Uganda acusó a rebeldes hutus por el asesinato de ocho turistas ocurrido en su territorio, que sembró el temor de que la región se convierta en un campo de muerte.
"Mientras estén bien armados y convencidos de que no encontrarán solución a los problemas en sus países respectivos, los hutus seguirán siendo una amenaza para la región", sostuvo Walter Oyugui, de la Universidad de Nairobi.
La advertencia de Oyugui coincidió con el anuncio, hecho por Uganda este viernes, de que 25 rebeldes hutus conocidos como Interahamwes ("los que luchan juntos", en lengua kinyarwanda) fueron muertos en la frontera de la República Democrática de Congo (RDC) por fuerzas ugandesas y ruandesas.
La frustración podría llevar a los rebeldes hutus a aliarse con gobiernos y grupos insurgentes de la región, advirtió Oyugui.
Los turistas fueron atacados el lunes, apenas un mes después de que el presidente Yoweri Museveni anunciara que había "aplastado" y reducido las insurgentes Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) a 300 integrantes.
Se calcula que las mismas ascendían a 2.000 desde el inicio de la campaña contra los insurgentes que operaban en la región montañosa de Ruwenzori.
Se sospecha que algunos rebeldes hutus están en Uganda, dando apoyo a los dos mayores grupos rebeldes, el Ejército de Resistencia del Señor y el ADF.
Los turistas, cuatro británicos, dos estadounidenses y dos neozelandeses, fueron secuestrados el lunes de mañana de su campamento en el parque nacional de Bwindi, en la frontera con la RDC, dónde fueron a observar a los 120 gorilas de montaña que quedan en el mundo.
Museveni admitió que la matanza ocurrió porque la seguridad de la zona había sido descuidada, y pidió "comprensión de parte de la comunidad internacional, ya que Uganda lucha por resolver sus problemas internos".
Museveni también usó los asesinatos para justificar la presencia de sus fuerzas en la RDC, donde el ejército lucha con los rebeldes para derrocar al presidente Laurent Kabila.
"El asesinato de los turistas muestra la naturaleza criminal del Interahamwe y eso a su vez explica el motivo por el cual las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Uganda fueron al Congo", declaró Museveni en Kampala, esta semana.
Los hutus fueron derrotados en Ruanda, a raíz de lo cual cruzaron a la RDC, dónde se estima que cerca de 40.000 ayudan a Kabila a luchar contra los rebeldes, que tienen el respaldo de Ruanda y Uganda.
El Interahamwe masacró a un millón de tutsis en Ruanda en 1994, y se cree que también está vinculado con los rebeldes hutus de Burundi, que representan 85 por ciento de los seis millones de habitantes de ese país.
Los insurgentes hutus de Burundi fueron acusados de asesinar civiles sospechosos de cooperar con el gobierno del presidente Pierre Buyoya, dominado por los tutsis.
Cerca de 15.000 milicianos del Interahamwe están distribuidos por el continente africano, según el gobierno de Ruanda, que estimó que al menos 4.000 están en la República Centroafricana, 3.000 en Tanzania y un buen número de ellos tiene negocios privados en Kenia.
"Una sensación de inseguridad sobrevuela Ruanda, Burundi y Uganda, debido a los milicianos que merodean por la región, lo que explica el intento desesperado de los países de ir a la RDC para neutralizar a los insurgentes desde allí", explicó Oyugui.
El problema del Interahamwe puede resolverse si los gobernantes africanos unen sus esfuerzos, indicó Deo Lukyamuzi, del Movimiento Panafricano de Kampala.
"El futuro de la región depende enteramente de su gente. No podemos resolver nuestros problemas pidiendo ayuda a la comunidad internacional", agregó Lukyamuzi.
Lukyamuzi exhortó a la Organización de la Unidad Africana a abandonar su política de no intervención en los asuntos internos de otros países.
"La Organización se vio superada por los acontecimientos. Debe revisar su política de no intervención y asumir una postura más activa para resolver los conflictos de la región", sostuvo.
"Ya no podemos aceptar la impunidad de ciertos regímenes o grupos que no respetan los derechos humanos, puesto que estos asuntos pasaron a ser de interés mundial", concluyó Lukyamuzi. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/ceb/aq/ip/99