Dos informes del gobierno de Estados Unidos que se refieren a la corrupción de los militares en México coronaron cinco años el examen internacional de las Fuerzas Armadas de este país, las únicas en América Latina que no han dado golpes de Estado.
El protagonismo de los militares mexicanos viene en aumento desde 1994, cuando enfrentarron la irrupción de la guerrilla zapatista del sureño estado de Chiapas e intensificaron su lucha contra el narcotráfico.
Denuncias de corrupción, violación de los derechos humanos, intolerancia y un caso de insubordinación acompañan desde entonces a los militares de México, país que cuenta con el segundo mayor ejército de América Latina y el tercer presupuesto militar en la región, detrás de Brasil y Argentina.
Dos informe del Departamento de Estado, uno sobre derechos humanos y otro sobre drogas, difundidos este viernes, señalan una creciente corrupción entre los militares mexicanos, a los que Washington brinda importante apoyo.
"La corrupción está extendida dentro de las filas policiales y es un problema creciente para los militares", indica el documento sobre derechos humanos.
Policías y militares continúan cometiendo "serios abusos" y "asesinatos extrajudiciales", agrega el informe, cuyos conceptos sobre las violaciones de los derechos humanos en México coinciden con los emitidos anteriormente por las organizaciones humanitarias Amnistía Internacional y Human Rights Wacht.
En el documento se recuerda que en diciembre pasado, unos 50 miembros de las Fuerzas Armadas realizaron una marcha pública para protestar contra el sistema judicial militar y denunciar abusos de sus superiores.
El segundo informe, que acompaña a la certificación antidrogas que el gobierno estadounidense otorgó a México, dice que "los militares mexicanos, que tradicionalmente disfrutaron de una mejor reputación de integradad, no han escapado a la tentación de la narcocorrupción".
Además, indica que en agosto pasado, 14 miembros de un grupo militar de élite, asignado al aeropuerto de la capital mexicana, fueron arrestados acusados de narcotráfico y tráfico de indocumentados.
Unos 400 militares mexicanos recibieron los dos últimos años entrenamiento especial en la Escuela de las Américas de Estados Unidos ym según diversos estudios, México es uno de los países de América Latina que recibe mayor apoyo militar de Washington.
En marzo de 1998, el relator especial contra la tortura de la Organización de las Naciones Unidas, Nigel Rodley, dijo que en México "el personal militar aparenta ser inmune a la justicia civil y generalmente es protegido por la justicia militar".
Según el relator de la ONU, que visitó México en 1997, policías y militares siguen practicando torturas y maltratos, aunque "no se pueda afirmar que sea un problema generalizado".
El alto mando de las Fuerzas Armadas niega casi todas las acusaciones. El personal que comete violaciones de los derechos humanos, así como el que está involucrado en casos de corrupción o insubordinación, representa un porcentaje mínimo, asegura.
A raíz del arresto en 1996 del general Jesús Gutiérrez, ex jefe antidrogas, acusado de proteger a narcotraficantes, varios militares han sido investigados y detenidos por este delito.
La ola de denuncias contra las Fuerzas Armadas mexicanas incluye, además de las de organismos humanitarios internacionales y el Departamento de Estado estadounidense, las de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la organización no gubernamental (ONG) mexicana Todos los Derechos para Todos.
La Comisión Interamericana demanda a las Fuerzas Armadas que liberen a un militar preso, detenido luego de pedir que se cree la figura de un defensor de derechos humanos para el fuero militar. (FIN/IPS/dc/ag/hd/99