Un libro publicado por el parlamento de Italia para ser distribuido en las escuelas procura evitar que se olviden las leyes racistas aprobadas en 1938, durante el régimen fascista.
La Cámara de Diputados, por iniciativa de su presidente, Luciano Violante, tomó una decisión sin precedentes: recoger y presentar los textos completos de las leyes y todos los documentos que dieron lugar a la privación de los derechos y luego a la persecución de los judíos italianos.
Aun aquellos que consideran que de esto ya se ha hablado demasiado no podrán evitar una cierta sorpresa al leer este libro "La persecución de los judíos durante el fascismo", afirmó el escritor y senador de izquierda Furio Colombo.
El parlamentario expresó que es triste, pero inevitable, afirmar que se trata del más cuidadoso y orgánico cuerpo de leyes y disposiciones en los que haya trabajado una asamblea legislativa y un gobierno en Italia.
El historiador Michele Sarfatti, que presenta en el libro estos documentos, sostiene justamente que las leyes raciales italianas fueron formuladas en la misma forma rígida, analítica y persecutoria que lo hizo el régimen nazi en Alemania, al que tomaron como modelo.
El libro revela la división sobre el tema entre los dirigentes fascistas y los ciudadanos italianos. Los alemanes recibieron 8.000 de los 58.000 italianos que esperaban para sus "fábricas de muerte", gracias a la protección que recibieron los restantes de personas que desobedecieron esas leyes, arriesgando su vida.
Entre sus documentos se incluyen las normas formuladas por los "científicos" fascistas, que afirman: "Es tiempo que los italianos se proclamen francamente racistas".
Plantean además que es necesario "hacer una neta distinción entre los mediterráneos de Europa (occidental), los orientales y los africanos", y aseguran que "los judíos no pertenecen a la raza italiana".
Estas páginas oscuras de la historia de Italia fueron reconstituidas en el volumen "La persecución de los judíos durante el fascismo".
Violante sostiene en la presentación del libro que el racismo es el aspecto del nazi-fascismo que podría repetirse en la historia, ya que la migración será una de las características fundamentales en los próximos decenios.
El historiador Corrado Vivanti calificó a esas leyes racistas como "escritos mezquinos" que han provocado graves sufrimientos e incluso la muerte de millares de ciudadanos italianos.
La escritora Rosetta Loy recordó el clima que se vivía en ese entonces en la Cámara de Diputados y en el Senado, cuando las leyes raciales fueron aprobadas por aclamación.
Cuando el presidente de la Cámara, Costanzo Ciano, pasó al escrutinio secreto con el argumento de que estaba "previsto por el estatuto", se encontró con la tumultuosa reacción de la Asamblea, que fue convencida sólo por la promesa de que era la última vez.
El historiador Pietro Scoppola criticó a la televisión, porque se corre el riesgo de falsificar la historia. "No se puede contar sólo con las imágenes de los campos de exterminio, porque el horror es tan fuerte que aparece lejano, extraño", afirmó.
El libro se presentó el 27 de enero, en el aniversario de la entrada del ejército soviético al campo de concentración de Auschwitz en 1945, liberando a cerca de 7.000 prisioneros que sobrevivieron al exterminio.
Las fuerzas políticas italianas de centroizquierda presentaron un proyecto de ley para conmemorar ese día la Jornada de la memoria. El presidente de la Cámara de Diputados expresó su deseo de que el 2000 sea el primer año en el cual se recuerde ese día a las víctimas de la deportación y del exterminio nazifascista. (FIN/IPS/jp/ag/hd/99
