El presidente de Paraguay, Raúl Cubas, destituyó hoy al ministro del Interior, Ruben Arias, partidario del general retirado Lino Oviedo, y en su lugar designó a su hermano, Carlos Cubas, que estuvo vinculado al asesinado vicepresidente Luis María Argaña.
La decisión fue atribuida a la intención del presidente Cubas de evitar el adelanto de la votación en el parlamento del juicio político en su contra, prevista para el 7 de abril.
Carlos Cubas es capitán de navío retirado y revistó en el movimiento de Argaña, asesinado este martes.
El nuevo ministro integró el gabinete de su hermano al frente de la cartera de Industria, pero renunció dos días después de iniciado el período de gobierno, cuando el presidente liberó a Oviedo mediante un decreto de conmutación de pena, invalidado luego por la Corte Suprema de Justicia.
Fuentes del gobierno también atribuyeron la destitución de Arias a fallas policiales en la escena del asesinato de Argaña.
Argaña, de 66 años, permaneció sin asistencia más de diez minutos, mientras los investigadores pedían identificación al guardia de escolta que sobrevivió al atentado, según esas fuentes.
El vicepresidente, que era rival político del presidente Cubas a pesar de integrar ambos el Partido Colorado, fue asesinado a balazos en Asunción junto con su chofer y un escolta por tres personas vestidas de uniforme militar.
Mientras Cubas destituía a su ministro, carros lanza agua reprimían frente al Palacio de Gobierno a simpatizantes de Argaña, que luego se dirigieron a las cercanías de la Cámara de Diputados.
El Congreso continuaba debatiendo si se adelantaba el proceso de juicio político contra el presidente Cubas, que estaba previsto para el 7 de abril.
El flamante ministro Cubas dijo que tiene "instrucciones precisas de alcanzar a los responsables que costó la vida de mi personal amigo" Argaña.
Agregó que "volvería a renunciar" si su "dignidad" fuera afectada o si no pudiera actuar contra los culpables, y opinó, como hace siete meses, que Oviedo debe ir a prisión, una decisión que el presidente no acepta.
Allegados al asesinado vicepresidente acusaron a Oviedo y al narcotraficante Fad Yamil, quien opera en la triple frontera con Argentina y Brasil, de haber contratado a los tres sicarios con uniforme militar que acabaron con Argaña.
Obreros que se declararon en huelga general, estudiantes y campesinos anunciaron que se manifestarían en las calles toda la madrugada de este miércoles pidiendo la renuncia del presidente Cubas para poner fin a la crisis institucional.
Oviedo, mentor político de Cubas y enemigo de Argaña, afirmó que "el país está de duelo y llama a sus hijos para llorar y elevar la bandera de la concordia".
"El hecho me llena de sombra. El más noble propósito es defender el sistema democrático y encontrar a los culpables. El asesinato es lamentable, deplorable y bárbaro. Hay que salir adelante sin violencia ni cobardes atentados", agregó Oviedo, a quien opositores atribuyen la autoría intelectual del crimen. (FIN/IPS/mom-cm/mj/ip/99