El nuevo presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró hoy que es un gobernante revolucionario y que no dará un paso atrás respecto al decreto con que llamó a un referendo sobre una Asamblea Constituyente, al asumir el poder.
Las dos preguntas que deberá responder la población de acuerdo al decreto generaron la crítica uniforme de la oposición política, que le atribuye intenciones autoritarias.
Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años, afirmó que algunas instituciones y personalidades "del poder constituido no entienden lo que está pasando: hay una revolución en marcha y yo soy un presidente revolucionario".
"Tienen que acostumbrarse", remarcó Chávez, quien se juramentó el martes "sobre esta moribunda Constitución" de 1961, después de llegar al poder con la promesa de refundar políticamente el país mediante una Asamblea Constituyente de amplios poderes, que culmine su tarea este mismo año.
De inmediato Chávez reunió a su Consejo de Ministros para aprobar y firmar, tal como contempla la ley electoral, un decreto con la convocatoria al referendo consultivo.
En una de las dos preguntas incluidas, se le pide a la población decir si concede al presidente la facultad de que fije las bases de la elección de la asamblea, con el único requísito de oir antes a todos sectores nacionales.
Para la oposición, de nuevo y viejo cuño y de diferentes orientaciones, esa pregunta desemboza la orientación autoritaria de Chávez, lo que niegan con enfasis portavoces de la alianza oficial de grupos de izquierda y antiguos militares golpistas.
"Ya no soy aquel candidato que andaban persiguiendo, ahora soy el presidente y ese decreto como fue firmado será ejecutado", afirmó Chávez tras subrayar su legalidad absoluta.
La iniciativa de Chávez contradijo su planteamiento inicial de que daría plazo al parlamento hasta el 15 de febrero para que el Poder Legislativo tomase la iniciativa de convocar al referendo.
El Polo Patriótico, como se llama la alianza oficialista, planteó el miércoles en una sesión bicameral del Congreso que los legisladores secundasen el decreto presidencial, a lo que se negó en bloque la oposición, con casi dos tercios de los escaños.
El primer revés práctico sobre el referendo lo recibió Chávez este viernes del Consejo Nacional Electoral, que decidió que la consulta sería el 2 de mayo y no el 19 de abril, como pretendía el presidente, por conmemorarse en esa fecha un antecedente histórico e independentista de una consulta popular.
Chávez logró en diciembre 56 por ciento de los votos, el segundo porcentaje más alto con que un presidente es elegido, y tiene según sondeos de fines de enero un apoyo popular cercano a 80 por ciento.
El presidente insurgió en la escena pública al encabezar un fracasado alzamiento militar del que este jueves se cumplieron siete años y que Chávez exaltó con un gran desfile y otras medidas, si bien pidió también perdón por el dolor causado.
Su carisma y su oferta de ruptura de la llamada partidocracia local encauzó la furia popular contra los políticos tradicionales, a quienes se culpa de que 80 por ciento de la población viva en pobreza, pese a ser un país rico en recursos.
Los dos partidos tradicionales, Acción Democrática y Copei, no sumaron 10 por ciento en las elecciones de diciembre, en que el candidato que escoltó a Chávez y obtuvo 40 por ciento de los votos, también prometía cambios radicales, aunque sin ruptura.
Portavoces de la plural Comisión Presidencial Constituyente, que Chávez designó en enero, aseguran que se debe confiar en que el gobernante establecerá las reglas de la elección posterior de la Asamblea y su agenda, de acuerdo a la posición de todos los sectores.
Añadieron que la polémica pregunta ha sido malinterpretada. Recordaron que legalmente quien convoca al referendo fija las preguntas, pero que se decidió dejar sin prestablecer ahora como se elegirán a los miembros de la Asamblea, para promover la consulta al respecto. (Fin/IPS/eg/ip la/99