El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México ganó el domingo elecciones de gobernador realizadas en dos estados, con lo que sumó 10 triunfos en 14 procesos estaduales realizados desde 1998.
El PRI demostró una vez más que está fuerte y listo para obtener la presidencia en el 2000, proclamó su dirigencia al rechazar los augurios de la oposición, según la cual el partido que gobierna México desde 1929 está en franca decadencia.
Resultados oficiales de la votación y encuestas a boca de urna indicaron que el PRI retuvo el domingo las gubernaturas del estado de Hidalgo, vecino a la capital, y Quintana Roo, ubicado en la penísula de Yucatán.
En Hidalgo, estado con 2,1 millones de habitantes, y en Quintana Roo, con cerca de un millón, el PRI obtuvo entre 43 y 52 por ciento de los votos emitidos.
Los dos principales partidos de oposición, el conservador Acción Nacional (PAN) y el centroizquierdista de la Revolución Democrática (PRD) reconocieron sus derrotas, pero acusaron a sus contendientes de "comprar" votos con la entrega de diversos regalos a los electores.
Desde julio de 1997, cuando el PRI perdió por primera vez en 70 años la mayoría en la Cámara de Diputados, la oposición mantiene la tesis de que ese partido camina hacia una derrota segura en las elecciones presidenciales del año próximo.
De 1988 a la fecha, la oposición arrebató al partido gobernante de México 10 de las 32 gubernaturas del país.
Diversas encuestas indican que las elecciones presidenciales del 2000 serán de las más reñidas de la historia mexicana, mientras autoridades electorales sostienen que serán las más limpias y justas.
El galardonado escritor mexicano Carlos Fuentes vaticina que en el 2000 los candidatos presidenciales del PRI, el PAN y el PRD recibirán cada uno 30 por ciento de los votos, lo que abriría un etapa de ingobernabilidad e incertidumbre en el país.
Fuentes recomienda a la oposición unirse o apoyar un tercer candidato, pero esa alternativa aún es incierta.
"Si los cocientes tenidos en 1998 y 1999 se sostienen para el 2000, el PRI estará en condiciones reales de recuperar la mayoría absoluta en la Cámara y retener la presidencia", señala Mariano Palacios, presidente del partido gobernante.
La derrota que el PRI sufrió en 1997 quedó atrás y así lo demuestran las últimas elecciones estatales, sostiene asimismo la dirección del partido.
Para los próximos comicios presidenciales, la dirigencia del PRI afirma que designará por primera vez a su candidato de una forma abierta y democrática. Hasta 1994, el candidato era designado directamente por el presidente saliente.
El presidente Erenesto Zedillo, nombrado candidato por Carlos Salinas (1988-94), promete que no intervendrá en la elección del próximo aspirante partidario a la jefatura del Estado, pero la oposición duda de esa afirmación.
Hasta el momento, nueve políticos de los tres principales partidos han mostrado interés o han sido nombrados por analistas como posibles candidatos presidenciales. (FIN/IPS/dc/dg/ip/99)
