ARGENTINA: Menem dice que necesita más tiempo para gobernar

El presidente de Argentina, Carlos Menem, realizó hoy un balance de 10 años de gestión y planteó las "prioridades para los próximos 10", en alusión a una continuidad muy controvertida, que fue apenas insinuada ante el Congreso.

El jefe de Estado inauguró este lunes el período de sesiones ordinarias del Parlamento con un discurso en el que realizó un balance de los principales logros de su gobierno, especialmente en el aspecto económico, y dijo estar "a mitad de camino" de las reformas.

En Argentina, la Carta Constitucional reformada en 1994 a instancias de Menem no permite más que un segundo mandato consecutivo. Pero funcionarios y legisladores cercanos al mandatario lanzaron una ofensiva para un tercer gobierno, sin que el presidente los desaliente.

Menem, que la semana pasada tensó la cuerda de la interna de su partido al admitir que podría presentarse a competir para un tercer período, aseguró este lunes tener "más pasión por lo que falta que deseos de disfrutar lo realizado" en estos 10 años de gobierno.

Sin embargo, eludió hacer referencias directas a la posibilidad de una reforma constitucional que le permita postularse a un tercer período, evitó esta vez su periódica referencia a una presunta "proscripción" de su candidatura, y en cambio se colocó vagamente "al servicio de la patria".

Incluso, antes de ingresar al Congreso para el discurso de apertura de las sesiones de 1999, aclaró ante los periodistas que el actual es su último período, que no se quedará más allá de este año, y que no habrá reforma constitucional que lo habilite a postularse por tercera vez.

No obstante, el fenómeno de la re-reelección vuelve una y otra vez, y es el propio presidente que en varias oportunidades se desdijo, lo que genera siempre las dudas del electorado.

En julio prometió que no se postularía pero al día siguiente una encuesta señaló que casi 70 por ciento de los consultados no le creía y esperaba un golpe de timón en su estrategia.

El acto de este lunes estuvo enmarcado por un puñado de militantes del gubernamental Partido Justicialista que reclamaron por la candidatura de Menem.

"Por el país y por la gente: Menem presidente", rezaba un cartel callejero. "El debe tener la oportunidad de seguir", decía una mujer.

Algunos dirigentes que parecían comandar el acto señalaron su inclinación a luchar por la candidatura presidencial, más allá de la negativa explícita del propio Menem y del impedimento legal. Pero el grupo se fue dispersando a lo largo del prolongado discurso presidencial.

La Alianza de oposición había advertido que podría abandonar el recinto parlamentario en pleno discurso si el presidente se alejaba del propósito que lo convocaba, para hacer referencias a la reforma constitucional o a sus ambiciones de mantenerse en el gobierno.

Los temores se disiparon con el discurso. "Hubiera sido demasiado provocativo usar el Congreso para lanzarse", sostuvo luego el diputado aliancista Carlos Alvarez. Por su parte el diputado Federico Storani, también de la Alianza, dijo que el presidente "no se animó" (a re-candidatearse).

El discurso presidencial fue precedido por una semana agitada en el Justicialismo. Menem, que había apoyado la precandidatura del ex gobernador Ramón "Palito" Ortega, le quitó respaldo repentinamente para ofrecérselo al ex corredor de Fórmula 1 Carlos Reutemann.

La variante enojó a Ortega, que decidió acercarse al mayor rival de Menem dentro del justicialismo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde, favorito a ganar las elecciones internas por la candidatura justicialista a las elecciones del 24 de octubre.

Ortega y Duhalde anunciaron hace una semana su decisión de postularse unidos en una fórmula, y allí resurgieron las amenazas de una nueva postulación.

Menem consiguió que el Consejo partidario aplazara la fecha de las elecciones internas, que debían realizarse el 11 de abril, y admitió que podría presentarse a ese comicio, mientras sigue intentando ser habilitado.

De acuerdo al Centro de Estudios para la Nueva Mayoría 70 por ciento de los encuestados no quiere la reelección.

No obstante, Menem habría tentado a Reutemann de presentarse en una fórmula conjunta para competir dentro de su partido primero, y, si ganan, frente a los candidatos de la Alianza -que hoy se mantiene primera en las preferencias del electorado-.

Los coqueteos de Menem con Reutemann y sus referencias admitiendo que podría postularse motivaron una reunión cumbre del justicialismo que se realizó el sábado entre los dos principales contendientes partidarios, Menem y Duhalde.

Allí, el presidente dijo al gobernador que ni alentaba ni controlaba a quienes le pedían que se vuelva a presentar.

Analistas políticos señalaron el fin de semana que el enfrentamiento entre Menem y Duhalde -que tiene un discurso político más inclinado a lo social- estaba llegando al borde del abismo, y que si se mantenía, la única victoriosa sería la Alianza mientras que el justicialismo se autodestruiría.

Por eso, este lunes el discurso presidencial se inclinó básicamente a resaltar los logros económicos de la primera y segunda gestión menemista. La convertibilidad, la estabilidad monetaria, la desregulación de los mercados, la apertura comercial, las privatizaciones fueron las victorias citadas.

También destacó el crecimiento económico sostenido desde 1991 a 1998 de seis por ciento promedio y haber llevado al país a ser uno de los de más baja tasa de inflación del mundo.

Resaltó igualmente la conquista de un "boom agropecuario" y la superación de las sucesivas crisis financieras.

Respecto de la reciente crisis en Brasil, Menem remarcó que "los conflictos del Mercosur se solucionan con más Mercosur" y dijo que ante los problemas de Brasil "no es correcto ni justo responder con medidas contra Brasil, sino tendiéndole la mano al socio".

Subrayó el hecho de haber resuelto este año el último conflicto limítrofe pendiente de solución con Chile, y dijo que en materia internacional queda sólo avanzar en la reivindicación de soberanía de las islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña.

Por el momento, el discurso permitió a los legisladores de la oposición respirar aliviados respecto de las ambiciones presidenciales, pero sus seguidores más fervientes prometieron que, aun ante los pedidos del presidente para frenar la ofensiva, seguirán bregando para que su líder pueda ser habilitado. (FIN/IPS/mv/dg/ip/99)

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