La reiterada postergación de una reunión cumbre del Mercosur para definir paliativos a la crisis regional originada en Brasil renovó la preocupación entre los empresarios uruguayos, mientras algunos expertos vaticinan el fracaso del bloque regional.
La reunión del Grupo Mercado Común (GMC), órgano ejecutivo del Mercosur, que había sido prevista para esta semana, fue nuevamente prorrogada, mientras Brasil mantiene su estrategia de reunirse con separado con sus socios de Argentina, Bolivia, Paraguay.
El 13 de enero el Banco Central de Brasil elevó el techo de la banda de flotación del dólar respecto del real, lo que tomó por sorpresa al resto de los socios del Mercocosur.
Tres días más tarde, el 18, Brasil sepultó el Plan Real al dejar librada al mercado la cotización de la moneda estadounidense.
"Fue una jugada prevista y con mentiras previas. El 16 de diciembre del año pasado el ministro del Economía de Brasil, Pedro Malán, nos había asegurado que ese circunstancia no se produciría", dijo a IPS un vocero de la Cámara de Industrias del Uruguay que pidió reserva de su nombre.
Ese día, en un video especialmente enviado a una reunión de empresarios uruguayos y presentado por el ministro de Economía de Uruguay, Luis Mosca, Malán aseguró que "no habrá mini ni maxi devaluación", lo que fue recibido con aplausos por los empresarios uruguayos.
"Nos tomó el pelo y ahora Brasil está dilatando una solución, luego de habernos inducido en error", dijo el vocero.
La caída libre del real en el gigante del Mercosur colocó al borde del abismo las exportaciones de los tres socios minoritarios del bloque (Argentina, Paraguay y Uruguay) que temen que su principal mercado desaparezca.
Argentina, con 50 por ciento de sus ventas externas destinadas a Brasil, Paraguay, con más de 40, y Uruguay, con 35, temen además una inversión del flujo comercial, que sería el tiro de gracia para sus principales sectores productivos.
La reunión del GMC, primer escalón para una eventual solución prevista para jueves y viernes próximos, fue prorrogada y en esos días el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso tiene previsto encontrarse con sus colegas de Paraguay, Raúl Cubas, y de Argentina, Carlos Menem.
Este martes lo hace con Hugo Banzer, mandatario boliviano, en ocasión de inaugurarse un gasoducto entre ambos países.
El presidente uruguayo, Julio Sanguinetti, fue el primer jefe de Estado de un país de la región en reunirse con Cardoso el día 3 y durante esa cita pidió al mandatario brasileño que su gobierno considere revertir las medidas restrictivas a las importaciones.
El canciller paraguayo, Guido Florentín, dijo este lunes que posiblemente la cumbre presidencial pueda realizarse en San Pablo el día 22.
El economista uruguayo Javier de Haedo, ex director de Planeamiento y Presupuesto del gobierno, fustigó la "ligereza con que algunos analistas brasileños pronostican el nivel en que habrá de estabilizarse la cotización del real respecto al dólar".
"Hoy Brasil tiene muchas menos reservas que cuando el gobierno decidió que el tipo de cambio flotase, las finanzas públicas están en estado calamitoso y se ha perdido credibilidad al romperse la regla cambiaria. La situación es deficiente y no se divisa ninguna solución", dijo.
El economista, actual asesor de empresas, advirtió que Brasil ha llegado a acumular una deuda tipo "bola de nieve", la cual "es imposible de manejar".
Más drástico con respecto a la situación generada por Brasil fue el ex canciller uruguayo Alvaro Ramos, quien aspira a la candidatura presidencial por el el cogobernante Partido Nacional.
"Con la muerte del Plan Real, Brasil cambió las reglas del juego del Mercosur. En lo interno, jaqueando la suerte de sus socios", y en lo externo porque demostró que este no es un verdadero mercado común, declaró a IPS.
"Una actitud responsable de todos los socios del bloque, e ineludiblemente de Uruguay, será replantearse la pertinencia del modelo de unión aduanera, que como tal está cometiendo gruesos errores que dificultan su consolidación y profundización", agregó Ramos.
El ex canciller aseguró que "el camino más directo para la libertad económica es comercializar libremente con el mundo" y reclamó que Uruguay introduzca sin recargos artificiales insumos, equipos, bienes de capital y productos intermedios, para producir, exportar, generar divisas y atraer inversiones.
En cambio, uno de los principales expertos internacionales en el proceso de integración regional, el también ex canciller uruguayo Sergio Abreu, es optimista sobre el futuro del Mercosur.
En los mecanismos institucionales del bloque está el camino para salir de la turbulencia generada por la crisis brasileña, señaló.
Abreu recordó a IPS que los problemas que enfrentó México en 1995 y la caída de las economías de Asia y Rusia el año pasado ya habían sido una prueba de fuego para el Mercosur, aunque no tan directamente como ahora. (FIN/IPS/rr/dg/if/99)