Las mujeres son mayoría en Argentina en las carreras profesionales vinculadas a la salud, pero su presencia es exigua en la dirección de hospitales y en los centros de decisión en materia sanitaria.
"La dirección de la salud en Argentina es todavía muy machista", dijo a IPS la doctora Mabel Bianco, directora de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer y consultora de organismos internacionales en temas del área.
Son mujeres 65 por ciento de los estudiantes matriculados en Odontología, 66 por ciento en Medicina, 72 por ciento en Farmacia y 82 por ciento en Psicología, de acuerdo con el censo realizado en 1995 en 13 universidades de la capital.
"Hay una feminización de las carreras médicas y en los distintos servicios hospitalarios", admitió Bianco, pero en seguida aclaró que, no obstante ese avance, hay pocas jefas de servicio y casi ninguna directora de hospital.
Sólo uno de los 24 hospitales de la ciudad de Buenos Aires tiene a una mujer en su dirección. Más difícil todavía es hallar alguna directora entre los centros de salud provinciales y lo mismo ocurre en la cúpula del Ministerio de Salud.
"Nunca hubo una ministra de salud y son escasísimas las (mujeres) que llegan a subsecretarias. En la Educación -otro sector donde son mayoría- al menos lograron ocupar ministerios", dijo Bianco.
En cuanto al aumento de la matrícula de mujeres en carreras médicas, no se debe necesariamente a una mayor equidad de ingreso. "Hay un fenómeno de precarización laboral en estas profesiones", explicó.
El salario de los médicos ha caído y tiende a desaparecer la modalidad del consultorio particular, que antes era medular en la composición del ingreso de un médico, cualquiera fuese su especialidad.
Entre los psicólogos hay un alto desempleo, un hecho desvaloriza sus honorarios y genera servicios institucionales, más asequibles para los pacientes pero menos redituables para los -o las- profesionales.
El "reinado" de las mujeres en el ámbito académico es parejo con su lugar como paciente. "Las mujeres consultan (a los médicos) más que los hombres y son por lo tanto más consumidoras de los servicios de salud, por motivos muy diversos", señaló la doctora Marta Fernández.
Las mujeres de edad reproductiva consultan mucho, no tanto por enfermedad, pero sí a causa de embarazo, parto y otros asuntos vinculados a la reproducción. "El hombre es más temeroso y por lo general pospone la consulta", añadió Fernández.
Así mismo, 80 por ciento de las personas de más de 75 años en Argentina son mujeres, que consultan al médico por enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la artritis.
Pero no logran trato igualitario. "Las mujeres solemos recibir un trato de minusválidas, por lo general el médico las 'tutea' y las llama con apelativos cariñosos o familiares como a un niño", advirtió Bianco.
"Mamita" es el apelativo más usado por obstetras y enfermeros en hospitales y maternidades. "Hija", "nena", "mi amor" o "querida" son muy utilizados, o "abuela" cuando es una anciana. "A ningún hombre le dirían 'papito' en la consulta médica", observó la experta.
También sostuvo que las mujeres, mucho más que los hombres, sufren un trato "autoritario" por parte del médico que les indica tratamiento o medicación -para ella o sus hijos- sin mayores explicaciones y sin margen para la propia decisión.
Fernández, que se desempeña en el Hospital Posadas, y Bianco observaron que, en cierto sentido, hay también déficit en la atención a la salud de las mujeres. La precarización laboral las lleva a la consulta en horario marginal, cuando sólo pueden ser recibidas por médicos de guardia.
La mortalidad materna, que había bajado sin pausa en las estadísticas de 1970 a 1995, comenzó a aumentar. "Se están dando casos de muerte por toxemia -presión alta y retención de líquido en el embarazo- que es una enfermedad que se puede prevenir mediante los controles de rutina", denunció Bianco.
Las mujeres conquistaron en Argentina un lugar destacado en las áreas de salud, tanto como profesionales como en su papel de pacientes. Pero aún les resta un largo camino para llegar a sitios de toma de decisiones, obtener un trato igualitario con el hombre y gozar de una buena salud integral. (FIN/IPS/mv/ff/hd he