Desde el viernes, los militares de Venezuela comenzarán a salir de los cuarteles para comandar la Operación Social, con el que el presidente Hugo Chávez pretende aliviar la agobiante crisis social que atraviesa el país.
El presidente también dijo este martes que el salario de los empleados públicos, 1,2 millones de personas, aumentará en 20 por ciento en forma general desde mayo. Pero puntualizó que aún no definió si decretará el mismo incremento para el salario mínimo del sector privado, que tiene potestad de fijar cada año.
El gobernante reconoció que la situación financiera, con el mayor deficit fiscal de la historia estimado para este año, desaconsejaría el aumento de salarios, pero recordó que el ingreso real se ha depreciado dramáticamente.
"Si hay que vender el último carro (automóvil) de mi escolta para hacerlo, se hará", comentó.
Chávez fijo la creación de un gran Fondo Social, al que irán recursos derivados del ahorro en gastos improductivos y el reordenamiento general de los planes sociales actuales, cuya operación calificó de "vergonzosa", porque 80 por ciento de sus multimillonarios presupuestos no llegan a la población.
El gobernante, un teniente coronel retirado que el día 2 asumió el poder por un periodo que definiría una nueva Constitución, anunció que decidió "sacar a las Fuerzas Armadas a la calle", pero con máquinas y aperos en sus manos y para mejorar los barrios y pueblos.
La conversión de los militares en "punta de lanza" de la recuperación social, en un país con sus servicios colapsados y 80 por ciento de la población en pobreza, aumenta el protagonismo que Chávez otorgó al estamento castrense en todos los niveles.
Este mismo martes, Chávez designó dos coroneles activos en el directorio de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), en las determinantes vicepresidencias de finanzas y recursos humanos, y servicios y logística, desplazando a sus cuadros internos.
Chávez, de 44 años y que ha prometido refundar políticamente el país, llegó a la presidencia con el contundente respaldo de 56 por ciento de los votos y una alianza de izquierda y antiguos militares golpistas, que en 1992 participaron como él mismo en dos cruentos alzamientos.
El presidente derivó una alocución y rueda de prensa de más de dos horas, pautada para anunciar medidas extraordinarias en materia económica, a detallar como atenderá la "emergencia social", decretada al asumir su mandato.
La gran salida de los cuarteles de los militares se realizará el día 27, cuando se cumplirán 10 años del inicio de las sangrientas protestas con que la población reaccionó al ingreso de Venezuela en la senda de los ajustes neoliberales, y que fueron reprimidas por el ejército, con unos 400 muertos.
Pero el viernes un primer contingente militar comenzará a desplazarse a la población de Guasdalito, en el suroeste de Caracas, donde el domingo iniciará la construcción de una carretera, en el eje de los ríos Apure-Orinoco, uno de los nuevos polos de desarrollo que Chávez busca impulsar.
El presidente precisó que la Operación Social de las Fuerzas Armadas dividirá el país en 26 zonas, y "abarcará todos los pueblos, los barrios, las escuelas y los centros de salud", en tareas de mejora de los habitats, atención a la población, construcción de infraetructura y vías de acceso.
Chávez pidió a los empresarios, los trabajadores, los centros académicos y otros sectores sociales y productivos a "seguir el ejemplo" y colaborar en proyectos de cualquier tipo para mejorar la calidad de vida colectiva de los 23 millones de habitantes.
El operativo militar forma parte de un plan global de apoyo social que supondría un costo de unos 1.000 millones de dólares, equivalente a un punto del Producto Interno Bruto (PIB).
Chávez afirmó que buena parte de los recursos del Fondo Social procederán del represamiento de recursos improductivos en todas las áreas del presupuesto, y detalló algunos de los "horrorosos derroches" que existen, incluso en las oficinas y residencias presidenciales.
Anunció que buena parte de los programas sociales serán fusionados o anulados, y otros atenderán proyectos específicos de las áreas rurales y urbanas, "sin pasar por las tuberias regulares burocráticas", mediante la distribución directa.
Otros dos abastecedores del nuevo fondo serán recursos de PDVSA para el desarrollo social que dejarán de ser manejados por la empresa petrolera y los de los organismos multilaterales, como uno que acaba de aprobar el Banco Interamericano de Desarrollo para atender a los niños de la calle. (Fin/IPS/eg/ip pr/99