El oficialismo y la oposición de Argentina comenzaron hoy delinear la convocatoria de un plebiscito que determinaría una nueva postulación del presidente Carlos Menem en las elecciones del 24 de octubre.
Menem está impedido legalmente, no tiene respaldo en las encuestas (73 por ciento desaprueba la reelección, según la firma Mora y Araujo), y su proyecto fue desaprobado por una mayoría de legisladores en la Cámara Baja la semana última, incluyendo a una mayoría de diputados de su partido.
Pero, a pesar de las manifestaciones de rechazo reforzadas con declaraciones de constitucionalistas independientes que advierten sobre la gravedad de la ofensiva presidencial, la amenaza sigue latente y está en el centro del debate político, al punto de forzar a la oposición a convocar a una consulta.
El secretario general de la presidencia, Alberto Kohan, sostuvo que el debate "es lo suficientemente serio como para que se lo analice". Aceptó discutir los términos de una consulta con los líderes de la oposición, y advirtió que, si triunfa la postura presidencial, "habrá que reformar la Constitución".
Menem fue elegido por primera vez en 1989, y, tras una reforma constitucional realizada a sus instancias en 1994, consiguió ser reelecto en 1995. Pero la Carta reformada le impide taxativamente presentarse para un tercer período, limitación que el mandatario no acepta.
Consciente de la debilidad de su respaldo, Menem había aceptado en julio "autoexcluirse" de la competencia para la que nunca estuvo habilitado.
Pero en los últimos meses volvió a pugnar por su candidatura, avalado por un fallo judicial que le permite, en principio, competir en los comicios de su partido.
El fallo del juez federal Ricardo Bustos Fierro habilitó a Menem para participar de las elecciones del 9 de mayo en el gobernante Partido Justicialista mientras se resuelve la cuestión de fondo: si Menem puede o no postularse a las elecciones presidenciales de octubre.
La insistencia de Menem hizo surgir en la oposición la idea de someter a una consulta popular el proyecto reeleccionista, con el aparente objetivo de poner de manifiesto la baja popularidad que tiene la idea entre los votantes.
Pero Kohan, colaborador cercano de Menem y uno de los más entusiastas impulsores de su nueva reelección, consideró que cualquier consulta sobre la postulación del presidente debería ser nacional y vinculante para que sea aceptada.
La iniciativa fue lanzada el sábado por la Alianza de oposición y cuenta en el Partido Justicialista con el apoyo de Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Duhalde es rival de Menem dentro del partido y es el principal precandidato del oficialismo para los comicios presidenciales de octubre.
El gobernador, que compartió la fórmula presidencial con Menem en 1989, aceptó que su relación con el presidente es ahora "muy mala", que el proyecto reeleccionista implica un intento de golpe institucional.
Duhalde sostuvo, además, que Menem demuestra con su insistencia en postularse que quiere la derrota de su partido.
De acuerdo con una encuesta realizada por el consultor Ricardo Rouvier, Duhalde obtendría en elecciones internas 41,7 por ciento de adhesiones contra 18,9 por ciento para Menem, con más de 30 por ciento de votantes indecisos.
Pero el sector "menemista" del partido cree que este resultado podría modificarse en beneficio de Menem si el presidente se decide a anunciar formalmente su candidatura, una decisión que ha postergado mientras consulta a distintos sectores del gobierno y el partido.
Los dirigentes aliancistas creen que la consulta, que debería restringirse a los distritos donde no gobierna el sector más "menemista" del justicialismo, podría celebrarse el 25 de abril, para que anteceda a la realización de las internas abiertas del partido de gobierno, convocadas para el 9 de mayo.
El candidato a la Presidencia por la Alianza, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires Fernando de la Rúa, justificó este lunes la iniciativa en que "la gente está harta del manoseo" que implica la disputa interna del justicialismo y las ambiciones presidenciales, ignorando los problemas más importantes del país.
No obstante, el dirigente prefirió que el plebiscito no se realice a nivel nacional como quiere el oficialismo y como aceptaría también Duhalde, sino sólo en los distritos en los que gobierna la Alianza o gobernantes cercanos a Duhalde.
El presidente sabe que ya no cuenta con tiempo suficiente para una reforma constitucional que, además requeriría los dos tercios de la Asamblea para ser convocada. Por eso es que optó por motorizar una vía alternativa que es la del fallo judicial interpretando que su segundo período es en verdad el primero.
Los que defienden este argumento señalan que el segundo período de Menem es el primero de la Constitución reformada y, por lo tanto, le restaría una nueva postulación. El juez Bustos dio vía libre a esta interpretación que podría llegar a la Corte Suprema, donde el gobierno cuenta con una mayoría adicta.
No obstante, dos de los jueces cercanos al gobierno en ese alto tribunal le adelantaron a Menem las dificultades políticas que les depararía forzar una aprobación que no cuenta con consenso político. (FIN/IPS/mv/mv/ip/99