Una epidemia de cólera y una aguda escasez de alimentos amenazan la vida de más de tres millones de personas en el sur de Somalia, advirtió el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)).
La agencia de Naciones Unidas informó que 26 personas murieron de cólera y 320 contrajeron este mal sólo desde diciembre pasado, mientras la Organización Mundial de la Salud informó que el año pasado la enfermedad mató a 672 de los 14.800 somalíes que la contrajeron.
Las regiones más afectadas fueron Kismayo, Merka y Bardere, donde funcionan campamentos que alojan a más de 20.000 desplazados internos que huyeron de las áreas afectadas por la hambruna.
Las muestras médicas de pacientes infectados analizadas en el laboratorio de la Organización Mundial de la Salud confirmaron las sospechas de cólera, una infección intestinal transmitida por el agua que produce severas diarreas y vómitos y puede provocar la muerte en unas horas.
El foco fue atribuido en particular al aumento de la población de los campamentos de refugiados, integrados por gente que escapó de la sequía, la hambruna y la inseguridad del sur de Somalia.
"Esto es algo que ya anticipamos en el primer anuncio de emergencia alimentaria que hicimos en noviembre", dice la declaración de UNICEF a la que accedió IPS.
"La desnutrición y las enfermedades causadas por el hambre, junto con las condiciones insalubres de los campamentos, conformaron el escenario para un desastre potencial", explica.
El foco de cólera está bajo control en Mogadiscio, donde hasta ahora murieron 90 personas y hubo 3.122 infectados, según se informó.
Una portavoz en Nairobi de Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo a IPS que se recibieron 832 pacientes de cólera en Kismayo, donde esa organización no gubernamental estableció un campamento especial de infectados de cólera en diciembre.
"La mayoría de los pacientes tienen hambre y caminaron largas distancias para llegar al campamento", señaló la portavoz.
El cólera se propagó debido a la evacuación de la mayoría de los médicos de MSF de Somalia a causa de la inseguridad que se vive en la región, explicó.
Hawa Adam, un somalí del campamento de Kismayo, dijo a IPS que el foco de cólera apareció justo cuando la mayoría de la gente, que había perdido todas sus pertenencias en la guerra civil iniciada en 1991, se estaba recuperando de las inundaciones de 1997 causadas por el fenómeno de El Niño y por la sequía del año pasado.
Las inundaciones provocaron el desplazamiento de más de 50.000 familias.
"La mayoría de las personas perdió todo en la guerra, las inundaciones y la sequía, y no se puso en marcha ningún programa de rehabilitación. Al aparecer el cólera, atacó a personas ya debilitadas", indicó.
UNICEF, que tiene en marcha proyectos comunitarios en la región afectada, sostuvo que la epidemia de cólera se debe también al colapso del sistema de abastecimiento de agua y a la contaminación del río Juba, que es el sustento de esta región semiárida.
El sur de Somalia, principal proveedor de alimentos de todo el país, sufrió frecuentes hambrunas desde que estalló la actual guerra civil.
La escasez de alimentos provocó una serie de pedidos internacionales de ayuda alimentaria para los cerca de cuatro millones de personas que viven en el sur de Somalia.
Las organizaciones humanitarias que operaban en la región advirtieron en noviembre que se avecinaba una crisis alimentaria en el área, que afectaría a más de 700.000 personas, de las cuales 300.000 están en grave peligro.
El llamado, reiterado a principios de este mes, hace hincapié en el hecho de que los peligros crecen a medida que aumenta el enfrentamiento entre distintos "señores de la guerra" de clanes rivales por controlar la zona.
Las agencias, que advirtieron que la mera ayuda alimentaria no alcanzaría para combatir la combinación mortal de guerra, sequía y una economía arruinada, pidieron asistencia médica y herramientas de cultivo y semillas, para preparar a la comunidad para las largas lluvias que se esperan en abril.
UNICEF indicó que los mensajes destinados a evitar la propagación de la enfermedad son transmitidos por los líderes religiosos a través de los altoparlantes de las mezquitas.
Además, se echa cloro en las el agua de los ríos antes de que la gente llegue a aprovisionarse.
La agencia de Naciones Unidas anunció que puso a disposición sales orales de rehidratación y medicamentos en los establecimientos médicos de Bardere y Kismayo, donde fue instalado un hospital comunitario.
Una fuerza especial de lucha contra el cólera, constituida por varios organismos humanitarios en noviembre, puso a su vez en marcha programas de prevención y control, al igual que centros de tratamiento en la región afectada.
Algunos sostienen que la actual epidemia de cólera del sur de Somalia es parte del ciclo de inundaciones, sequías y enfermedades que aflige a la región todos los años.
"El cólera se volvió endémico en Somalia. Ataca cada año durante la estación seca, cuando las bacterias de cólera están más concentradas en menores cantidades de agua", explicó UNICEF.
Fatuma Jibril, de la organización humanitaria de Nairobi Horn Relief, señaló que si bien la situación es más grave en el sur del país, en el norte, donde la mayoría de la población vive del pastoreo, la sequía también golpeó.
En esa última región no se registraron muertes de personas pero sí de cientos de cabezas de ganado. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/ceb-dg/pr-dv/99