Albania, el país más pobre de Europa, constituye la prioridad de la política de cooperación al desarrollo de Italia, que a principios de esta década fue destino de un éxodo de emigrantes albaneses.
Italia es el país europeo que otorga más ayuda a Tirana, con un programa trienal de cooperación 1998-2000 de 130 millones de dólares, 112 millones en crédito de ayuda particularmente favorable y 18 millones en carácter de donación.
Roma está contribuyendo a superar la crisis albanesa, que tras la caída del régimen comunista, en 1991, pasó de una economía estrictamente planificada a un liberalismo sin reglas.
El paquete italiano tiende a dar un sustancial apoyo a las autoridades albanesas para reforzar y mejorar la eficiencia de algunos sectores claves, como el de la producción y distribución eléctrica, el hídrico, el sanitario, los servicios municipales esenciales y de vialidad.
Gran parte de los proyectos se concentran en Tirana, aunque también se realizan en Durazzo, Valona y otros lugares del país.
También existen iniciativas para favorecer la constitución de pequeñas y medianas empresas, prácticamente inexistentes en Albania.
Para dar un mayor impulso a la realización del programa, la Dirección General de la Cooperación al Desarrollo (DGCD) del Ministerio de Relaciones Exteriores creó la llamada "Task Force", integrada por expertos de varias especialidades.
El consejero de la DGCD, Gherardo La Francesca, integrante de la "Task Force", resumió a IPS el trabajo que se está llevando a cabo en ese país.
Según dijo, el Ente Nacional de Energía Eléctrica de Italia (ENEL) instaló un transformador en la localidad de Sharra, cerca de Tirana, que contribuye a hacer frente a las emergencias en la capital albanesa, que sufre constantemente de cortes de energía.
Una misión de expertos se encuentra en Tirana para recoger los elementos necesarios para llevar a cabo acciones estructurales de respaldo a la red eléctrica albanesa.
Los acuerdos italo-albaneses suscritos en agosto de 1998 prevén para este proyecto un crédito de 30 millones de dólares.
Otra iniciativa apunta a rehabilitar el sistema sanitario a través del reforzamiento del Instituto Nacional de Salud Pública.
También se está realizando un proyecto para la recuperación de la red hídrica de Tirana, para lo cual Italia otorgará un préstamo de 37 millones de dólares.
Italia impartirá igualmente cursos de formación para diplomáticos albaneses.
Albania tiene una economía esencialmente agrícola. Más de la mitad de la población trabaja en este sector.
Las industrias principales son las de transformación de los productos agrícolas y minerales, pero a causa de la obsolescencia de las tecnologías utilizadas trabajan muy por debajo de sus capacidades productivas.
Albania tiene una superficie de casi 30.000 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 3.200.000 habitantes, 70 por ciento de la cual es musulmana, 20 ortodoxa y el 10 por ciento restante católica.
Italia, distante a unos 130 kilómetros por mar, atrae masas de emigrantes albaneses, que atraviesan el canal de Otranto hasta la región sureña de Puglia en frágiles embarcaciones.
Un gran éxodo de se produjo en agosto de 1991, tras la caída del régimen comunista.
Según el Ministerio del Interior de Italia, los albeneses instalados regularmente en el país suman 70.897, constituyendo el tercer núcleo en importancia entre los inmigrantes, detrás de ex yugoslavos (73.126) y marroquíes (119.381).
Hay a su vez unos 24.900 albaneses ilegales.
Italia otorga a la política de cooperación al desarrollo 0,18 por ciento de su Producto Interno Bruto. En los próximos cinco años se propone llegar al 0,25, que es el promedio de los países industrializados agrupados en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
Los derechos humanos, en todos sus aspectos, y la lucha contra la pobreza son las prioridades generales de la nueva cooperación italiana. (FIN/IPS/jp/dg/dv-if/99)