KURDISTAN: Ola de violencia en Europa se originaría en Berlín

La muerte de tres manifestantes kurdos fuera del consulado de Israel en Berlín aumentó el temor a que una ola de violencia sumerja a toda Europa, y a Alemania en particular.

Abdullah Ocalan, líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) que lucha por un territorio propio en el sudeste de Turquía, enfrentará cargos de asesinato y terrorismo en Ankara, donde es responsabilizado de la muerte de 31.000 personas.

"Debemos prepararnos para lo peor", dijo Farok Sen, director del Centro de Estudios Turcos de la Universidad de Essen, en el oeste de Alemania. El y muchos otros turcos opinan que los grupos kurdos se vengarán por las muertes de Berlín el miércoles.

Alemania debe prepararse para más ataques del PKK, dijo en Munich Franz Gruber, funcionario de la Oficina para la Protección de la Constitución (OPC), servicio de inteligencia que controla las organizaciones sospechosas de amenazar la seguridad interna.

"Hay una fuerte tendencia de los miembros del PKK a sacrificarse por la causa. La militancia se fortalecerá después de que Ocalan sea llevado ante la justicia", dijo Gruber.

Entre 1,5 y dos millones de kurdos viven en Europa, entre ellos unos 500.000 en Alemania, que constituyen la cuarta parte de las personas originarias de territorio turco en ese país.

De acuerdo con la OPC, cerca de 11.000 kurdos residentes en Alemania son miembros del PKK, proscripto en Alemania desde 1993. Cinco mil pertenecen a la facción armada más radical del PKK, que está dispuesta a pelear hasta la muerte cuando los intereses kurdos están amenazados.

El propio Ocalan dijo que "cada combatiente del PKK es una bomba atómica", al referirse a la capacidad destructiva del grupo.

Especialistas en el PKK, e incluso funcionarios de la OPC, opinan que es probable que los seguidores de Ocalan intenten presionar al gobierno turco para influir en el destino de su líder mediante actos de violencia en toda Europa.

Sólo los países europeos pueden presionar a Ankara para asegurar que Ocalan tenga un juicio justo, según el PKK. El propio Ocalan quería ser juzgado por un tribunal internacional el año pasado, por temor a que le fuera imposible acceder a un juicio justo de otro modo.

Lo más preocupante para Alemania, escenario del primer derramamiento de sangre en un choque entre manifestantes kurdos y fuerzas de seguridad desde la captura de Ocalan, es que los grupos militantes buscarán la venganza por la muerte de sus hombres en Berlín.

Esta ciudad es considerada un punto explosivo, ya que tiene una población de 150.000 turcos de los cuales 40.000 son kurdos.

"La situación dentro del PKK es crítica. Las fuerzas moderadas ya no tienen la palabra. En Berlín, miembros del PKK fueron asesinados por primera vez. Los miembros de la línea dura tienen el control ahora", observó Farok Sen.

La comunidad kurda en Alemania ya califica la muerte de los tres manifestantes de "masacre" y "acto terrorista". La policía alemana no duda que el país europeo sentirá el peso de la violencia de los grupos kurdos a medida que avance el juicio a Ocalan.

Los blancos secundarios, según la policía alemana, serán los inmigrantes turcos y griegos, que ya notaron que las amenazas de los grupos kurdos aumentaron desde que Ocalan fue arrestado por primera vez en Roma en noviembre, en virtud de una solicitud de extradición alemana.

Alemania emitió la orden de arresto luego de los ataques incendiarios kurdos a establecimientos turcos, que, según Bonn, fueron planeados por Ocalan.

Los comerciantes turcos se manifestaban poco comprometidos con la lucha entre turcos y kurdos y solían ufanarse de la convivencia pacífica de ambas colectividades en Alemania. Pero empezaron recibir amenazas de incendio a sus locales si se negaban a contribuir con la guerra kurda.

Los objetivos principales serán los locales que tengan alguna relación con Israel, lo que incluye sinagogas, centros comunitarios y escuelas judías, que reforzaron la vigilancia tras los disturbios. Unas 57 organizaciones judías de Berlín cuentan ahora con fuerte protección policial.

Los funcionarios alemanes manifestaron su certeza de que grupos kurdos realizarán otros ataques importantes. Según la OPC, las milicias fuertemente armadas y móviles del PKK en Europa fueron entrenadas para llevar a cabo acciones de guerrilla urbana.

Ocalan ya había dado instrucciones a los milicianos sobre qué hacer en caso de ser capturados, anunció la OPC.

El líder kurdo había manifestado sus intenciones de renunciar a la violencia y buscar una solución política para el Kurdistán turco mientras esperaba la respuesta de Italia a su pedido de asilo. El PKK declaró una tregua unilateral.

Los funcionarios de la OPC observaron que la prohibición del PKK en Alemania en 1993 causó un incremento del número de activistas en suelo alemán, porque los kurdos se sintieron más perseguidos.

Barbara John, responsable de Relaciones Exteriores del Senado alemán, sostuvo que la solidaridad de los kurdos de Alemania con el PKK aumenta a gran velocidad desde la década del 80.

Los turcos temen ser atacados por miembros del PKK, mientras que los kurdos de Alemania temen ataques del grupo extremista turco Lobos Grises.

"Ahora pueden identificar a los kurdos por la televisión", dijo el padre preocupado de jóvenes que se manifestaron en los últimos días.

Grupos turcos pidieron el año pasado en varias ciudades alemanas la extradición de Ocalan de Roma a fin de someterlo a juicio en Alemania. Las manifestaciones, muchas veces violentas, mostraron la furia de los turcos contra los kurdos de Alemania.

Ocho mil manifestantes turcos salieron a las calles de Berlín en noviembre pasado a gritar "muerte a Ocalan" y "muerte a todos los kurdos".

"Esas manifestaciones hicieron que los kurdos se sintieran inseguros en Alemania y preocupados por posibles ataques de los turcos", explicó Siamend Hajo, un miembro de la Asociación de Padres de Kurdistán.

"Antes convivíamos bastante bien, siempre que no se discutieran las filiaciones políticas o étnicas. Pero ahora se propagó una epidemia de odio", se lamentó Hajo.

Las amenazas del ministro de Interior, Otto Schilly, de deportar a todos los que protagonicen acciones violentas en suelo alemán no hicieron más que causar malestar en ambas partes, que se quejan de ser tratadas como criminales a causa de la etnia a la que pertenecen.

La amenaza de Schilly podría incrementar las tensiones puesto que hay alrededor de 7.000 kurdos en Alemania en calidad de refugiados, por lo que no pueden ser deportados a Turquía. (FIN/IPS/tra-en/eu-ys/ak/at-ceb/mj/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe