El gobierno de Panamá prohibió hasta abril la caza y el sacrificio de la iguana verde (iguana-iguana), una especie en vías de extinción cuyos huevos son vendidos como afrodisíacos en varios puntos del país.
La iguana verde, cuya carne constituye prácticamente la única fuente de proteínas para muchas comunidades pobres del área rural de Panamá, se encuentra entre las 10 especies de reptiles y anfibios en vías de extinción en esta nación centroamericana.
Oltimio Valdés, director de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) para la central región de Azuero, que abarca las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos, instó a la población "a tomar conciencia" sobre la necesidad de preservar dicha especie.
Valdés advirtió que quienes sacrifiquen ese animal "van a ser sancionados con pena de multa o cárcel", de acuerdo con las disposiciones legales.
Sin embargo, el agricultor Carlos Castro, residente en el pueblo de Altos de Buenos Aires, en la provincia de Darien, fronteriza con Colombia, indicó que los encargados de hacer cumplir la veda en esa zona del país "no aplican las reglas por igual".
"Existe una tendencia de algunas autoridades de pesquisar sólo a las personas humildes que por necesidad se ven obligadas a capturar a las iguanas para alimentarse, pero otros, poderosos y con influencias, se dedican a su caza indiscriminada y pasan desapercibidos", indicó.
El experto Carlos López, de la no gubernamental Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), explicó que la veda está orientada a desterrar la costumbre de cazar la iguana verde sólo para quitarle sus huevos durante el único período de gestación que tiene el reptil durante el año.
Los cazadores y recolectores de huevos, luego de extraerlos, "cosen al animal y lo dejan en libertar", pero la mayoría de las iguanas mueren por infecciones y las que se salvan lo hacen a la siguiente época de gestación, "ya que sin oviducto no pueden deshacerse de sus huevos", señaló.
El período de apareamiento de la iguana verde ocurre entre octubre y diciembre y la incubación de los huevos se produce entre enero y abril, época en que la temperatura se encuentra entre 29 y 31 grados centígrados, ideal para su reproducción, según López.
Pero entre el nacimiento y el primer año de existencia de la cría de la iguana verde se pierden por diversas causas entre entre 95 y 97 por ciento de los alrededor de 85 huevos gestados en cada período de reproducción.
Azuero es uno de los sitios del país donde ocurre el mayor exterminio de la iguana verde debido al consumo de sus huevos, a los cuales se les atribuyen propiedades afrodisíacos. Se piensa en particular que ayudan a los hombres a recuperar o aumentar la potencia sexual.
La Anam y varios grupos ecologistas de Azuero realizan anualmente el Festival de la Iguana Verde, en el poblado de Llano Grande de Ocú, a unos 220 kilómetros al oeste de esta capital.
El festival apunta a orientar a la población sobre las propiedades alimenticias de la carne de iguana y de la necesidad de no consumir sus huevos.
Ancon y la también no gubernamental Fundación Shinmatsu están desarrollando proyectos de reproducción vigilada de ese reptil con el fin de aumentar su población.
En 1997 y 1998 la Fundación Shinmatsu distribuyó millares de crias de iguanas a familias pobres de Azuero con el propósito de que las críen en los patios de sus residencias y obtengan una fuente alternativa de alimentación rica en proteínas, y además aprendan a convivir con estos pacíficos reptiles vegetarianos.
Ancon cuenta a su vez con un enorme criadero de iguana verde en una finca agroforestal que posee en el poblado de Chilibre, unos 30 kilómetros al norte de esta capital.
Las iguanas así criadas son luego liberadas en los bosques cercanos, así como en la selva de Darien, cerca de la frontera con Colombia.
La Anam, por su parte, está organizando "la cría sostenible de la iguana verde" en todas las provincias del país, indicó Valdés.
Habitante de las copas de los árboles, de donde obtiene alimentos y hábitat para su reproducción, la iguana verde es un reptil de cuerpo robusto con cuatro fuertes patas y larga cola, que en algunos casos puede llegar a pesar hasta 27 kilogramos.
Habita las regiones tropicales y subtropicales desde México hasta Brasil, incluyendo las islas del Caribe.
Además de ser blanco de la caza furtiva y que sus huevos son robados para la venta, la iguana verde sufre desde hace varios años una degradación de su hábitat debido a la tala de los árboles con fines comerciales y a la quema de los bosques con el fin de habilitar potreros y parcelas agrícolas.
En el último medio siglo Panamá ha perdido alrededor de un 40 por ciento de las 4,2 millones de hectáreas de bosques naturales que poseía en la década de 1940.
La lista de animales en vías de extinción en Panamá comprende 38 de las 929 especies de aves, 33 especies de mamíferos sobre un total de 227, así como 10 de reptiles y anfibios, sobre un total de 396 existentes. (FIN/IPS/sh/dg/en/99
