Los empresarios del Mercado Común del Sur (Mercosur) decidieron hoy buscar soluciones propias para la crisis provocada por la devaluación cambiaria en Brasil, mientras los gobernantes postergan decisiones a la espera de un cuadro más claro.
La Confederación Nacional de la Industria (CNI), de Brasil, y la Unión Industrial Argentina (UIA), acordaron promover una reunión en marzo, en Montevideo, para buscar entendimiento entre las empresas de los sectores más afectados por la devaluación del real.
El diálogo se realizará "sin gobiernos, sólo entre empresarios", que son más ágiles y tienen más interés en mantener sus mercados, explicó Fernando Bezerra, presidente de la CNI, tras el encuentro con dirigentes de la UIA presentes en el Foro Empresarial Mercosur-Unión Europea (UE), que tiene lugar en Río de Janeiro hasta este martes.
Empresarios brasileños propusieron la limitación voluntaria de las exportaciones, cuando ocurra un abrupto aumento de ventas de un producto a un país socio del Mercosur.
Esa alternativa se basa en una exitosa experiencia en la avicultura. Por un acuerdo sectorial, los exportadores brasileños de carne de pollo aceptaron imponerse cuotas, para que las ventas a Argentina retornaran al promedio anterior, tras un incremento de 40 por ciento en pocos meses.
La medida evitó un proceso antidumping y otras represalias de Argentina. La experiencia puede extenderse a otros rubros para atenuar el impacto del abaratamiento de los productos brasileños, observó Luis Fernando Furlán, presidente de la Asociación de Exportadores de Pollo.
El vicepresidente de la empresa Volkswagen de Brasil, Miguel Jorge, dijo que también su sector podría aplicar la propuesta. "A nadie le interesa arruinar la industria automovilística argentina", que ya redujo su producción a la mitad, declaró.
El canciller Luiz Felipe Lampreia admitió la posibilidad de ese tratamiento excepcional en caso de un aumento explosivo de ventas que amenace la economía de algún país vecino. "No somos insensibles ante dificultades de nuestros socios", sostuvo.
Los presidentes no comparten la prisa de los empresarios. Es necesario más tiempo para evaluar la "nueva realidad cambiaria brasileña y sus efectos sobre las economías y las relaciones comerciales" en el Mercosur, señalaron en una nota oficial los presidentes reunidos el domingo en Río de Janeiro.
La evaluación se efectuará en la próxima reunión del Consejo del Mercado Común. Como ese órgano ministerial del bloque se reúne normalmente al final de cada semestre, quedarán para junio las eventuales medidas gubernamentales.
Ausente Carlos Menem, impedido de viajar a Río de Janeiro por una fuerte gripe, Argentina estuvo representada por el canciller Guido di Tella en una reunión presidencial que confirmó la "plena vigencia" del Mercosur y la intención de profundizar la integracin y de avanzar en la coordinación macroeconómica.
Esas manifestaciones no aplacan la ansiedad de los empresarios ni del gobierno argentino, que sigue promoviendo su propuesta de dolarizar su economía y luego la latinoamericana.
El presidente de la UIA, Alberto Alvarez Gaiani, predijo que los efectos de la devaluación brasileña se sentirán en algunas ramas industriales de Argentina dentro de 60 días. Textiles, petroquímica, vehículos y alimentos son los rubros sensibles.
Algunos productos, como carne de pollo y de cerdo, podrían invadir el mercado argentino rapidamente, por los excedentes generados por la recesión económica en Brasil, señaló Alvarez.
Mientras los empresarios buscan el consenso para respuestas rápidas a problemas coyunturales, persisten divergencias estratégicas entre los gobiernos de Argentina y Brasil.
La dolarización propuesta por Menem y su ministro de Economía, Roque Fernández, como respuesta a las turbulencias financieras, acelerará la creación del Area de Libre Comercio de las Américas bajo fuerte control de Estados Unidos.
Esa iniciativa argentina no coincide con el proyecto de Brasil, que consiste en mantener el Mercosur y la autonomía para negociar con todos los bloques existentes, especialmente con la UE. No es por coincidencia que la Cumbre Eurolatinoamericana de junio tendrá lugar en Río de Janeiro.
Esa reunión interregional y las negociaciones entre el Mercosur y la UE, que serán lanzadas en la ocasión, harán contrapunto "a las discusiones en marcha para la conformación del ALCA", señaló el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso.
"Serán también una garantía de que que eventuales avances del ALCA no repercutan negativamente en los flujos de comercio e inversiones entre el Mercosur y la UE", dijo Cardoso, al inaugurar el domingo el Foro Empresarial, que aportará sugerencias a las negociaciones entre los dos bloques. (FIN/IPS/mo/ff/ip if/99