VENEZUELA: Miles hacen cola para cooperar en plan cívico militar

Miles de ciudadanos hacen cola en la capital de Venezuela y en otros puntos del país, para inscribirse en un plan cívico-militar de emergencia social, donde se mezclan voluntarios y desempleados que buscan tener un ingreso.

Solange Valleras, perdió su trabajo en octubre, y ve difícil ser empleada por una empresa como recepcionista, su antigua labor, "porque por donde voy todos están botando (despidiendo) y nadie toma gente nueve y menos si tiene 37 años como yo".

Ella era una de los centenares de personas que esperaban llenar una planilla en la sede del regimiento presidencial, frente a las oficinas del mandatario Hugo Chávez, dentro de una incesante multitud que desde el lunes atendió el llamado del gobernante a participar en el plan que comenzará el sábado.

Más de 7.000 personas habían sido registradas hasta la tarde del miércoles en el regimiento, según los coordinadores, que precisaron que se trata tan sólo de los casos individuales, porque la colaboración de los colectivos que tienen una organización formal, está siendo canalizada a otro nivel.

Unos 150.000 militares y empleados públicos, decenas de miles de voluntarios y organizaciones sociales y comunitarias arrancarán el sábado la etapa inicial del plan, destinada a atender problemas de salud, educación, vivienda, seguridad e infraestructura de las capas más pobres de la población.

Chávez, quien asumió el poder el día 2, calificó el lunes el proyecto como "el arranque de una revolución social", en que espera la participación de 200.000 voluntarios y cuyo comienzó hizo coincidir con el décimo aniversario de unas sangrientas protestas reprimidas por el ejército.

Valleras está dispuesta a colaborar sin más remuneración que la comida y el transporte en el Proyecto Bolívar 2000, el nombre del plan, pero siempre que después eso le garantice un empleo, "porque yo no tengo ahorros y vivo sola con mis dos hijos".

Chávez es un carismático teniente coronel retirado de 44 años que pasó dos años preso tras fracasar en un intento de golpe de Estado hace siete años y obtuvo un rotundo triunfo al encarnar la rabia popular contra los partidos y políticos tradicionales.

Los opositores al presidente critican su orientación autoritaria, tildan el plan de efectista y temen que anticipe una militarización del país, después que oficiales en activo y retirados integran masivamente el gobierno, apoyado por una alianza de casi toda la izquierda y antiguos golpistas.

La inclusión en una lista de desocupados es el objetivo de muchos de los que aguardan por horas a que efectivos militares les atiendan, porque la creación de empleos en actividades productivas, integra la segunda etapa del plan.

Pero Alfredo Galindo, chófer de un camión de gran tonelaje, tiene trabajo y viene como delegado de una junta parroquial de una populosa barriada de Cracas, a ofrecer el trabajo voluntario de 32 mujeres y 48 hombres dispuestos a colaborar los fnes de semana "en lo que sea, desde limpiar veredas a hacer comida".

Galindo dijo que "queremos ayudar a nuestro comandante (Chávez) a echar este país p'alante y traigo para entregar cuando me atiendan 30.000 bolívares (53 dólares) de las cervecitas que nos vamos a ahorrar este fin de semana por estar trabajando".

Chávez pidió el lunes a la ciudadania, al detallar el plan, que contribuya con lo que pueda para un gran fondo social que lo financiará y puso como un ejemplo de que se podía aportar el valor de una unidad de la bebida más popular en Venezuela.

Los recursos iniciales para el fondo suman 26 millones de dólares y se ampliarán con el desvío de fondos para otros programas sociales, partidas presupuestarias no usadas, los aportes del sector privado y la colaboración ciudadana.

Luis Valente y María Sánchez, arquitectos, son un residuo de la casi desaparecida clase media, no votaron por Chávez, pero sienten que el plan es una oportunidad "de poenr nuestro grano de arena a rescatar este país".

La familia Valente quiere cooperar al completo y Frank, uno de los tres hijos universitarios que hace cola con sus padres, dice que "estoy emocionado, sólo estar aquí y ver esto ya me parece grandioso".

Unos puestos más atrás, Francis Ocandía, lo que quiere es "ver a mi presidente para decirle que se me están cayendo las paredes de la casita que tengo allá por La Dolorita (un barrio pobre) y quiero que vengan los soldados con unos bloques (ladrillos) a repararla".

El sábado, todos los hospitales públicos y los centros ambulatorios realizarán jornadas extraordinarias de salud, con operaciones quirúrgicas masivas, atención de especialistas y otras medidas que seguirán con un gran operativo de tres meses.

Los soldados comenzarán a reparar carreteras rurales y calles de los empinados barrios pobres de Caracas, así como unas 70 escuelas de la capital, dispensarios de salud y espacios comunitarios, según explicó el ministro de la Defensa, el general Raúl Salazar.

Los ministerios del área social, por su parte, realizan desde el lunes reuniones y contactos con las organizaciones no gubernamentales (ONG) que atienden al sector, donde el Estado desapareció o colapsó en su capacidad de brindar atención.

"La respuesta ha sido mucho más positiva de lo esperado, la sociedad organizada va a asumir una tarea fundamental en todas las etapas del plan", comentaron portavoces del Ministerio de Desarrollo Social, tras un encuentro con ONG dedicadas a la atención de la infancia.

El presidente explicó el lunes que el Proyecto Bolívar 2000 tendrá tres etapas, la primera de las cuales se denomina Plan de Acción Inmendiata Sustentable (Pro-País) y está destinado a atender las necesidades más urgentes del 35 por ciento de la población en pobreza crítica y el 14 por ciento de indigentes.

Chávez recordó que en este país rico en petróleo y en otros recursos naturales, 80 por ciento de sus 23 millones de habitantes viven en pobreza, después de que su ingreso real cayó 30 por ciento tan sólo durante los últimos cinco años.

El nuevo gobierno enfrenta este año el deficit fiscal más grande de su historia, de nueve puntos del producto interno bruto, equivalente a 9.000 millones de dólares, mientras la actividad productiva y las inversiones están paralizadas, en parte ante dudas por la orientación económica de Chávez.

El desempleo afecta a 15 por ciento de la población económicamente activa, la mortalidad infantil es de 21 por mil, 37 por ciento de los niños y niñas están desnutridos y 30 por ciento de ellos están son desertores escolares.

La segunda etapa del proyecto, denominada Pro-Patria, se destinará a mejorar el funcionamiento y la infraestructura de lo servicios públicos, en especial en salud y educación, y promover el empleo mediante la creación de pequeñas unidades productivas y la distribución de tierras ociosas en manos del Estado.

La tercera fase, Pro-Nación, profundizará proyectos sustentables de desarollo y la capacitación educativa y laboral, con la eliminación de la deserción escolar. (Fin/IPS/eg/dv la/99

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