Agricultores y analistas coincidieron en Argentina en que el aumento esta semana en Chicago de la soja no marca una recuperación, sino apenas una oscilación del precio, y que este año, la oferta de ese grano será alta y la demanda estará quieta.
La cotización de la soja -al igual que otros granos- está deprimida desde 1997, cuando comenzó la crisis en Asia, un importante consumidor que ahora sólo realiza operaciones muy cautelosas para no provocar una subida de precios.
La tonelada de soja se cotizó esta semana a 165 dólares la tonelada, frente a 315 en marzo de 1997, y hay quienes creen que podría llegar a 140, aunque no como valor definitivo, sino por efecto de la sobreabundancia.
Esta semana, una versión sobre la posibilidad de que Estados Unidos -el primer productor mundial- reduzca el área sembrada de cara a la próxima cosecha, determinó en pocos minutos un alza del precio de 2,5 por ciento en el mercado de Chicago.
Alberto Rodríguez, de la Cámara de la Industria Aceitera Argentina, sostuvo en diálogo con IPS que el alza del martes fue "un salto más", que de todos modos no se acerca siquiera a los buenos valores de 1996-1997.
"Este año habrá muchos saltos hacia arriba y hacia abajo, pero no veo un cambio de tendencia en los próximos meses", dijo Rodríguez.
"Las condiciones de oferta y demanda son las mismas, y los pequeños cambios se producen por cuestiones coyunturales (una compra que finalmente no se efectúa, un rumor de una gran venta, o el anuncio de una reducción de área sembrada), pero no pasan de ahí", explicó.
No obstante, Rodríguez consideró que, como tendencia, es difícil que los precios bajen más allá de su nivel actual, excepto por un día o dos. Pero tampoco cree en una recuperación próxima, ni en el precio de los granos, ni de los aceites, ni de la harina de soja.
Argentina es el tercer productor mundial de soja, después de Estados Unidos y Brasil, y el segundo exportador, detrás de Brasil. El complejo oleaginoso se constituyó en los últimos 10 años en el primer rubro de exportación del país, desplazando a las tradicionales carnes vacunas.
Alejandro Ramírez, consultor agropecuario del estudio que lleva su nombre, coincidió con el diagnóstico y el pronóstico de Rodriguez.
Ramírez explicó a IPS que el alza de esta semana en Chicago – celebrada en algunos medios de prensa en Argentina como el fin de una mala racha- es "una cosa del momento", pero no avizoró ningún elemento que anuncie una tendencia al aumento de los valores.
Al contrario. Recordó que Argentina y Brasil están en vísperas de recoger muy importantes cosechas de soja: 19 y 31 millones de toneladas, respectivamente, y se espera que Estados Unidos produzca 71 millones.
"No veo nada que nos permita pensar seriamente en una subida de precios este año, con excepción de que se produjera una brusca irrupción del sudeste asiático en el mercado. Y eso no va a suceder" porque los asiáticos evitan hacer operaciones importantes, señaló Ramírez.
Este escenario de precios futuros de la soja más allá de movimientos puntuales fue presentado también por expositores y asistentes a un Seminario Internacional de Agronegocios, realizado en Buenos Aires el 9 de este mes por la consultora Sparks América del Sur.
Los participantes sostuvieron que la soja es el grano que tiene el peor pronóstico de precios para este año, debido a una oferta mundial récord y a la devaluación de Brasil. "El piso podría situarse en los 140 dólares la tonelada", vaticinaron casi todos los asistentes.
Ramírez coincidió con Rodríguez en que "la tendencia" de precios no podría seguir profundizándose, pero advirtió que puede haber días de muy malas cotizaciones. (FIN/IPS/mv/ff/if/99
