Las partes en conflicto en la provincia yugoslava de Kosovo no parecían con ánimo de negociar en la víspera de las conversaciones que comenzarán este sábado para buscar la paz a los combates que ya llevan 11 meses.
El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) lucha para conseguir la independencia de la provincia austral donde más de 90 por ciento de la población es de ascendencia albanesa.
La delegación del principal partido de origen albanés, la Liga Democrática de Kosovo, exigió este viernes que el acuerdo de paz a negociar durante el fin de semana incluya un referéndum sobre la independencia y el emplazamiento de fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la provincia.
Serbia, que se opone terminantemente a esas condiciones, se disponía el jueves a designar su equipo de negociación, luego de acceder a asistir a las conversaciones de paz en la localidad de Rambouillet, próxima a París.
Los legisladores serbios votaron 227 contra tres el jueves para asistir a las negociaciones, pero rechazaron el plan de paz que Estados Unidos y sus aliados europeos pretenden imponer para el día 19.
"Kosovo no es sólo cualquier parte de Serbia. Kosovo es el corazón de Serbia, y lo será para siempre", expresó ante el Parlamento Gorija Gajevic, colaborador del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.
El patetismo y la emoción caracterizaron la discusión legislativa que se llevó a cabo el jueves sobre el futuro de Kosovo, considerada "la cuna de la nación serbia" por algunos legisladores.
Los legisladores concluyeron que Serbia había "demostrado su buena disposición una vez más a lograr una solución pacífica al problema de Kosovo", mediante la decisión de aceptar las negociaciones de paz.
Pero rechazaron tajantemente la presencia en el futuro de fuerzas extranjeras en Kosovo, en referencia a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN.
La presencia de las fuerzas extranjeras significaría "violar la integridad territorial y la soberanía del país", explicaron.
En Pristina, un portavoz de la delegación de la Liga Democrática de Kosovo indicó que la presencia de fuerzas de la OTAN es la única forma de garantizar el acuerdo de paz.
Los kosovares también insistirán en las negociaciones en que se permita a los albaneses de la provincia crear instituciones políticas que no estén sometidas al control serbio.
Esa posibilidad podría conducir a la independencia después de un período de autonomía de tres años, como lo propusieron los organizadores de la conferencia de Rambouillet, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Rusia.
El insurgente Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) enviará cinco representantes a las negociaciones para abogar por la independencia de la provincia. Pero un portavoz de la guerrilla reconoció que la organización no tenía "mucho optimismo" al respecto, o de que las negociaciones pusieran fin a los combates.
Mientras, los gobernantes occidentales siguieron adelante con la idea de enviar hasta 30.000 soldados a Kosovo para hacer cumplir el posible acuerdo de paz que termine con los combates.
En Washington, el presidente estadounidense Bill Clinton dijo que su país "considera seriamente" participar en la fuerza de la OTAN.
Clinton fijó condiciones rigurosas para que Estados Unidos participe en la fuerza y destacó que los soldados europeos deberán integrar la mayor parte de la misma. Gran Bretaña anunció que tenía 8.000 efectivos prontos para servir en la fuerza de la OTAN como parte de un acuerdo de paz en Kosovo.
En Bruselas, un general de la OTAN declaró este viernes que se sigue considerando la posibilidad de que la alianza ataque a objetivos serbios, en el caso de que fracasen las negociaciones.
El general Klaus Naumann, al frente del comité militar de la OTAN, dijo que la alianza está preparada para atacar "exclusivamente" objetivos militares en Yugoslavia, si las negociaciones de paz resultan infructuosas. (FIN/IPS/tra-en/vpz/mom/mk/aq/ip/99