El éxito de Perú en reducir la producción ilegal de coca contrasta con el fracaso de los programas contra el tráfico y consumo interno de cocaína, según informes presentados en una reunión internacional que se prolongó hasta hoy en esta capital.
La información fue expuesta ante la Primera Conferencia Internacional Sobre Investigación Policial del Destino de los Precursores de Drogas, a la que asistieron expertos de 27 países.
En sólo tres años, Perú consiguió reducir en 60 por ciento la extensión sembrada de coca, pero en el mismo lapso, el consumo de cocaína se elevó en 50 por ciento, según un estudio elaborado por Cedro, una organización no gubernamental (ONG).
"Perú ha dejado de ser el principal abastecedor mundial de cocaína, dudoso honor que teníamos hasta hace algunos años, pero en el frente interno la situación ha empeorado. Es decir, en Perú baja la producción pero sube el consumo interno", comentó Raúl Serrano, consultor de Cedro.
"El gobierno peruano exhibe con orgullo las cifras y logros en la erradicación de cultivos de coca y exportación clandestina de drogas desde su territorio, pero debiera destinar más recursos para combatir la microcomercialización interna y prevenir el consumo de cocaína", añadió.
Según encuestas efectuadas por Cedro, en 1995, 3,1 por ciento de la población urbana de Perú admitió haber consumido alguna vez pasta básica de cocaína y 1,9 por ciento cocaína, en tanto que en 1998 las cifras se elevaron a 4,7 por ciento y 3,2 por ciento, respectivamente.
"Eso significa que actualmente hay unas 490.000 personas que viven las principales ciudades de Perú que consumieron por lo menos una vez pasta básica o clorohidrato de cocaína, y alrededor de 80.000 hombres y mujeres entran en la categoría de adictos", afirmó Alejandro Vassillaqui, director ejecutivo de Cedro.
El experto arguyó que paradójicamente, el éxito en la represión del contrabando internacional en gran escala de pasta básica de cocaína, es uno de los factores que explican la veloz expansión del consumo interno en Perú.
"La exitosa represión de los embarques clandestinos de droga incrementa los stocks, baja el precio de la pasta y promueve el crecimiento de las redes de microcomercialización en las ciudades. Ahora, una porción de pasta para ser inhalada o fumada cuesta menos de 10 centavos de dólar en algunos barrios", dijo.
Las cifras sobre represión de producción y comercialización internacional constituyen la otra cara de la moneda en el resultado de la gestión policial peruana.
En la conferencia internacional de Lima, auspiciada por el gobierno de España, se aplaudió el informe presentado por la policía peruana antidrogas (Dinandro), cuyas cifras contaron con el respaldo del servicio de observación satelital que utiliza la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Según la Dinandro, la extensión cultivada ilegalmente con coca en Perú, que en 1995 ascendía a 115.300 hectáreas, se redujo a 51.000 hectáreas en 1998.
La Dinandro informó también que en 1998 decomisó 208.000 kilogramos de insumos químicos utilizados en la preparación de pasta básica de cocaína (precursores), en 1997 capturó 197.000 kilogramos y que en lo que va del presente año ha incautado 27.000 kilogramos.
La Conferencia técnica realizada en Lima se propuso el intercambio de información sobre procedimientos de investigación y represión del transporte de insumos químicos hacia las zonas productoras de cocaína y la coordinación de los mecanismos legales para esa labor.
Según la Dinandro, en Perú se fiscaliza 19 insumos químicos de amplio uso por la industria, pero que los narcotraficantes desvían para su actividad ilegal.
Las empresas que comercializan estos productos químicos deben remitir a la Dinandro una relación de sus clientes, en tanto que las compañías industriales que las adquieren deben informar sobre sus compras, stocks y empleo.
El embajador de España en Lima, Gonzalo de Benito Soares, comunicó que el gobierno español aprobó una contribución de 11 millones de dólares, en forma de condonación de deuda, para el programa de cultivos alternativos, que se propone persuadir a los colonos de la selva para que sustituyan la coca.
"Hasta ahora, dicho programa tiene mas éxito propagandístico que efectivo. La producción se reduce por los bajos precios, pero no porque los colonos se hayan convencido de producir otra cosa. Cuando el precio suba, la producción también subirá", pronosticó el experto Roger Rumrrill. (FIN/IPS/al/ag/ip/99