La fuerte contracción económica registrada en diciembre abrió paso en Chile a un virtual debate entre quienes consideran que ahora comienza un lento despegue y los que prevén una recesión.
El índice mensual de actividad económica (Imacec) tuvo en el último mes de 1998 una caída de 4,1 por ciento, con lo cual el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Chile en el año fue de 3,3 por ciento, el más bajo de la década.
Las cifras, difundidas el miércoles por el Banco Central, corrigieron a la baja las estimaciones de crecimiento del PIB de cuatro por ciento hechas en diciembre por el gobierno y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal).
En enero, el presidente del Banco Central, Carlos Massad, fue más cauto, al pronosticar un incremento del PIB para 1998 entre 3,5 y cuatro por ciento, pero a la postre esa previsión resultó también demasiado optimista.
Funcionarios, académicos y empresarios coincidieron en que diciembre marcó los efectos más intensos de las medidas de ajuste dispuestas por el Banco Central para contrarrestar el impacto de la crisis internacional en Chile.
El instituto emisor, respaldado por el gobierno del Eduardo Frei, mantuvo hasta octubre una política de altas tasas de interés y de control indirecto de la cotización del dólar, priorizando las metas de inflación y estabilidad fiscal.
Al impacto externo de la crisis, que provocó una sustancial caída en el precio internacional del cobre, principal exportación chilena, se añadió en el frente interno una prolongada sequía que deprimió la actividad agrícola tradicional.
En el cuarto trimestre de 1998 el PIB cayó 2,8 por ciento, retroceso sólo superado en los últimos 15 años por la caída de ocho por ciento que el producto tuvo en el segundo semestre de 1983, durante la crisis recesiva de la deuda externa.
Entre 1991 y 1997 el país estuvo en los primeros lugares de crecimiento del PIB de América Latina, con un promedio anual de más de siete por ciento, de acuerdo con informes estadísticos de Cepal.
El ministro subrogante de Hacienda, Joaquín Vial, dijo que la economía chilena "tiene la posibilidad de iniciar pronto el proceso de recuperación" y descartó cambios en la proyección oficial de un crecimiento del PIB de tres por ciento en este año.
El carácter crítico de la contracción de diciembre fue contrarrestado en alguna medida por el comportamiento de la balanza comercial en enero, que tuvo un pequeño superávit, luego de 15 meses sucesivos de déficit.
El saldo a favor de enero, de 21,9 millones de dólares, se debió principalmente a una reducción de 26,4 por ciento de las importaciones en relación con el mismo mes de 1998, lo cual es una consecuencia del drástico ajuste.
"Lo importante es que el déficit (comercial) se ha reducido más de 1.000 millones de dólares en un período tan corto como son tres meses", comentó Vial, agregando que esta tendencia hará que este año el déficit de cuenta corriente sea inferior a cinco por ciento del PIB.
Luis Oscar Herrera, de la División de Estudios del Banco Central, evaluó positivamente la evolución de la política monetaria y los mercados financieros en el país, así como las tendencias de la balanza comercial y de los medios de pago.
Según Herrera, todos estos síntomas "son compatibles con el inicio de una fase de recuperación gradual del crecimiento económico en la primera parte del presente año".
Ese optimismo fue cuestionado por analistas privados y dirigentes empresariales, para quienes la contracción de la economía continuará en estos meses y probablemente por casi todo 1999, de acuerdo con los enfoques más pesimistas.
Tomás Flores, del derechista Instituto Libertad y Desarrollo, señaló que el PIB caerá 0,5 por ciento en el primer trimestre, con lo cual el país estará "tecnicamente" en un proceso recesivo, con dos trimestres seguidos de contracción.
Leonardo Suárez, economista de una firma de corredores, previó para el primer trimestre de este año una caída del PIB de 1,5 por ciento, mayor a la que estima Flores.
Ambos expertos coincidieron con el presidente de la empresarial Confederación de la Producción y el Comercio, Walter Riesco, en que el Banco Central debería bajar la tasa referencial de interés, de 7,25 por ciento en la actualidad, para reactivar la economía.
En la mayoría de los gremios empresariales prevalece la idea de que las tendencias recesivas se mantendrán gran parte del año y que el PIB no crecerá más allá de dos por ciento en 1999. (FIN/IPS/ggr/mj/if/99
