Unos 70.000 efectivos militares, 80.000 empleados públicos y un número similar de voluntarios iniciaron hoy en Venezuela un plan de emergencia social, cuando se conmemoran diez años de una sangrienta revuelta popular.
El presidente Hugo Chávez, quien el martes cumplirá su primer mes en el poder, aseguró este sábado que el plan cívico-militar significa "el comienzo a fondo de la revolución democrática que hemos prometido y que no la hará nadie más que el pueblo y la comunidad organizada".
"Las armas que llevamos son tractores, cisternas, picos y palas, pintura y brochas, esas son las mejores armas ahorita", aseguró el ministro de la Defensa, el general Raúl Salazar, cuando a las 6:00 de la mañana (10:00 GMT) salía con la tropa de un fuerte en Caracas hacia barriadas pobres.
Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años que desplazó del poder a los partidos y figuras tradicionales con el encendido apoyo de los excluidos sociales, llamó a los estudiantes, a los trabajadores, las amas de casa y los campesinos a sumarse "en la reconstrucción social con su apoyo por pequeño que sea".
El presidente y sus ministros han negado que el plan represente el comienzo de la militarización del país, como critican sectores de la oposición, después que Chávez ha plagado de oficiales activos o retirados los altos cargos.
"Nosotros no venimos de otro planeta, escogimos la carrera militar, pero somos del mismo pueblo, nacimos en los mismos pueblos y barrios", explicó Salazar.
Chávez hizo coincidir el comienzo del Proyecto Bolívar 2000, el nombre oficial del plan, con el décimo aniversario del estallido social que se prolongó por una semana, con saqueos y desórdenes que fueron reprimidos por el ejército y cuyo saldo superó los 400 muertos, según asociaciones humanitarias.
El presidente introdujo en el último tiempo la conmoción por la represión militar de las anárquicas protestas dirigidas contra los comercios, sobre todo de alimentos, como una justificación del intento de golpe de Estado que encabezó en febrero de 1992.
Este mismo sábado, la caribeña ciudad de Cumaná debió ser militarizada al seguir por tercer día las acciones vandálicas de estudiantes, en protesta por la muerte de un compañero el miércoles por un disparo de la policía durante una manifestación.
Los militares participantes en el proyecto se dispersaron este primer día en 1.500 puntos distintos del país, por calles y carreteras, centros educativos y de salud, en una acción simultánea que durará seis meses y que se engarzará con un programa de empleo y otro de reinserción escolar.
El ministro Salazar y el resto de los altos oficiales, con traje de campaña supervisaban en las 26 áreas nacionales en que se dividió el desarrollo del plan, mientras que Chávez, vestido con una chaqueta verde oliva, hacía lo mismo por diferentes barrios de la capital.
Este mismo sábado se realizarán en los hospitales y otros centros de salud pública 1.800 operaciones quirúrgicas, a pacientes que soportaban largas esperas para ser atendidos, explicó el ministro de Sanidad, Gilberto Rodríguez.
Médicos empleados por el ministerio y voluntarios realizaron consultas durante todo el día en dispensarios y ambulatorios, a los que acudieron masivamente madres con sus hijos, como Yezabel Marcos, que explicó que "finalmente puedo hacer que vean a mis dos hijas porque si falto al trabajo me echan".
Al menos 15 por ciento de la población activa está desempleada, en una situación que tiende a agravarse por la recesión económica, con el cierre de decenas de empresas.
Los 24 gobernadores y los 326 alcaldes participan activamente en el plan y contribuyeron a definir las tareas más urgentes, en cuyo desarrollo colaboran especialmente las organizaciones no gubernamentales (ONG), las asociaciones vecinales y comunitarias y las agrupaciones campesinas e indígenas.
Unos 1.500 niños y niñas en situación de abandono en las calles pasaron a ser recogidos y atendidos en centros especializados, en un operativo en que participan activamente organizaciones no gubernamentales y profesionales voluntarios.
Desde la madrugada comenzó también un operativo en el área metropolitana de Caracas para recoger los centenares de mendigos que sobreviven en sus calles, dentro del brusco cambio del paisaje social que ha provocado la multiplicación de la pobreza.
Médicos civiles y militares, barberos y peluqueras, junto con sicólogos, asistentes sociales y otro personal voluntario atendía a los indigentes en centros ya existentes u otros creados especialmente para el plan, cuya etapa inicial durará seis meses.
Empezaron también a ser reparadas escuelas públicas -70 en Caracas-, en un trabajo en que los vecinos de cada centro participaron al lado de soldados y docentes, mientras que los oficiales a cargo iniciaban la labor de de "concienciar de que la comunidad debe cuidar lo que se reparó", dijo Salazar.
Venezuela, cuya economía depende del petróleo y tiene este año un deficit de 9.000 millones de dólares por sus hundidos valores en el mercado mundial, ha visto declinar duramente sus condiciones de vida desde la década de los 80.
Esa situación se agravó dramáticamente los últimos cinco años, en que el ingreso real del venezolano cayó en 35 por ciento, mientras el nivel de pobreza subió 15 puntos, para afectar ahora a 80 por ciento de los 23 millones de habitantes.
Paralelamente, el Estado se retiró de sus funciones sociales en las barriadas pobres de las ciudades y las zonas rurales, mientras que los servicios públicos virtualmente colapsaron, en medio de una degeneración del modelo político local. (Fin/IPS/eg/ip dv/99