El trabajo infantil tiene características de esclavitud en varios países, pero suprimirlo agravaría la pobreza de muchas familias, advirtieron organizaciones internacionales, sindicalistas y expertos reunidos en la capital de México.
La situación en que sobreviven en el mundo millones de niños y niñas que realizan agotadoras jornadas de trabajo fue denunciada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al participar en el foro que reunió a expertos mexicanos y de organismos internacionales.
"La esclavitud es el aspecto más sombrío de la explotación" infantil, que convierte a un menor en un objeto "que se vende, se compra o intercambia", apuntó la OIT en el foro "El trabajo infantil en la Ciudad de México" el martes y miércoles.
Según la organización, el trabajo infantil es un fenómeno que afecta a 250 millones de niños y niñas, 30 por ciento de ellos en América Latina.
Existe gran cantidad de menores esclavos en la agricultura, que prestan servicios domésticos o que son explotados por redes de proxenetas. El problema es particularmente grave para niños y niñas indígenas y los de poblaciones migrantes.
La OIT puso a discusión un proyecto de convenio para su adopción en la próxima reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, en junio, con el fin de reforzar el marco jurídico internacional destinado a erradicar el trabajo infantil.
El proyecto fue elaborado sobre la base de las respuestas a un cuestionario presentado a 108 países y un número similar de empresas y organizaciones de trabajadores.
Para la OIT, el futuro convenio ha suscitado gran interés, lo cual permitiría su ratificación por un número importante de naciones tras su adopción por parte de la Conferencia.
El Convenio 138 de 1973 sobre la edad mínima para trabajar, que exhorta a los Estados signatarios a tomar medidas para erradicar el trabajo infantil, ha sido ratificado por menos de diez países en América Latina.
La Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) destacó en su ponencia presentada en el foro de México que ninguna de las naciones firmantes del Convenio 138 "avanzó más allá de las formalidades del asunto, con muy pocas aplicaciones concretas".
La central sindical destacó que no existen políticas reales, estrategias o programas que involucren a los gobiernos y los distintos sectores sociales en un esfuerzo conjunto para paliar el problema del trabajo infantil.
En algunos países se aprobaron leyes parciales cuya aplicación es casi nula, destacó la CLAT, para la cual el trabajo infantil es ya parte estructural de las economías de muchos países.
Para comprender la dimensión del problema se debe considerar que los niños y niñas que trabajan "aportan ingresos adicionales para la supervivencia de ellos mismo y de sus familias", según la organización sindical.
Por lo tanto, si se suprimiera de forma total e inmediata el trabajo infantil, la pobreza empeoraría en las familias de menos recursos, lo que agudizaría la miseria y marginación.
Para revertir la situación, la CLAT propuso vincular los esfuerzos por la erradicación del trabajo infantil a la lucha por empleos dignos, salarios justos, por una educación de calidad y por una efectiva capacitación profesional.
El trabajo infantil seguirá creciendo en el sector informal urbano debido a que ese sector absorbió la mano de obra de menores que se desempeñaban en la agricultura, como consecuencia de la migración hacia las ciudades.
La OIT estableció en 1992 el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (PIEC), que actúa en más de 20 países y procura, en una primera instancia, desterrar las formas más intolerables del fenómeno.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Sistema para el Desarrollo Integral de la familia (DIF) calcularon que en 108 ciudades de México 115.000 menores trabajan en calles, mercados y zonas turísticas, entre otros espacios.
Setenta por ciento son varones y 30 por ciento, niñas. Su distribución en las más de cien ciudades no es homogénea, pues sólo en 20 localidades se concentra 60 por ciento de los niños y niñas que trabajan.
El estudio divulgado en el foro, que fue convocado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, recomienda que se aplique una política de atención diferenciada para las distintas ciudades.
En México trabajan más de 1,2 millones de niños de entre 10 y 14 años, a quienes asiste mediante el programa Atención Integral a Niñas, Niños, Jóvenes en Riesgo y Situación de Calle, informó el DIF.
La asistencia abarca acciones de orientación, servicios de salud, actividades recreativas, deportivas y culturales y albergues.
En 1998, el Instituto Mexicano del Seguro Social afilió a 11,1 millones de trabajadores, de los cuales 29.075 eran menores de 15 años y 1,4 millones tenían entre 15 y 19 años, lo que demuestra la creciente participación de los menores de edad en el mercado de trabajo formal de México.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde es mayoría el opositor Partido de la Revolución Democrática, que gobierna la ciudad de México, convocó al Foro con la intención de consultar a un amplio espectro de la sociedad sobre las formas para erradicar paulatinamente el trabajo infantil. (FIN/IPS/pl/mj/lb dv hd/99