JORDANIA: Rey Abdullah busca consolidarse en el poder

Los jordanos cumplen el habitual período de luto de 40 días por el fallecido rey Hussein, mientras los consejeros reales se hacen cargo de consolidar los pilares del régimen de su sucesor, Abdullah.

"Los monarcas, presidentes y primeros ministros que vinieron a Jordania a presentar sus últimos respetos al rey Hussein facilitaron mucho el trabajo de Abdullah", dijo un observador cercano a la familia real.

Enemigos acérrimos de Hussein, como el presidente sirio Hafez Al Assad y el ex primer ministro israelí Ytzhak Shamir, se unieron a sus aliados incondicionales como el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y tres de sus cuatro predecesores con vida para expresar su apoyo a Abdullah.

"El número y la diversidad de dignatarios del mundo presentes en el funeral actuaron en favor del nuevo rey", afirmó un diplomático.

Abdullah debe realizar algunos reajustes claves en el palacio en medio del repentino cambio de la sucesión, ordenado por Hussein días antes de su muerte.

"La investidura precisa de la reina Noor (viuda de Hussein), que de hecho se convirtió en reina Madre sin ser la madre natural del monarca, es apenas uno de los muchos temas prácticos que la casa real debe tratar", dijo el observador del palacio.

Otros prevén que las difíciles relaciones, e incluso la fuerte rivalidad, entre los seguidores de Hussein y el hermano al que destituyó como príncipe heredero, Hassan, continuarán entre bastidores.

Como alguien poco preparado para las responsabilidades del trono, Abdullah también busca ayuda entre sus vecinos.

Paradójicamente, los más ardientes partidarios de Abdullah resultaron ser los líderes del Golfo, con quienes Hussein tuvo problemas luego de que en 1991 Jordania se manifestó contra la coalición multinacional que expulsó de Kuwait a las fuerzas invasoras del presidente iraquí, Saddam Hussein.

Arabia Saudita y Kuwait, el país más vulnerable frente a Iraq, expresaron su apoyo al monarca. El príncipe heredero saudita Abdullah, que asistió al funeral de Hussein, prometió apoyar a Abdullah en "tiempos buenos y malos".

La decisión de Kuwait de enviar al príncipe heredero Saad Al Abdullah Al Sabah al funeral fue considerada una clara señal de que decidió poner fin a sus diferencias con Amman. El sultán Qaboos bin Said de Omán, y el emir de Bahrain Isa bin Sulman Al Khalifa también asistieron al funeral.

El emir de Qatar Hamad bin Khalifa Al Thani dijo que la presencia en el funeral de tantos líderes del Golfo auguraba mejores tiempos. "Esperamos que las cosas vuelvan a la normalidad", dijo en una entrevista para la televisión.

Pero para que las cosas volvieran a algo parecido a la normalidad, Abdullah debería concentrarse directamente en la economía. "El alto nivel de desempleo y la brecha entre ricos y pobres que crece rápidamente son una receta para el desastre inclusive en el mejor de los tiempos", afirmó un diplomático.

Jordania acumuló una deuda externa de 6.800 millones de dólares desde la crisis del Golfo de 1990-1991, parcialmente porque Arabia Saudita dejó de exportarle 40.000 barriles diarios de petróleo en septiembre de 1990, como represalia por la posición de Amman a favor de Bagdad durante la crisis del Golfo.

La asistencia económica parece ser el apoyo que la mayoría de los estados árabes están ansiosos de ofrecer.

El ministro de finanzas saudita Ibrahim Abdel Aziz Al Assaf dijo que su país estaba discutiendo con funcionarios jordanos lo que él llamó "un método apropiado" para apoyar la economía de Jordania.

Un alto funcionario saudita dijo que su reino, el mayor productor y exportador de petróleo del mundo, está dispuesto a cubrir todas las necesidades de petróleo de Jordania, según informaron los medios de comunicación.

Emiratos Arabes Unidos transfirió una suma no especificada de dinero, que según diversas estimaciones asciende a 100 millones de dólares, al banco central de Jordania para apoyar al dinar.

Fuentes diplomáticas afirmaron que los estados del Golfo planean aumentar las inversiones en Jordania para ayudar a crear empleos, aumentar los ingresos y también permitir la inmigración de más trabajadores jordanos.

Los analistas esperan que Abdullah utilice sus buenas relaciones personales con los herederos de los tronos árabes para reforzar su perfil político regional.

Durante el período de luto de 40 días, Abdullah tendrá poco tiempo para llorar la muerte de su padre, pero será muy difícil que no piense en el hombre que marcó el destino de Jordania y de la región por más de 40 años. (FIN/IPS/tra-en/su/an/at/aq/ip/99

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