La Cámara de Diputados de Paraguay aprobó hoy la propuesta de juicio político al presidente Raúl Cubas, que es acusado de mal desempeño de sus funciones y de complicidad en el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, y el Senado se apresta a destituir al mandatario.
Los diputados se reunieron a las 08:00 hora local (12 GMT) en sesión extraordinaria y adelantaron para la jornada de este miércoles la votación del juicio político a Cubas, prevista originalmente para el 7 de abril.
La aceleración del trámite fue votada por 48 diputados en 71 presentes, más de la mayoría simple. Y a las 09:25 (13:25 GMT), luego de una breve interrupción del debate, la cámara baja resolvió por 49 votos en 73 presentes acusar a Cubas ante el Senado, según el mecanismo constitucional de juicio político.
La ofensiva parlamentaria contra Cubas se debió en un principio a la negativa del presidente a acatar la orden de la justicia de devolver a prisión al general retirado Lino Oviedo para que cumpla su condena a 10 años por una tentativa de golpe de Estado en abril de 1996.
En caso de que Cubas sea destituido por el Senado, su sucesor será el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Wildo Rienzi, el mismo que dictó la orden de detención de Oviedo que fue desconocida por el mandatario.
En caso de asumir la presidencia, Rienzi estará obligado a llamar a elecciones anticipadas antes de seis meses. Pero el momento crítico de su mandato interino se tendrá cuando ordene el arresto de Oviedo.
El asesinato de Argaña, que fue acribillado el martes en las calles de Asunción por tres desconocidos que vestían uniforme militar, fortaleció el apoyo al juicio político.
La oposición y los colorados adversarios del gobierno acusaron a Cubas y a su mentor, Oviedo, de responsabilidad moral en el crimen, y la Cámara de Diputados insistió este miércoles en esa denuncia.
Uno de los principales dirigentes leales a Cubas, el diputado Conrado Pappalardo, llegó tarde a la sesión de la cámara, porque no fueron convocados los representantes 'oviedistas', para evitar que trabaran la decisión.
Pappalardo atropelló con su automóvil el portón de la sede legislativa y corrió con un arma en la mano. Pero fue seguido por una multitud de jóvenes y escoltas de legisladores que lo golpearon en los pasillos del Congreso para impedir que diera el voto que hubiera salvado a Cubas.
Miles de obreros y campesinos fueron reprimidos por la policía el martes, en una jornada de protesta que dejó 34 heridos en Primeros Auxilios. Los manifestantes intentaban llegar hasta el palacio de gobierno.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Alan Flores, lanzó a las cero horas de este miércoles una huelga general por tiempo indefinido.
Flores explicó que la huelga está orientada "a la renuncia del presidente Cubas, pues la reinstitucionalización del país pasa por el cambio en la titularidad del Poder Ejecutivo".
"Cuanto antes se trate este tema (la destitución de Cubas) será mejor, para no seguir en el mundo de la sinrazón, que Oviedo vaya a la cárcel y su cómplice para su casa", aunque "tengamos que morir cinco o siete (personas) para no ser gobernados por el narcotráfico", dijo el diputado argañista Angel Ramón Barchini.
Oviedo es un "dirigente del cartel del narcotráfico y la mafia y lo sabe la embajada de Estados Unidos, que prometió intervenir y que dijo que era la garantía de la seguridad" agregó Barchini, un ex juez y candidato al gobierno municipal de Asunción derrotado en noviembre de 1996.
El presidente de la Cámara de Diputados, Walter Bower, amigo del nuevo ministro del Interior, Carlos Cubas, advirtió que nadie "podría hacer un buen papel" en el gobierno "mientras Cubas sea presidente y Oviedo su sombra negra".
Bower criticó a Carlos Cubas, hermano del presidente y designado el martes, por haber comenzado su gestión "con una paliza" a los manifestantes.
El nuevo ministro del Interior convocó el martes de noche a todos los líderes políticos a una reunión de urgencia en la casa de gobierno, pero ninguno respondió a su llamado.
Antes de que Carlos Cubas pudiera sentarse en su despacho, fuerzas de choque y policía montada atacaron a los manifestantes, que toda la noche reclamaron frente a la sede del gobierno la renuncia del presidente.
Argaña, uno de los dirigentes políticos más influyentes en Paraguay en las dos últimas décadas, murió cuando tenía posibilidades de alcanzar lo que siempre quiso: la presidencia de la República.
Llegó a la vicepresidencia gracias a la inhabilitación de Oviedo y se habría convertido en jefe de Estado en caso de destitución de Cubas.
El empresario Bonifacio Nara, denunciado por asesores de Argaña por supuesta participación en el asesinato, se presentó el martes ante la policía en la localidad de Pedro Juan Caballero, para negar toda vinculación en los hechos.
Los argañistas también acusaron del crimen al narcotraficante Fad Yamil, al diputado Pappalardo y a Oviedo.
Oviedo pretende ser elegido vicepresidente para luego provocar la renuncia de Cubas y convertirse en presidente, aseguraron los dirigentes del grupo de Argaña.
La Constitución determina el llamado a comicios en caso de que la vicepresidencia quede vacante en tres años contados desde el comienzo de un periodo de gobierno.
Oviedo, ex jefe del Ejército, negó a la cadena internacional CNN la difundida afirmación que lo identifica como el verdadero titular del poder en Paraguay.
Mientras, el saliente presidente del opositor Encuentro Nacional, Carlos Filizzola, aseguró que "no hay otro responsable (de la crisis) que el presidente Cubas, que es títere de Oviedo".
El juicio político comenzará con la designación de un defensor, que será realizada por el presidente del Senado, y de fiscal, nombramiento que corresponde a la Cámara de Diputados. (FIN/IPS/cm/ff/ip/99