El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, comienza una gira de tres días por América Central este lunes, y lleva consigo 1.000 millones de dólares en ayuda para la región azotada por el huracán Mitch.
Pero algunos gobiernos y organizaciones no gubernamentales (ONG) consideran que Clinton no lleva lo necesario.
Las ONG creen que Clinton podría ofrecer más ayuda si reduce la deuda externa de esos países, y diplomáticos de América Central y compañías estadounidenses quieren que se hagan propuestas comerciales más generosas para impulsar la inversión en las industrias exportadoras que emplean mucha mano de obra.
"Valoramos en gran medida los esfuerzos del gobierno para garantizar una gran cantidad de recursos", declaró el canciller guatemalteco Eduardo Stein Barillas. "Pero la sensación es que, aunque (la ayuda) es indispensable, no es suficiente para hacer que la recuperación sea sustentable".
El viaje de Clinton, que comenzará el lunes en la parte más afectada de Nicaragua, tiene lugar cuatro meses después de que el Mitch azotara a gran parte de América Central. Nicaragua y Honduras, los países más pobres de la región, fueron los más perjudicados.
Su visita se ideó en parte para reconcentrar la atención de los medios de comunicación en la región que sufrió la desatención de los mismos luego de las guerras civiles de los años 80.
Clinton viajará a Honduras el martes donde se encontrará con soldados estadounidenses y hondureños que participan en el esfuerzo de ayuda en la base militar de Soto Cano, antes de reunirse con el presidente Carlos Flores Facuse, en Tegucigalpa.
El miércoles, hablará ante el parlamento de El Salvador antes de trasladarse a Guatemala, donde el jueves se reunirá con todos los presidentes centroamericanos.
Más de 9.000 personas murieron en Honduras y Nicaragua debido a la acción de Mitch que, según fuentes de la Casa Blanca, fue el huracán más destructivo que azotó a América en toda su historia.
Cientos de miles de sobrevivientes perdieron sus hogares, mientras que los daños a la producción agrícola y la infraestructura se estimaron en 8.500 millones de dólares, más de la suma del producto interno bruto anual de ambas naciones.
El gobierno de Clinton envió ayuda de emergencia a la región, incluso alrededor de 6.000 soldados. La medida fue catalogada por el asesor de Seguridad Nacional, Sandy Berger, como "el mayor esfuerzo de ayuda para atenuar un desastre natural" en la historia estadounidense.
Así mismo, Clinton otorgó refugio durante 18 meses a los 150.000 hondureños y nicaragüenses que viven ilegalmente en Estados Unidos y suspendió temporalmente las deportaciones de nativos de El Salvador y Guatemala.
Pese a que la estadía expiraría el lunes, se esperaba que Washington anunciaría nuevas disposiciones que legalizarían la presencia continua de cerca de la mitad de los 550.000 salvadoreños y guatemaltecos que se calcula podrían ser deportados.
"Los países no pueden absorber el retorno de inmigrantes ilegales ahora", dijo a la prensa la subdirectora de personal de la Casa Blanca, María Echaveste, el jueves.
Hasta el momento Washington proporcionó alrededor de 300 millones de dólares en ayuda a América Central, y el Congreso actualmente considera otro pedido de 956 millones de dólares.
Clinton esperaba que el nuevo paquete de ayuda fuera aprobado antes de su partida de Washington, pero el tema quedó atrapado en medio de los ataques partidarios entre ambas Cámaras a comienzos de esta semana. No obstante, es casi seguro que el tema sea aprobado rápidamente.
El paquete incluye más de 600 millones de dólares para reconstruir la infraestructura, casas, y escuelas, y proporcionar semillas y otras materias primas a los agricultores cuyos cultivos y ganado fueron arrasados por el Mitch.
Además, se proporcionarían créditos sustanciales para promover nuevas inversiones estadounidenses en compañías de América Central.
Otros 16 millones de dólares le permitirían a Nicaragua y Honduras cancelar hasta 67 y 90 por ciento de sus respectivas deudas bilaterales con Estados Unidos, y 25 millones de dólares para un fondo fiduciario, que sería utilizado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, le permitirían a ambos países reducir sus deudas multilaterales.
Pero varias ONG argumentan que este paquete no es de por sí suficiente para colocar a América Central en la senda de la recuperación.
Más de 50 ONG, dirigidas por Oxfam America y la Oficina de Washington para América Latina, reclamaron que el alivio a la deuda fuera mayor. En particular, pidieron a Clinton que agregue 25 millones de dólares para cancelar toda la deuda bilateral de Honduras y de Nicaragua en forma incondicional.
También se mostraron a favor de un alivio mucho mayor en lo referente a la deuda multilateral, que representa 60 y 30 por ciento, respectivamente, de la carga total de la deuda que poseen Honduras y Nicaragua.
"Si las naciones centroamericanas desean tener éxito a la hora de construir la infraestructura social y física necesaria para lograr una recuperación, van a necesitar los recursos y la libertad que les dará el alivio a la deuda para poder canalizar la reconstrucción", expresaron las ONG esta semana.
Mientras tanto, grupos de presión comercial y diplomáticos centroamericanos manifestaron su desilusión con respecto al plan comercial de Clinton, que fue dado a conocer el jueves.
El proyecto, en caso de ser aprobado por el Congreso, le permitiría a Clinton recortar temporalmente los aranceles de los productos (con exclusión de los textiles) de los países de la cuenca del Caribe al nivel preferencial que poseen los artículos mexicanos en virtud del Tratado de Libre Comercio.
Las exportaciones de prendas y textiles también podrían ingresar al mercado estadounidense libres de cuotas e impuestos, siempre y cuando el material de fabricación sean géneros de procedencia estadounidense.
Los representantes comerciales y diplomáticos expresaron que no estaban satisfechos con los requisitos estadounidenses, en lo referente al sector textil, en especial porque la producción textil indígena de la región creció rápidamente en los últimos años y se convirtió en una fuente de empleo muy importante.
Aun más importante, la decisión de divorciar el plan comercial del paquete de ayuda hizo más probable que el proyecto de ley comercial no fuera aprobado por el Congreso, que se tornó cada vez más proteccionista en los últimos cinco años.
"Si no podemos encontrar los mercados para nuestras exportaciones…nuestros esfuerzos de recuperación van a verse seriamente limitados", concluyó el canciller Stein. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq-mvf/ip-dv/99