El nuevo gobierno de Venezuela trazó hoy sus primeras coordenadas económicas, al fijar entre sus metas el bajar la inflación en 10 puntos, durante un año marcado por la recesión, la austeridad y la reorientación del gasto a lo social.
Hugo Chávez anunció al asumir la presidencia el martes que pedirá poderes extraordinarios al parlamento para instrumentar medidas de emergencia en materia tributaria y de financiamiento, a fin de enfrentar el myor deficit fiscal de la historia, de nueve puntos del producto interno bruto (PIB).
Su primer gabinete económico no pudo anunciar este viernes los detalles exactos de cada medida, como se había adelantado, porque no acabó de determinarlos tras horas de análisis.
Pero la ratificada ministra de Hacienda, Maritza Izaguirre, puntualizó que el trabajo concluirá este fin de semana y que de inmediato se entregará al Congreso bicameral el proyecto de Ley Habilitante, mediante la cual en este país se faculta al presidente a legislar por decreto en materia económica.
Izaguirre sí adelantó que la meta de inflación se situará en 20 por ciento, su más bajo nivel en 13 años y que se contradice con la promesa presidencial de incrementar en forma notable el salario mínimo, que es el que ganan la mitad de los trabajadores.
En el paquete de medidas del proyecto de Ley Habilitante, concedida a todos los gobiernos desde 1974, se incluirá la transformación del gravamen actual a las ventas en el Impuesto Al Valor Agregado, para extender su base de recaudación.
También se incorporará un impuesto temporal a las transacciones financieras. Izaguirre adelantó que se pretende que sea inferior a 0,75 por ciento, el nivel de su antecesor de 1994.
Además se socilitará autorización para nuevos endeudamientos, en el mercado interno y externo, y para negociar la reprogramación de los pagos de la deuda externa, de 23.000 millones de dólares, con los diferentes tipos de acreedores.
El gobierno de Chávez recibió una economía en ruinas tras un quinquenio en que cerraron más de 2.000 empresas y que concluyó con el desplome de los ingresos del petróleo, sostén financiero del país, una situación que se mantendrá durante 1999.
Lo que es peor. Durante los cinco años del gobierno de Rafael Caldera la población se hizo 30 por ciento más pobre y su ingreso real cayó en 33 por ciento, de manera que ahora 79 por ciento de sus 23 millones de habitantes viven en pobreza, según un informe de esta semana de la firma Datanálisis.
El presupuesto con que se encontró el gobierno se basa en un barril de petróleo a 11,5 dólares, e Izaguirre confirmó que será ajustado para adaptarlo a un valor del barril de nueve dólares, el más bajo de la historia del país desde 1973.
Los ingresos petroleros representan más de 40 por ciento de los ingresos presupuestarios y en 1998 se vieron reducidos en más de 7.000 millones de dólares, con respecto a 1997, el único año que la economía tuvo un comportamiento positivo durante los cinco años del gobierno anterior.
Izaguirre puntualizó que el abatimiento inflacionario será ayudado por la austeridad del gasto y una alta disciplina fiscal, dentro del objetivo de reducir el deficit estimado a la mitad. Eso signiricaría llevarlo de 9.000 a 4.500 millones de dólares.
El ministro de Planificación, Jorge Giordani, precisó que a esos objetivos se sumará la reorientación de partidas del gasto al área social y la promoción de inversión productiva, tanto nacional como internacional.
Esa inversión productiva se concentraría en cinco áreas: energía, turismo, pequeña y mediana empresa, infraestructura y agricultura, y respaldará un plan de mediano plazo para asegurar un crecimiento sostenido de la economía.
Pero en 1999, "la hipotesis que estamos trabajando es que va a haber un decrecimiento del PIB", determinado sobre todo por la contracción de la actividad no petrolera, dijo Izaguirre, aunque se negó a adelantar los puntos estimados de la caída. (Fin/IPS/eg/if la/99
