El secuestro del padre del futbolista Jorge Campos, uno de los símbolos de la selección de México, puso contra la pared a la policía y el gobierno, cuyas promesas de que acabar con la delincuencia siguen deshonradas, según cree la mayoría de la población.
Fuentes oficiales indicaron este jueves que el gobierno ordenó dar prioridad a la investigación del nuevo secuestro, uno de los cientos que se cometen cada año en México, pero no se conoce aún si el futbolista Campos y sus familiares desean que la policía se involucre.
Las autoridades también consideraron asunto prioritario en los últimos días el caso del secuestro de la hermana de un alcalde de una localidad cercana a la capital, por quien se exigió un rescate de dos millones de dólares.
El secuestro de Alvaro Campos de 65 años, un comerciante del sureño estado de Guerrero, fue conocido este miércoles. Familiares de Campos informaron que éste fue detenido por varios hombres armados cuando visitaba un campo de fútbol que lleva el nombre de su hijo.
Al enterarse del hecho, Jorge Campos emprendió el regreso de Hong Kong, donde participaba en una torneo de fútbol junto a la selección mexicana, en la que se desempeña como arquero.
Fuentes cercanas a la familia Campos, citadas por la prensa, no descartaron que el móvil del secuestro sea político, pues Alvaro y su hijo apoyan al gobernante Partido Revolucionario Institiucional en el estado de Guerrero, donde opera el insurgente Ejército Popular Revolucionario.
"Hechos como éstos que hoy sufre Jorguito pasan todos los días y el gobierno y la policía no hace nada. Ya estamos hartos de tanto ratero (ladrón)", dijo Esteban Palencia, un taxista de la capital mexicana, quien aseguró haber sido asaltado ya tres veces en lo que va del año.
Más de 60 por ciento de las personas encuestadas en los últimos meses por los diarios Reforma y El Universal opinaron que el gobierno no cumple su promesa de acabar con la delincuencia.
En México se denuncian alrededor de 1,4 millones de delitos por año, pero sólo 85.000 casos terminan con la detención y procesamiento del culpable.
Para combatir a la delincuencia, hay en el país un policía o agente investigador cada 3.150 habitantes y un juzgado penal cada 115.000 personas.
México ocupa el segundo lugar en el mundo, después de Colombia, por cantidad de secuestros, según Kroll Associates, una de las firmas de consultoría en seguridad más importantes en Estados Unidos.
El presidente Ernesto Zedillo reconoció en agosto que los esfuerzos del gobierno contra la delincuencia han sido "insuficientes e ineficientes", pero prometió que desde ese momento ya no habría fracasos.
Pero la inseguridad continúa, con casos sonados como el del padre de Jorge Campos, un ídolo para miles de aficionados al fútbol.
Personajes del mundo del deporte, del espectáculo y de la farándula de México abandonaron el país en los dos últimos años por la inseguridad reinante, mientras otros anuncian que pronto se radicarán en el extranjero.
Los cantantes Vicente Fernández y "Yuri" declararon que desean residir fuera del país, igual que otras figuras del espectáculo que han sufrido ataques de la delincuencia, como Lucía Méndez y Ana Bárbara.
El hijo de Fernández sufrió el año pasado un cautiverio de 121 días, que sólo acabó cuando se padre pagó un rescate de más de tres millones de dólares. Sus secuestradores le cortaron dos dedos.
Eduardo Granados, director general del Programa de Seguridad y Prevención de Secuestros, informó que cada semana se registran en México por lo menos 15 casos de familias adineradas que deciden abandonar el país a causa de la inseguridad pública. (FIN/IPS/dc/ff/ip/99
