinieron a preguntar si seguíamos con la representación. Yo abrí la puerta y les mostré a la gente haciendo cola en la entrada y los corredores del teatro", relató.

"Esas personas no estaban allí sólo para refugiarse del bombardeo. Estaban allí porque querían ver la obra, gracias a la que podrían olvidar por un rato la cruda realidad del exterior. Hubo varias ocasiones similares", explicó.

El nuevo Partido Social Demócrata de Bosnia-Herzegovina, surgido el mes pasado de la fusión de dos partidos de centro, constituye ahora la principal alternativa para los votantes bosnios desencantados con la política étnica de los partidos nacionalistas croata, serbio y musulmán.

Gojer obtuvo 130.000 votos en las elecciones de septiembre pasado, y para sorpresa de muchos dejó atrás al candidato de los nacionalistas croatas, Kresimir Zubak, que contaba con el apoyo de la comunidad internacional. Su campaña recalcó la recuperación económica de la región y desestimó las cuestiones étnicas.

"Mi objetivo principal era quebrar el monopolio de los partidos nacionalistas, y lo logré", observó.

Gojer es un producto de la vida cultural de Sarajevo antes de la guerra, un ambiente literario, musical y artístico que tanto él como otros intentan recrear en el proceso de normalización económica y política de Bosnia.

"La estrechez cultural del ambiente" está sofocando la posible recuperación artística, sostuvo. "Debería haber una postura más liberal y abierta hacia los artistas que se fueron durante la guerra y quieren regresar, y las autoridades deberían ser más comprensivas respecto de los eventos culturales".

En cierto sentido, la vida artística de Bosnia "está más restringida ahora que durante la guerra, porque el clima general no es positivo. Hay cierta frustración en el aire", observó.

"En una situación así es difícil motivar a los actores. La posición del teatro es ahora particularmente difícil, porque poco importa la cantidad de dinero que la sociedad vierta en teatro, si los procesos sociales y las dificultades económicas obstaculizan nuestro desarrollo", añadió.

Los salarios del equipo de 27 personas del Teatro Kamerni, que incluye 14 actores, los paga el gobierno de Sarajevo. Otros ingresos provienen de donaciones.

Durante el conflicto armado de Bosnia, la entrada al teatro era gratuita. Ahora cuesta cinco marcos, pero renovar la vida cultural de un país no puede ser algo lujoso, protestó Gojer.

"Los políticos ejercen más influencia que los artistas, eso es lo trágico de este país. Tendría que ser al revés. La crisis de Bosnia es moral, y los artistas, filósofos y las figuras religiosas pueden operar un cambio moral por sí mismos", dijo.

"Por desgracia, la renovación espiritual está en manos de los políticos", se lamentó.

La capacidad del arte de trascender las diferencias políticas quedó demostrada cuando Gojer dirigió Hamdibeg, una obra basada en una historia original de Haris Silajdzic, copresidente del gobierno central de Bosnia y primer ministro durante buena parte de la guerra.

"Aunque fui ministro sin cartera durante el gobierno de Silajdzic, nunca estuve cerca de él. Su ideas difieren de las mías, pero cuando leí su historia de amor me emocioné. Por eso dije que estaba dispuesto a dirigir la obra, y no me importó en absoluto que fuera escrita por él", explicó.

La obra de Hamdibeg hizo una gira por cuatro ciudades de Estados Unidos luego de una puesta en escena exitosa en Tuzla. Fue la primera vez que una obra en bosnio se puso en escena en Estados Unidos, y en las cuatro ocasiones el teatro estuvo lleno.

"Me alegra que la obra fuera exitosa, porque esperaba que lo fuera, debido a lo escrito por Silajdzic, más allá de nuestras diferencias políticas. Respeto sus propósitos como político, cuyo enfoque humanístico lo llevan a realizarse también como autor", comentó Gojer.

La recuperación económica y política de Bosnia ha sido lenta, pero el arte sigue teniendo un rol crucial como afirmación de la vida ya que "sin su influencia, la vida desaparecería", declaró Gojer, quien se manifestó "profundamente convencido de que el arte cambia el mundo".

"El arte y el espíritu resultante, al final, ganan. Si no creyera eso habría cambiado de profesión. Haría otra cosa más aprovechable", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ks/mk/ceb/99

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