Estudiantes cristianos de Sudán solicitaron hoy protección a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Cruz Roja y grupos de derechos humanos ante los ataques de fundamentalistas islámicos.
Unos 60 estudiantes de la Universidad de Jartum huyeron de sus aulas y residencias el lunes, luego de que los ataques se extendieran a otras universidades de la capital sudanesa, según relató un estudiante cristiano.
El lunes por la noche se desplegaron efectivos de la policía para impedir cualquier incidente en la capital.
Pese al despliegue, una estudiante cristiana fue atacada en la universidad de Juba, y debió ser trasladada temporalmente a Jartum debido a la guerra civil que se libra en el sur del país.
Los estudiantes cristianos han sido objeto de crecientes amenazas de muerte en los recintos universitarios. Las pancartas y carteles anticristianos se multiplicaron, obligando a que 300 estudiantes no musulmanes de varias universidades y centros de estudios de Jartum huyeran y no pudieran asistir a clase.
Los estudiantes, que en su mayoría provienen del sur no musulmán, hicieron llegar su pedido al representante de la ONU en Sudán. El mensaje insta a la comunidad internacional a protegerlos de los fundamentalistas islámicos.
Los alumnos denunciaron que sus efectos personales fueron quemados tras el ataque que comenzó el sábado. Agregaron que un grupo de fundamentalistas islámicos les impidió ingresar a la universidad el lunes.
"Nos han estado persiguiendo desde el sábado y nuestras vidas están en peligro", consignó la declaración emitida por la Asociación de Estudiantes Cristianos.
Las peleas comenzaron el sábado cuando un grupo de estudiantes musulmanes atacaron una exhibición organizada por la Asociación de Estudiantes Cristianos en la universidad de Jartum.
Los atacantes quemaron más de 15.000 libros religiosos, incluyendo una serie de biblias, y más de 7.000 copias fueron destrozadas y diseminadas en el predio de la institución educativa.
También se destruyeron 400 casetes con canciones y discursos cristianos que luego fueron vertidos al río Nilo, informaron los organizadores a IPS este martes.
A los destrozos se sumaron dos televisores y aparatos de video. Afiches, pinturas y 19.000 cruces fueron arrojados al Nilo.
Los libros habían sido donados por la Iglesia Copta para la exhibición que, según los organizadores, costó alrededor de 15.000 dólares.
Para reducir la tensión las autoridades de la universidad de Jartum emitieron una declaración el domingo en la que solicitaron a los estudiantes cristianos que suspendieran la exposición hasta nuevo aviso.
Agregaron que adoptarían medidas contra los estudiantes que habían participado en los disturbios, sin ahondar en más detalles.
Informes no confirmados detallaron que cuatro estudiantes cristianos y tres musulmanes fueron heridos durante el incidente.
Se informó que el ataque fue "instigado" por dos catedráticos de la universidad, quienes describieron la exhibición como una "humillación" para el Islam, según informó uno de los estudiantes cristianos.
Ambos profesores expresaron este lunes a los estudiantes musulmanes que estaban preparados para pagar "daiya" (dinero de sangre) para que un estudiante musulmán matara a un estudiante cristiano.
Se habían ofrecido más de dos mil dólares para cualquier estudiante que matara a un cristiano, informaron los alumnos.
En un episodio relacionado, la Universidad Islámica de Omdurman, un centro radical islámico, emitió una declaración advirtiendo a quienes no profesaran la fe musulmana en Sudán (más de 35 por ciento de los 32 millones de habitantes) que "se mantengan alejados de las actividades antiislámicas o se atengan a las consecuencias".
La advertencia insta al gobierno del presidente Omar Hassan el Beshir, que declaró República Islámica a Sudán hacie siete años, a confiscar todos los bienes y edificios cristianos, junto con los libros que todavía se encuentran en las librerías del vasto país africano.
La declaración convoca a todos los movimientos islámicos del país, así como a los musulmanes practicantes, a que obliguen a las autoridades de las universidades a prohibir todas las actividades cristianas.
Las exigencias incluyen obligar a las jóvenes no musulmanas a llevar el velo islámico y a cubrir sus piernas.
"El sospechoso movimiento del cristianismo en Sudán se convirtió en una amenaza para los musulmanes y la religión islámica, y mantenerse en silencio sería un delito para un musulmán", expresó la declaración.
"El gobierno debe actuar rápidamente para prohibir todas las actividades de la Iglesia en Sudán porque los musulmanes no van a aceptar este acto destructivo contra el Islam y su fe".
La declaración detalló que las fuerzas de seguridad descubrieron el mes pasado una "peligrosa" organización cristiana que operaba desde la clandestinidad en Jartum.
"Algunos libros cristianos se pronuncian contra el Islam y el profeta Mahoma, mientras que otros van en contra de las leyes islámicas introducidas en el país", agregó.
El enunciado, que fue exihibido en las calles de la capital sudanesa, propuso que el gobierno implemente una agenda de ocho puntos para "poner fin a la crisis religiosa" del país.
El documento sugirió que el gobierno aplique estrictamente la ley de Misioneros de 1962, que controle y vigile la compra de viviendas y tierras por parte de la Iglesia en Sudán, y que supervise la migración organizada de cristianos a Europa y América del Norte.
También instó al gobierno a vigilar las fuentes de financiación de todas las instituciones cristianas, y a expulsar de Sudán a todos los misioneros cristianos que no sean del país. (FIN/IPS/tra- en/nb/mn/mvf/aq/cr-hd-ip/99